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Believe in Art y la Escuela de Arte intervendrán en el hospital de Teruel Believe in Art y la Escuela de Arte intervendrán en el hospital de Teruel
Marta Alquézar, Belén Martín, Paula Ramil, Salúa Zine Eddine, Cata Basile, Sonia Camón, Irene Escriche y Luis Loras (de izda. a dcha.), durante su intervención que realizaron en el hospital de Alcañiz

Believe in Art y la Escuela de Arte intervendrán en el hospital de Teruel

La pintura mural mejorará las estancias de los pacientes
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La perspectiva sanadora y terapéutica del arte que tiene la asociación aragonesa Believe in Art llegará en breve plazo a la capital turolense. La planta de psiquiatría del hospital Obispo Polanco de Teruel podría ser la primera que acoja un proyecto de esta ONG que trabaja para integrar el arte y la pintura mural en los hospitales y centros médicos para hacer más confortables la estancia a los pacientes. Aunque todavía está por concretarse el proyecto, las fechas y los espacios concretos que se intervendrán, serán los alumnos de la Escuela de Arte de Teruel los encargados de pintar algunas de las habitaciones de psiquiatría del Polanco, después de que el éxito de la experiencia que tuvieron en el Hospital de Alcañiz dejara ganas de repetir. 
En 2018 la andorrana Rosa Balaguer se convirtió en la artista con la que Believe in Art se puso en contacto para hacer su primer proyecto fuera de Zaragoza, pintando una serie inspirada en el agua en el hospital de día de oncología de Alcañiz. Y este año, durante la pasada primavera, la enfermera Marta Alquézar volvió a proponer a esta ONG, fundada por una andorrana, la conservadora del IAACC Pablo Serrano Maria Luis Grau, junto a sus compañeras Marisa Vela y Beatriz Lucea, para volver a actuar en el centro. 
En esa ocasión el encargo fue para seis alumnos de la Escuela de Arte de Teruel, dirigidos por el profesor Luis Loras, en la planta de pediatría. “Se trataba de convertir un espacio que estaba un poco envejecido en algo mucho más vivo, luminoso y alegre. Que invitara a los niños y a las madres que van a estar allí a soñar y a mantener la alegría”, explica Loras. 
Entre los seis alumnos y el profesor diseñaron el proyecto en clase de Proyectos, que se cursa en 2º del Ciclo Superior de Ilustración de la Escuela de Arte. “Tenía que ser un proyecto fácil y rápido de ejecutar, porque teníamos que desplazarnos hasta Alcañiz y hacerlo en un par de días, porque la planta iba a estar cerrada mientras durasen los trabajos. Además tenía que ser un proyecto que se viera unificado y homogéneo a pesar de estar pintado por varias manos”, explica Loras. 
Tras una tormenta de ideas se decidió construir un relato fantástico a partir de dos personajes y el concepto del hilo, que discurre a través de los pasillos y las habitaciones formando un mundo diferente en casa espacio. 
Así, una niña y un niño juegan al clásico juego del teléfono con un cordel. El relato comienza con la niña que dice la frase “Lo que imagines...”, y termina con el niño escuchando la frase “...lo puedes conseguir”. La estudiante Paula Ramil eligió la tipografía y dibujó el texto, mientras que Cata Basile se encargó de la creación de los personajes. 
A partir de ahí los otros cuatro alumnos se encargaron de una habitación cada uno, que ambientaron en diferentes mundos fantásticos con dibujos alusivos, formados por el propio hilo que va discurriendo de espacio en espacio comunicándolos todos. 
Belén Martín dibujó la Habitación del Viento, Irene Escriche la del espacio, con distintos planetas y los personajes flotando el gravedad cero, Salúa Zine Eddine recreó el mundo marítimo con criaturas como un sireno o una medusa, y Sonia Camón dedicó su habitación a la naturaleza, con personajes inspirados en cuentos fantásticos interactuando con la naturaleza. 
Para Luis Loras este proyecto tuvo un especial valor didáctico, porque “uno de los retos importantes que tiene un ilustrador es trabajar la narrativa en un álbum ilustrado, y en esta ocasión además ese álbum era tridimensional, pues había que contar una historia a lo largo de un espacio arquitectónico experimental, en el que cada espacio volumétrico funcionaba como una viñeta”. 
“A los estudiantes del grado de Ilustración de la Escuela de Arte les motiva muchísimo este tipo de trabajos, porque es una práctica real que va a ver mucha gente, porque toda la gente del hospital nos trató de maravilla durante los dos días que estuvimos allí y porque este tipo de iniciativas tienen mucho más detrás”. Y es que Believe in Art está convencida de que el arte mural en los hospitales desempeña una excelente labor en cuanto a humanizar los espacios y hacer más agradable la estancia de los pacientes. “De hecho la propia Marta Alquézar –la enfermera del hospital de Alcañiz que ha impulsado este proyecto concreto– fue paciente hace muy poco, porque ha sido madre, y nos ha dicho que le encantó ocupar una de estas habitaciones sobre las que actuamos