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Ángel Petisme, cantautor y poeta: “El vídeo mató a la radio, el MP3 al CD y OT a la música como profesión de largo recorrido” Ángel Petisme, cantautor y poeta: “El vídeo mató a la radio, el MP3 al CD y OT a la música como profesión de largo recorrido”
Ángel Petisme, con una de sus guitarras durante un concierto. Ángel Burbano

Ángel Petisme, cantautor y poeta: “El vídeo mató a la radio, el MP3 al CD y OT a la música como profesión de largo recorrido”

Hoy sale el vigésimo disco del cantautor aragonés, ‘Posada de la Sangre’, dedicado a Buñuel
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El músico y poeta aragonés Ángel Petisme (Calatayud, 1961) publica hoy el LP que hace el número veinte de su extensa trayectoria, que arrancó en un festival de fin de curso de los Escolapios de Zaragoza. Posada de la Sangre (Buñuel y el 27), como se titula, coincide con el 125 aniversario del nacimiento del cineasta Luis Buñuel, y de algún modo cierra un círculo en torno al calandino que se inició en 2000 con Buñuel del desierto, en un homenaje por su primer centenario.

El homenaje que hace Petisme se extiende a la intelectualidad española que tuvo que abandonar el país con motivo del golpe de Estado y de la guerra civil, a quienes siguieron defendiendo la razón desde la trinchera luminosa del arte. Y cuenta con colaboradores como El Drogas, Josep María Pou o Nacho Mastretta. También puede escucharse en él a Paco Rabal o Pepín Bello, grabados por Petisme en 1999.

-¿Por qué elige precisamente ese paradigmático lugar toledano, Posada de la Sangre, para dar título al disco?

-Ahí es donde se escapaban los fines de semana Buñuel y sus amigos de la Residencia de Estudiantes, que luego serían conocidos como la generación del 27. Allí dormían poco y soñaban mucho, vagaban por la noche borrachos entre fantasmas, y ahí forjaron y celebraron su amistad, desde los años veinte a 1936, hasta que una guerra los separó y convirtió en víctimas y refugiados. Eso es lo que fue España durante tres largos años precisamente, una posada de la sangre, seguidos de cuarenta de una dictadura que fulminó la justicia, la convivencia, la cultura y todos los valores de una generación de vanguardia y progreso que nos hubiese puesto en el mapa. Esa generación quiso reinventar el mundo desde la trinchera luminosa del arte, y muchos de aquellos hombres y mujeres fueron doblemente despreciados y asesinados en el exilio por el viento del olvido.

-¿Hasta qué punto puede considerarse este disco una segunda entrega de aquel ‘Buñuel del Desierto’, y hasta qué punto es un disco completamente nuevo y diferente a aquel?

-Es el segundo disco que dedico a Buñuel, claro, y también el punto final. Dentro de 25 años no estaré aquí para cantarlo. Aunque sean dos libro-discos, por su extensión y por todo el material sonoro, se puede entender como un trilogía dedicada al Buñuel del desierto, del deseo y del exilio. También es un disco muy distinto, con la profundidad y peso intelectual del anterior, pero con más anecdotario, familiaridad y mucho más sentido del humor, que es uno de los ejes troncales del cine de don Luis.

-Músicalmente no puede ser más ecléctico, con rock-blues, jazz, canción popular, escalas flamencas, swing, música de autor... ¿por qué elige esta fórmula tan heterodoxa en lugar de darle un estilo más homogéneo?

-Era lo que me pedía Buñuel, que por cierto ya con sesenta años no era precisamente un forofo del rock y las guitarras eléctricas. Llevo grabando desde 1987 y cantando desde 1977, y en mis discos siempre he mantenido una cierta coherencia estilística entre el pop, la canción de autor, el folk y el rock, pero aquí mandaba un personaje al que le apasionaba el jazz, el swing, el tango, el foxtrot, Wagner y los clásicos. Buñuel era un gran melómano hasta que se quedó sordo. Así que debía sonar más jazzy, vanguardista y contemporáneo. Y es lo que hicimos: recrearnos y divertirnos con ese tipo de músicas y géneros del cabaret. Por ejemplo, El camino conocido, poema que Lorca le dedica a Luis en 1923, lo compuse para piano y voz. Al interpretar algunos acordes en modo frigio, parece como si el propio Federico estuviese cantándole a su amigo. Sucede lo mismo con los sonidos: hay mucha variedad, además de contrabajo, batería, piano, guitarra, hay otros timbres: acordeón, clarinete, violín, bandoneón, saxofón, y también ruidos con texturas inquietantes que le encantaba meter a Buñuel para crear el contraste…

-’Posada de la Sangre’ está formado por textos suyos y también por canciones que musican textos de otros autores (Lorca, Concha Méndez, José Moreno Villa, Pedro Garfias, Luis Cernuda), incluidos el propio Buñuel. Entre estos últimos está ’Al meternos en el lecho’. ¿Por qué eligió este poema? ¿La canción respeta el original o lo adapta?

