Bellas Artes pone el foco de la práctica artística en el proceso de aprendizaje

Ser capaz llevar el foco del arte más allá del hecho expositivo, y situarlo sobre los procesos internos de creación, así como abrazar la experimentación sin dejar de conocer y reconocer la tradición heredada del pasado. Esas son dos de las conclusiones principales a las que se llegó durante el seminario Crear, mediar, formar: La práctica artística como proceso de aprendizaje, celebrado en el Edificio de Bellas Artes a propósito de la exposición homónima que puede verse en ArTeSala, hasta el 20 de diciembre.

Dicho seminario, impulsado por la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Zaragoza en Teruel -de la que depende el grado de Bellas Artes- y la Fundación Universitaria Antonio Gargallo, reunió a una treintena de estudiantes y profesores.

Conducido por las docentes e investigadoras Neus Lozano Sanfèlix y Belén Díez Atienza, el seminario abordó algunas de las cuestiones clave en el futuro del grado de Bellas Artes, entre ellas las estructuras curriculares y las estrategias pedagógicas son necesarias para que “la práctica artística se manifieste como un verdadero proceso de conocimiento activo y compartido en el contexto académico”, según las organizadoras. En este sentido el seminario parte de la idea de transformar la tradicional sala de exposiciones en “un espacio vivo de reflexión académica y debate metodológico”, en la que los procesos internos inherentes a la actividad artística, como la propia creación, la mediación y el aprendizaje se sitúen a la misma altura que el propio hecho expositivo.

En el debate se expusieron diferentes posturas en torno al papel de la mediación, entendiendo por esta “el puente entre la obra y el público, o entre el concepto y la forma”, dentro de la práctica docente y del ecosistema académico en Bellas Artes.

Los artistas y alumnos participaron en el seminario -Jowita Tyszka Kobuszewska, Joaquín Escuder Viruete, Xavier Urrios Henares, José Prieto, Ignacio Martín Pérrez, David Cantarero Tomás, Óscar Blanch Lombarte, Marta Marco Mallén, Ángel Alaber Herrero y Dunia López Lara- compartieron sus procesos individuales en él ámbito de la concepción y creación de la pieza. Cada obra, desde la videoperformance hasta la talla en alabastro, fue analizada como el rastro visible de un proceso, destacando el valor de sus miradas subjetivas y las ideas de las que se nutrieron.

Otro de los conceptos que se manejaron en el debate fue la docencia entendida como un instrumento capaz de generar un espacio activo y de pensamiento para construir el conocimiento de forma compartida. No tanto como una mera transmisión de conocimientos jerarquizada y sistematizada, sino más bien un proceso sinérgico -aquel en el que el resultado es mayor que la mera suma de sus partes- a partir del cual todas las partes se nutren y evolucionan.

Otra de las conclusiones a las que se llegó durante el seminario se refiere a la importancia de “reconocer el pasado como impulso para construir el futuro”, explican las organizadoras, “promoviendo una formación que integre la honestidad, la vulnerabilidad y la experimentación continua, en el día a día del grado de Bellas Artes”.

La exposición de la que parte el seminario todavía puede verse en ArTeSala hasta el 20 de diciembre, con piezas de dieciséis autores diferentes. Además de los ya citados, participan en la muestra Soledad Córdoba, Javier Galkán, Marte Pcampos, Valle Galera, Dani Estévez Mera, Bia Santos, Mateo Patón y Milagros Dolz Santos. Además durante su inauguración tuvo lugar una performance creada por Marta Ezquerra Montull, Blanca Vallespí Calvo, Ekaterina Alejandre Sánchez, Neo Escuder Sancho, Nuria Férriz Lorente y Marta Clavo Sanz.