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Alfonso Artigas, autor de 'La peregrina del Olivar': “Inicié la novela al investigar sobre la peregrinación de Lécera al monasterio” Alfonso Artigas, autor de 'La peregrina del Olivar': “Inicié la novela al investigar sobre la peregrinación de Lécera al monasterio”
Alfonso Artigas, autor de la novela ‘La peregrina del Olivar’

Alfonso Artigas, autor de 'La peregrina del Olivar': “Inicié la novela al investigar sobre la peregrinación de Lécera al monasterio”

El autor ha construido el relato a partir de diferente documentación histórica
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Tras la publicación de sus libros de relatos Ironías del coronavirus y Mi compañera de confinamiento, Alfonso Artigas Conesa (Lécera, Zaragoza, 1957) acaba de hacer su debut como novelista con La peregrina del Olivar, una novela que se ha presentado este domingo en el monasterio del Olivar de Estercuel y que fusiona la ficción histórica con hechos reales documentados como las redenciones de cautivos cristianos por parte de los frailes mercedarios. En la novela se entremezclan y discurren de manera paralela hasta cuatro historias diferentes de cuatro personajes que vivieron en momentos históricos muy distintos, el siglo XVI de Felipe II y la posguerra española.

-¿Por qué ha elegido como centro de toda la trama el monasterio del Olivar de Estercuel?

- Porque es un lugar que conozco especialmente. Yo me formé con los padres mercedarios, que regentan este monasterio, y de mi juventud recuerdo que había una leyenda, la de la Mano Negra, en la que me he apoyado para darle esta pátina de misterio al libro. En el monasterio del Olivar transcurre la gran parte de la trama de la novela y, de hecho, el primer capítulo empieza con el hallazgo de un cadáver junto a una nota misteriosa. Alrededor de esta nota gira la trama.

-La novela se ambienta en dos épocas muy distintas, el siglo XVI y la posguerra española. ¿Le aporta más rigor histórico?

-Los asesinatos se producen en 1953 y coinciden con la romería que hicieron los vecinos de Lécera a ese monasterio, aunque hay una segunda trama que discurre en el siglo XVI, porque en esa época los monjes mercedarios tuvieron la encomienda de rescatar a los hermanos Cervantes. A uno lo rescataron, a Rodrigo, pero a Miguel no, porque no tenían suficiente dinero. En Argel se quedó Miguel y junto a él el fraile redentor que tenía relación con el monasterio. Al no llegar el dinero se quedó de rehén y estuvo conviviendo con Miguel de Cervantes 13 meses.

-¿Cómo surge esta novela?

-Cuando inicié este trabajo estaba investigando las peregrinaciones de los vecinos de Aragón al monasterio del Olivar. Vi que sobre la peregrinación de Lécera había poca documentación y me salió una novela ambientada en la Barcelona de la posguerra, con una protagonista, Sole, y con un relato sobre la vida en los orfanatos y en los manicomios de la época, en los que se encerraba a muchos dementes y también a muchos republicanos y republicanas para extraerles el mal llamado gen rojo. Esta mujer, Sole, termina peregrinando desde Lécera al monasterio. En realidad a esa peregrinación no iban mujeres, sino que fueron 300 hombres y 60 mulas. Esta peregrinación tan épica se la hago recorrer a la protagonista para que confluya con otros personajes que son importantes en la novela.

-¿Se ha basado en documentación histórica para construir la narración?

-El punto de partida ha sido la documentación histórica. Lo bueno del siglo XVI es que estaba todo muy bien documentado. Y me extraña que no se hubiera escrito antes una novela o se hubiera hecho una película sobre los padres mercedarios y el pago de rescates de presos, porque el tema da para mucho, pues era  una orden militar defensiva con una encomienda muy concreta y donde los monjes iban armados. Recuerdo un artículo de Pérez Reverte en el que narra que estos frailes redentores que iban con dineros a rescatar cautivos repelieron en una ocasión la agresión de unos corsarios.

-¿Cuándo nacieron los frailes redentores?

-La orden se funda en 1218 en Barcelona por San Pedro Nolasco y Jaime I. Posteriormente se transforma en orden presbítera, aunque había algunos que podían llevar armas. Es una orden que permanece con este carisma redentor hasta el final de la esclavitud, y en el siglo XX se convierte en una orden de auxilio y ayuda pastoral a los presos que estaban en las cárceles.