-En Buñuel del desierto había muchos poemas de juventud. Él quería ser poeta hasta 1929 como sus amigos Lorca o Alberti. En concreto Al meternos en el lecho la compuse en 1999 pero se quedó en los casetes de ideas. Si les puse música a esos versos de Buñuel es porque en sus imágenes se anticipa el cineasta que va a nacer. Ahí ya está todo: la lucha entre Eros y Thanatos, la transgresión de la moral y el arte, la crí́tica de los convencionalismos, la indagació́n onírica... Esos versos son cine puro. Ya dijo Max Aub: “el cine de Buñuel no se parece a ningún otro cine; es, ante todo, una pluma, porque escribe con él”. En general suelo respetar los textos originales con mínimas y contadas adaptaciones por la métrica.

-En ‘Carta a Juan Ramón Jiménez’ Dalí y Buñuel critican al poeta andaluz, pero usted sostiene que no hay que tomarse el popular texto que escribieron los dos creadores al pie de la letra... ¿por qué?

-Era la típica manera de llamar la atención de unos jóvenes airados que quieren destacar y para eso -como decía Freud- hay que “matar al padre”. Eran unos buscabullas y unos señoritos de buena familia. Querían provocar. Pusieron en el sombrero tres papelitos con nombres de las personas más prestigiosas de ese momento. Entre ellos Falla. Y salió Juan Ramón al que habían visitado el día anterior Lorca, Dalí y Buñuel y les había recibido de forma entusiasta. Éste a los pocos días les respondió y les llamó de todo menos bonitos: “Ustedes son unos surrealistes, unos majaderos y unos cobardes. Saben que yo no puedo contestarles en esa lengua trasera que es la palabra propia de ustedes a los que llaman manfloritas en mi Moguer”. Esa carta la proyecto al presente para reflexionar si es bueno o malo mandar a la mierda a las personas cuyas obras nos repugnan. Igual no hay sellos suficientes para tanta gente, ¿no? Yo la pongo en práctica de vez en cuando y mi salud mental es excelente.

-’Los sueños se revelan’ se lanzó como uno de los sencillos como adelanto del disco, pero no ha sido incluido en el LP. ¿Por qué?

-De esa canción dedicada a Un perro andaluz grabamos dos versiones completamente diferentes de ritmo, arreglos y armonía. No tenía claro en su momento cuál incluir. Esta versión se quedó inédita y la lanzamos en plataformas y redes, veinticinco años después, como bonus track y aperitivo del disco. Pero porque este es un disco nuevo y diferente y además hay muchas piezas, no aparecerá en el disco pero sí que se podrán descargar con el código QR que aparece en el libro.
 

Portada del libro disco en en año del 125 aniversario del nacimiento de Buñuel

-La grabación incluye algunas voces históricas entre corte y corte, o incluso se puede escuchar a Labordeta con su célebre “vayanse a la mierda” en ‘Carta a Juan Ramón Jiménez’... ¿cuáles de esas voces o colaboraciones destacaría?

-Sin duda la de Ángela Molina que recita dos textos de Mi último suspiro, Paco Rabal y Pepín Bello, amigo de juventud de Buñuel. A los dos últimos les grabé en 1999 cuando estaba preparando el anterior disco y conservé los audios inéditos. Ángela cerraba Buñuel del desierto y ahora abre este disco. Josep María Pou es un grande de la escena española y recita un poema mío muy divertido dedicado a la idiosincrasia aragonesa. Y también mi amigo El Drogas participa recitando un poema estremecedor de Pedro Garfias, poeta muy desconocido y amigo de Luis Buñuel, que escribió en 1939 a bordo del Sinaia, el barco que les trasladaba al exilio mexicano. El Drogas se enamoró del anterior disco buñueliano y enseguida se brindó a colaborar. Y luego necesitaba un ringmaster, un presentador de esos circos tradicionales, ya que en una de las canciones termina en Zaragoza, en la barraca Farrusini que es donde descubrió el cine por primera Buñuel con 6 años. Y recurrí a mi amigo Luis Farnox, El Mecánico del Swing, que es un artistazo y gran cómico.

