

Rubielos de Mora se echó a la calle de forma masiva para celebrar la fiesta medieval
Más de 300 personas se vistieron de época realzando el pasado y viviéndolo desde dentroEl XXXVI Fin de Semana Medieval de Rubielos de Mora lanzó a la calle a autóctonos y visitantes para vivir las fiesta y donde más de 300 personas se ataviaron con sayas, aljubas, capas, espadas, cotas de malla o armamentos del medievo para mimetizarse con el color típico de la época. Ambiente que nos transporta al siglo XIII, cuando ya la población se vestía engalanada para celebrar la llegada del buen tiempo y era momento de compartir. Ya en el siglo XXI, tampoco se quedó atrás esta edición de la fiesta Medieval, calles estrechas a reventar, algarabía y ganas de pasarlo bien. “Creo que el Fin de Semana Medieval es uno de los acontecimientos del calendario estival que más se espera y no solo en la comarca”, indicó Ángel Gracia, alcalde de Rubielos de Mora.
La representación actoral y acto central, escenificó un Consejo Ordinario de los que en la Edad Media organizaban los Templarios y en esta ocasión fue “para saber ¿cómo anda la encomienda?”, según manifestó el Maestre de la Encomienda de Rubielos.
Cuatro fueron los puntos que trataron: el estado de cuentas de la encomienda, el envío de tropas y mercancía a Jerusalén, repaso social a la encomienda, y ajustes o juicios a algunos de los ciudadanos o miembros de la propia encomienda.
Los gastos y costes de mantenimiento de las cruzadas en oriente suponían una carga difícil de soportar para las arcas de cualquier concejo y eran los impuestos los que sufragaban dichas inversiones; impuestos que se recaudaban entre el pueblo y los mercaderes. Cada año necesitaban alrededor de 90.000 maravedíes.
Uno de los emisarios de la encomienda recién llegado informa: “Jerusalén ha caído”. Esta es la premisa sobre la que gira la representación, pues la necesidad de dinero, materiales y caballeros lleva al Maestre el Encomienda de Rubielos a proponer distintas opciones, algunas de ellas rechazadas por el clero y otras de difícil cumplimiento tal y como están las cuentas y la disponibilidad de provisiones y recaudaciones o incautaciones.
“Los hombres solos no sirven, nos sirven con armas y con dinero”, exclamó uno de los emisarios venidos de oriente, en clara definición de las necesidades y peticiones para las que había regresado. Estas cuestiones producían enfrentamientos, que casi siempre se dilucidaban acatando el vasallaje y rindiendo pleitesía, bien al señor correspondiente (de Rubielos) o a los maestres de las encomiendas, pues en la Edad Media las creencias religiosas y sus tesis estaban por encima de las decisiones de cualquier otro, incluso del Rey.
Las discusiones provocaban luchas de poder y conflictos a escala mayor. “Que se unan la Rey ante el levantamiento (por la pérdida de Jerusalén) y que la Orden del Temple se ponga bajo el mando del Rey”, y la respuesta de la orden no se hizo esperar: “La Orden solo está bajo los designios de Dios, no del Rey”, fue la respuesta del Maestre, como muestra del poder de la iglesia.
Y como cierre de la representación, el juicio a uno de los hermanos templarios, por desacato y discrepancias, terminó en un rezo de oraciones en latín de la fe cristiana, que con solemnidad y criterio, entonaron el Gloria al padre y el Padre nuestro.
Mercado
Decir mercado estos días es decir Rubielos de Mora, pues todo el centro se pliega a la fiesta y es una sucesión de puestos, demostraciones, venta de productos típicos y calidad. “Todo lo que se ofrece nace de la implicación de todos los habitantes”, explicó el alcalde. El Mercado Medieval era un hervidero, la población se había multiplicado, y hasta los caballeros tuvieron dificultades para hacerse un hueco y pasar para llegar a su destino.
El pasacalles estuvo amenizado por Esfuriatronadas folk, que no defraudaron y animaron con su música y piruetas. Primero calentando el ambiente matinal y después acompañando, en solemne procesión, al concejo de caballeros, órdenes militares y damas de Rubielos para la recreación de veredicto de los Hermanos del Temple en la plaza del Carmen.
Toda esta celebración no sería posible sin la intervención de muchas personas que, de forma voluntaria, se involucran en la fiesta y cada día de celebración construyen con su trabajo a limpiar o aprovisionar. Y todo eso se paga con un señor almuerzo: Huevos fritos con patatas, con jamón, con longaniza o con lo que quiera el comensal voluntario. Eso si a costa del Ayuntamiento de Rubielos de Mora.
Jaimas
Mientras en las Jaimas preparaban el fuego y la comida para sus respectivos asociados. Este año se ha ampliado el número de puestos y ya son cuatro las Jaimas que participan en esta recreación.
“La finalidad es vivir un poco más la fiesta medieval. Nos gusta mucho esta fiesta y lo hacemos por vivirla desde dentro”, señaló Alejandra Noguera, presidenta de la Jaima Inquisición y Brujas. Ayer en su Jaima tuvieron Jamón de Teruel y cerveza como aperitivo. Les esperaba una comida típica, Migas de pastor, y después, para los que se quedaran con hambre hamburguesas, macarrones, caldo o brochetas al fuego.
Por la tarde, este mismo grupo centro uno de los puntos fuertes de la fiesta, la persecución y quema de brujas. “Las brujas hacen un aquelarre y hacemos una queimada como si fuera un conjuro. El obispo hace un juicio y quemamos a la bruja”, relató Alejandra Noguera.
Esta representación se debe al título de su Jaima y a que “las brujas eran inteligentes, tenían conocimientos sobre plantas, mezclas, medicinas y había que estigmatizarlas”, argumentó la presidenta de la Jaima Inquisición y Brujas.
Junto a ellos estaba la Jaima Almogávares, la más antigua, que todos los años ofrece un espectáculo de asados, y como no podía ser menos, este año también. Si el año pasado la vaca pesó 120 kilos, este año el cerdo que se ofreció para la cena había pesado 98 kilos, y se cocinó a fuego lento; y de acompañamiento zamburiñas y verduras hechas al horno. Un instrumento fabricado por ellos mismos, ya que entre sus miembros hay profesionales de la herrería y en la que todo es artesanal.
No fue precisamente comida y bebida lo que faltó en este grupo, pues además de comida abundante, derrocharon buen humor, ganas de disfrutar y “mostrar nuestra fiesta medieval, que es la más antigua de la comarca”, matizó Fernando Marco, responsable de la Jaima Almogávares. También para comer degustaron pollos a la brasa y espetos.

El pregón como símbolo medieval
La XXXVI edición del Fin de Semana Medieval de Rubielos de Mora tuvo en el pregón a su tradicional engarce de un año con otro, pues es el mismo texto el que mantiene la unión. Este año fue la Jaima Inquisición y las Brujas quien ejerció de pregoneros.
Diversos miembros de este grupo leyeron el documento por las calles de la villa, acompañados del grupo musical Esfuriatronadas folk. “Intentamos vivir el espectáculo, representamos una obra de persecución a las brujas por la Inquisición”, señaló Alejandra Noguera, presidenta de la Jaima Inquisición y Brujas.
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