-¿El origen de los frailes del Olivar es ese?

-Sí, y siguen manteniendo esa función como frailes de presos. De hecho, aún son capellanes de la cárcel de Teruel y no sé si todavía continúan siéndolo de la de Daroca, además de atender a las parroquias de la zona.

-En la trama de la novela se entremezclan las vidas e historias de cuatro personajes.

-El personaje principal es Sole, una niña que luego busca sus antecedentes familiares; el hermano Edmundo, que vive la vida religiosa en el Olivar, fray Jorge de Olivar, que vivió en el siglo XVI y que aparece como fraile redentor y el anticuario.

-¿Cuánto tiempo ha tardado en preparar la novela?

-Algo más de un año. La mayor parte del tiempo lo he dedicado a la investigación histórica, puesto que algunos aspectos en los que estaba interesado eran difíciles de localizar. Me he documentado de escritos históricos que han publicado muchos autores y también de mucha documentación que he conseguido a través de internet y que está perfectamente contrastada.

-¿Algún documento que le haya llamado la curiosidad?

-Sí, hay uno de Leonor Cortina, la madre de Miguel de Cervantes, en la que se explica el dinero que había logrado recaudar para rescatar a sus hijos, aunque solamente consiguió dinero para rescatar a uno de ellos, ya que a Miguel de Cervantes le habían puesto un rescate mucho mayor, porque creían que era un personaje importante. Así supe que Saavedra no era el segundo apellido de Miguel de Cervantes, sino que Saavedra era el apodo argelino que se le asignó cuando estuvo preso en argel, un mote que significa ‘el tullido’, en referencia a que estaba manco de una mano. El nombre de su madre, Leonor Cortina, aparece en el documento de préstamo de 300 ducados de oro que utilizó para rescatar a Rodrigo y que no llegó para pagar los 500 ducados del hermano. A Miguel se le encontraron documentos de Juan de Austria y del Marqués de Soses, por eso se pensó que su precio debía ser mayor. Además de eso, su precio subió porque se intentó escapar cuatro o cinco veces del cautiverio.

-¿Quién terminó rescatando a Miguel de Cervantes?

-Fueron los trinitarios, aunque no se sabe si con dinero de los mercedarios. Y lo rescataron cuando estaba a punto de ser vendido como esclavo. En aquella época los cautivos eran considerados mercancías. A los niños se les circuncidaba para destinarlos al cuerpo militar y se les educaba para ser soldados, mientras que las mujeres eran vendidas para casarlas o para meterlas en algún harén. A los hombres procuraban venderlos cuanto antes o cobrar su rescate.

-¿Cómo está vendiéndose la novela?

-En el poco tiempo que lleva ha tenido muy buena aceptación y se ha vendido bien. Al ser una novela de intriga, he procurado que tuviera esa tensión dramática para que hubiera suspense en cada capítulo y parece que eso, por lo que me comentan, se ha conseguido. Para ser mi primera novela estoy muy contento, porque no estaba seguro de que la terminaría. La cogí con muchas ganas y con bastante emoción y la terminé en un tiempo récord, porque pensé que me costaría más tiempo escribirla.

-Es su primera novela, porque lo anterior fueron relatos cortos.

-Sí, uno se llamaba Ironías del coronavirus y el otro Mi compañera de confinamiento. Todo lo he autoeditado en Amazón, que es donde se puede comprar la novela. Está en libro electrónico y en papel y en Zaragoza se puede comprar en una papelería librería, que es Plumier, y pronto estará en alguna otra librería de Zaragoza.

-¿La publicación en Amazon es una de las pocas alternativas que les quedan a los autores noveles?

-El problema de las editoriales grandes es que lean tu obra y que una vez leída les guste lo suficiente como para que la publiquen. Amazon lo pone fácil porque tiene una plataforma propia, aunque obliga al autor a hacer la propia maquetación, la portada del libro, que en el caso de La peregrina del Olivar la ha hecho un pintor aragonés, Ricardo Lamenca. También hay que realizar la corrección por tu cuenta, y en esto me ha ayudado Paco Vallés, que es un periodista de la zona. Amazón la publica y el autor puede pedir ejemplares e ir vendiéndolos por su propia cuenta. Y eso es lo que estoy haciendo.

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