-El disco va más allá del disco, y recupera el formato clásico del disco libro... ¿por qué? ¿Qué incluye ese libro?

-Como decía la canción, “el vídeo mató a la estrella de la radio”. El mp3 al CD y Operación Triunfo a la música como profesión de largo recorrido. Yo ya no tengo CD ni en el ordenador ni en el coche. Pero el libro disco (con un código QR de descarga para las canciones) ha aguantado bien los embates de la tecnología y es un objeto físico y bonito para disfrutar y regalar. El libro disco tiene un formato como los viejos singles de 18 por 18 centímetros. Lo que permite más visualidad a las imágenes. Contiene varios artículos: un prólogo de Mario Barro, profesor y especialista buñueliano de la Universidad Nacional Autónoma de México, un texto precioso de Elena Poniatowska sobre Luis Buñuel, recordando su visita en 1961 a la cárcel de Lecumberri donde estuvo entre otros en la celda de Ramón Mercader, el asesino de Trosky; y un artículo mío sobre las bandas sonoras de su cinematografía. Además lo acompañan 37 poemas nuevos, uno por cada película de Buñuel. También los textos de las canciones junto a algunas pistas que ayudan a escucharlas mejor y muchas ilustraciones y fotos a color y blanco y negro.

-¿Qué músicos han participado en la grabación del disco?

-La formación base fue la banda zaragozana que me ha acompañado en directo desde 2022: José Antonio López en la batería, Beto Foronda al bajo, Maribel Vistel en el piano y coros y Julio Calvo en las guitarras. Esta fase de la producción la grabamos en La Cafetera Atómica de Zaragoza. Yo buscaba en la expresión del sonido que se notase la dinámica y la frescura de cómo se grababan los disco antes, en directo y todos juntos tocando. Y así arreglamos las canciones en el local en varios ensayos y en cuatro mañanas grabamos los trece temas. Después me llevé el material a Turistas Sonoros de Barcelona para grabar mi voz e incorporar otros instrumentos como al clarinetista Nacho Mastretta -que ha participado en muchas bandas sonoras del cine español-, el bandoneonista Matías Picciano, el violinista francés de gipsy jazz Thomas Kretzschmar, el saxofonista Lorenzo Azcona, el acordeonista Carlos Huerta y el teclista Santi Comet, que ya grabó conmigo Buñuel el desierto hace 25 años y me produjo dos discos: El ministerio de la felicidad junto a Josu García, ahora con Loquillo, y Cierzo 25 aniversario.

-¿Es la misma banda que defenderá el disco en directo?

-Dos de ellos, Maribel Vistel y Beto Foronda, me siguen acompañando y se han incorporado al equipo Chabi Benedé, a las guitarras y coros, y Nacho Flores a la batería y percusión, unos musicazos increíbles los cuatro.

-¿Tiene ya fechas en directo?

-Acabamos de presentar el disco en Barcelona, en una de sus mejores salas con una respuesta maravillosa. De momento el día 6 de julio haremos Huesca dentro del Festival Sonna, en septiembre Madrid y Bilbao y en otoño visitaremos México.

-El disco coincide con el 125 aniversario del nacimiento de Buñuel... ¿a ese respecto le ha respaldado alguna institución en la publicación del LP?

-Llamé a todas las puertas pero no he tenido tanta suerte como hace 25 años. Salvo la Diputación de Huesca, que me ha contratado para el concierto del 6 de julio en la capital del Altoaragón y comprará 100 ejemplares. De todos modos, quiero dirigirme a ellos de nuevo para presentarlo en concierto en Teruel, en Calanda y en todo nuestro territorio. Esto no va de ideologías ni del polvo del pasado sino de la vigencia y el patrimonio cultural de uno de nuestros aragoneses más universales, que nos enseña que el único pecado imperdonable en esta vida es rendirse. Pero los que me respaldan de verdad son los amigos y seguidores que reservan y compran mis libros y mis discos, para regalar y para su disfrute. Ellos son los que me permiten seguir en los escenarios 48 años después. Por cierto, si alguien desea adquirirlo, puede pedirlo directamente a través de mi página web angelpetisme.es.