

Acrótera publica su primera adaptación de una novela al cómic: 'El legado de Duncan'
La obra cuenta con guión de Sonia Górriz y Jesús Franco y los dibujos del darocense MorathaUn cadáver en la laguna de Gallocanta, un poder oculto que amenaza la humanidad y un secreto olvidado capaz de derrotarlo. Son algunos de los ingredientes de El legado de Duncan, el cómic de Sonia Górriz, Jesús Franco y Moratha, con el que la editorial turolense Acrótera rompe su propio molde, saliéndose del cómic eminentemente histórico y divulgativo al que tiene acostumbrados a sus lectores -aunque a esta historia no le falta ambientación histórica- y abordando la primera adaptación de una novela de su catálogo, en este caso El legado de Duncan de Javier Lázaro, autor de Cetina.
La iniciativa de publicar el libro ha partido de Jesús Franco, editor zaragozano afincado en Caminreal, donde está radicada la editorial Acrótera que dirige, y de donde es Sonia Górriz, responsable de la mayor parte del guion adaptado del cómic. Los dibujos son obra de Moratha, seudónimo del dibujante y cartelista darocense Antonio José Morata, responsable de obras como La escarcha sobre los hombros y muchas de las obras gráficas editadas por Acrótera, como Objetivo Orcajo, El podium del Cid, El misterio de Da Vinci, Los guardianes de Montearagón, El Compromiso de Caspe o Una noche en el Castillo de Mora de Rubielos.
Exitoso tándem
Entre los tres han formado un exitoso tándem cuyo resultado ha sido el que se espera de una buena adaptación de una novela al lenguaje del cómic; una traslación fiel a la historia y los conceptos que Javier Lázaro Mancebo plasmó en su novela original, editada por La Fragua del Trovador en 2016, a cargo de Sonia Górriz; una serie de diálogos inventados que dan coherencia y cohesión narrativa dentro del cómic, escritos por el editor y guionista Jesús Franco, y los dibujos de Moratha, reconocibles en su estilo pero capaces de adaptarse a lo que la atmósfera de esta historia requería -y cuya manifestación más visible es la utilización del blanco y negro-.
El legado de Duncan arranca con la aparición de un cadáver junto a la Laguna de Gallocanta que trastoca la tranquilidad de ese entorno, en especial la de Beatriz, que ejerce como médico en la localidad de Used. El destino y la investigación que emprenderá pondrá de manifiesto la relación que existe entre el cadáver, la propia Beatriz y unos misteriosos sucesos acaecidos siglos atrás relacionados con la brujería, hasta el punto de transformarse en una batalla contra peligrosas fuerzas que ponen el peligro de buena parte de la humanidad.

Más relacionado con la novela de ficción fantástica que con la divulgación histórica que suele ocupar las obras editadas por Acrótera, El legado de Duncan también incluye elementos históricos “como la muralla de Daroca, Used, la Laguna de Gallocanta y sus grullas, que son fundamentales, y otros elementos que forman parte del universo que siempre nos ha interesado”, explica el editor Jesús Franco.
Además el detonante está basado en acontecimiento reales, ya que la historia de Javier Lázaro nació a raíz de la aparición de un cadáver en la laguna, hace algunos años. Lázaro funde ese suceso con otro que se retrotrae varios siglos atrás, cuando el Rey de Escocia marchó a Dinamarca a buscar a la que iba a ser su esposa, sufriendo una tempestad que a punto estuvo de dar a pique con el barco real.
Brujas
“De ello se culpó a las brujas, porque el Rey era profundamente católico y había acabado con muchas de ellas, en un cruzada que ya inició su padre”. Ese periodo está profusamente documentado, y tanto la novela como su adaptación al cómic lo utilizan para introducir el factor fantástico, y hasta esotérico. “En realidad es un libro que habla de la lucha entre la sabiduría y la ignorancia”, aclara Jesús Franco.
“Y con sabiduría me refiero a esas fórmulas tradicionales que utilizaban la medicina natural, las hierbas y los remedios que nos brinda la naturaleza, y que nada tenían que ver con brujería, frente a la ignorancia y el miedo que provocaba la incomprensión y la superstición”. Entre esas brujas, o más bien, entre esas mujeres acusadas de brujería, se encuentran algunas como Geillis Duncan, personaje real de la Escocia del siglo XVI que ha alcanzado cierta popularidad gracias a la serie de TV Outlander.
Aunque la obra tiene menos afán historicista que otras publicadas por el sello turolense, Moratha no descuida ese aspecto y “algunas viñetas de El legado de Duncan siguen teniendo mucho trabajo de documentación y ambientación detrás”, explica Franco. “Vestidos, militares, barcos... hay muchos detalles que quizá al lector le puedan pasar desapercibidos, pero Moratha está acostumbrado a trabajar así y no deja nada al azar”.

Algo atípico de este cómic es el hecho de que esté editado en blanco y negro, cuando el colorido es uno de los sellos característicos de Acrótera y Moratha. “Por el ambiente un tanto lúgubre que tiene la historia las viñetas en blanco y negro quedaban mejor, pese a que empezamos a trabajar en color”. “Y la poca diferencia que existe de precio entre editar en color y en blanco y negro la adaptamos en un plus de calidad, ya que los blancos del cómic, tanto los bocadillos como algunos de los personajes, están iluminados, más brillantes, ya que hemos invertido en una impresión especial que hace que el libro gane mucho en vistosidad”.
Adaptación de la novela
Una de las cosas de las que más orgulloso se muestra Jesús Franco es del trabajo de adaptación que ha realizado Sonia Górriz. “El cómic es un lenguaje muy particular, que se acerca más al teatro que a la novela. La forma de adaptar bien un libro al cómic es metiéndote en la cabeza del autor muy bien para descifrar completamente su novela. Hay que meterse en la cabeza del autor y desgranar hasta el último detalle, hasta la última pista y el último párrafo, que te permite entender por completo toda la narración. Eso Sonia Górriz lo ha hecho muy bien”.
El autor de la novela original ha tenido acceso a los primeros borradores del cómic y les dio su visto bueno, aunque “preferimos no hablar con él hasta tener lista la primera versión del guion, para que no influyera nuestras primeras lecturas”, explica Jesús Franco. “No digo que sea la mejor forma de adaptar, pero nosotros hemos trabajado así”.

Por otro lado, Franco asegura que el resultado de una adaptación al cómic -o cualquier otro género- es otra obra diferente, por mucho que esté inspirada en el original. Un musical introduce elementos inéditos sobre una obra de teatro, y esta lo mismo sobre una novela. Es imposible copiar una historia en su traducción a otra lengua que dispone de diferentes recursos. “Hay que modificar elementos, y no solo por falta de espacio, sino porque hay cosas que funcionan muy bien en novela, pero no lo hacen en cómic o cine, por ejemplo”.
La caracterización de personajes es muy sucinta en el cómic, por ejemplo, por lo que suelen omitirse aquellos que no son fundamentales o se fusionen varios en uno solo. “Porque además muchos personajes en un cómic, donde no tienen voz y solo los distingues por su cara pueden dificultar la comprensión”.
Hay descripciones o pasajes que ocupan varias páginas de un libro que en un cómic puedes desarrollar en una sola página, incluso en una sola viñeta. “Pero de igual modo puedes emplear varias viñetas para narrar un solo párrafo de un libro, si te interesa recrearte en la escena”, explica Jesús Franco.
Público
Eso tiene que ver con el público al que se dirige el libro, asunto que en Acrótera tienen muy en cuenta. “Siempre pensamos en el público al que se destina cada libro porque de eso depende parte de su concepción. Si vas hacia adolescentes adultos puedes abusar un poco de las explicaciones contextuales en la viñeta, por ejemplo, pero si vas hacia los niños, eso les va a cansar muchísimo y tienes que contar la historia a través de los diálogos entre sus personajes”.
Acrótera ha editado 500 ejemplares de El legado de Duncan aunque muy probablemente se agotará pronto la primera edición. Se presentó en Used, Monreal del Campo, en Librería Senda de Teruel, en Gallocanta se presenta mañana, día 29, y todavía quedará otra presentación pendiente en Cetina, de donde Javier Lázaro es médico. “La obra está funcionando muy bien”, explica Jesús Franco, “y aunque se aparta bastante de todos los cómic que hemos editado, diría que es uno de los que más orgulloso estoy, porque las tramas se llevan muy bien, a la gente le está gustando mucho e incluso se quedan con ganas de más”.