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Cefalea cardiaca: contribuyendo a la Clasificación Internacional de Cefaleas Cefalea cardiaca: contribuyendo a la Clasificación Internacional de Cefaleas
Cefalea cardiaca. Autora: Cristina Pérez Heras

Cefalea cardiaca: contribuyendo a la Clasificación Internacional de Cefaleas

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Mª Pilar Navarro Pérez
 

¿Qué es la cefalea y por qué estudiarla?

La cefalea, o dolor de cabeza, es un síntoma muy común que casi todas las personas sufrimos en algún momento. ¿Quién no ha tenido dolor de cabeza al tener fiebre o después de tomar unas copas de más? En estos casos, la cefalea tiene una causa identificable, como una infección, un tumor cerebral o cambios metabólicos. A este tipo de dolor se le llama cefalea secundaria.

Pero no todos los dolores de cabeza tienen una causa identificable. Existen las cefaleas primarias, que no son provocadas por otra enfermedad o por una causa concreta, sino que son una enfermedad neurológica en sí mismas. Entre ellas se encuentran la migraña, la cefalea tensional o la cefalea en racimos.

Por lo tanto, un síntoma tan frecuente como es la cefalea nos abre la puerta a una infinidad de posibles diagnósticos que pueden tener un tratamiento distinto en cada caso.

La clasificación que marcó un antes y un después

Antes de 1988 el diagnóstico de las cefaleas no era uniforme, lo que dificultaba avanzar en su investigación y tratamiento. Todo cambió cuando, en ese año, la Sociedad Internacional de Cefaleas, en un proyecto liderado por el neurólogo Jes Olesen, publicó la primera Clasificación Internacional de las Cefaleas.

Desde entonces ha sido actualizada en tres ocasiones (1988, 2004 y 2018) e incluye más de 200 tipos de cefalea con descripciones, criterios diagnósticos y subtipos definidos. Esto ha permitido que médicos de todo el mundo hablemos un mismo idioma y ha impulsado grandes avances en sus tratamientos.

Sin embargo, esta clasificación sigue evolucionando gracias a estudios realizados en todo el mundo. Desde Aragón también hemos querido hacer nuestra aportación investigando y proponiendo nuevos criterios diagnósticos para una cefalea muy poco conocida: la cefalea cardiaca.

¿Qué es la cefalea cardiaca?

La cefalea cardiaca es un tipo de cefalea secundaria que aparece en el contexto de un infarto de miocardio y se describe como una cefalea de “tipo migrañoso”.

Se describió por primera vez en 1997 con la presentación de dos casos clínicos, se introdujo en la segunda Clasificación Internacional de las Cefaleas y sus criterios se modificaron en la tercera edición (2018) en base a otros casos publicados. Sin embargo, toda la información que disponíamos de esta entidad provenía de casos clínicos, pero no de estudios científicos específicos.

Por ese motivo, tras ver que su prevalencia era desconocida y que la descripción de sus características era muy variable e inexacta, decidimos estudiar en detalle la cefalea cardiaca con el objetivo de describir sus características, averiguar su frecuencia, analizar los posibles factores relacionados y los actuales criterios diagnósticos. Por último, nuestro objetivo final fue proponer los nuevos criterios diagnósticos basados por primera vez en datos precisos.

 

Propuesta de criterios diagnósticos de cefalea cardiaca

Nuestro estudio: analizando la cefalea cardiaca

Realizamos un estudio en el que entrevistamos a todos los pacientes ingresados en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza por sospecha de síndrome coronario agudo durante un año. Recogimos datos demográficos, médicos, características del infarto de miocardio y características de la cefalea en los casos que presentaron dolor de cabeza en relación con el infarto cardiaco.

En total, incluimos 304 pacientes con infarto de miocardio, y de ellos, 54 pacientes (14,2%) presentaron cefalea cardiaca. Es decir, 1 de cada 7 personas con infarto de miocardio tuvo este tipo de cefalea, lo cual demuestra que no es tan infrecuente como se pensaba.

Principales hallazgos

La cefalea cardiaca se presentó en el 14,2% de los casos.

Características clínicas variables siendo generalmente frontal, de tipo opresivo y de intensidad moderada.

Se relacionó con dolor mandibular, palpitaciones y afectación de la arteria circunfleja como responsable del infarto. Sin embargo, los pacientes con antecedentes de hipertensión arterial presentaron con menor frecuencia cefalea cardiaca.

Detectamos que los criterios diagnósticos vigentes podrían no ser los adecuados, sobre todo en lo relativo a las características del dolor.

Aunque la cefalea cardiaca se describe como de “tipo migrañoso” observamos que solo un pequeño porcentaje de los pacientes presentaba cefalea con características migrañosas.

Propuesta de criterios diagnósticos

A partir de estos resultados, propusimos optimizar los criterios diagnósticos actuales. Sugerimos eliminar los criterios C3 y C4, ya que no se ajustan a lo observado. Además, ningún paciente cumplía simultáneamente los criterios de migraña sin aura, por lo que también recomendamos eliminar la expresión “cefalea de tipo migrañoso” de la descripción.

Por qué es importante nuestro estudio

Nuestro estudio demuestra que la cefalea cardiaca no es infrecuente. Este hallazgo puede ser relevante ya que reconocer los primeros síntomas en pacientes con isquemia miocárdica es crucial.

Además, proporcionamos por primera vez una descripción detallada de las características de la cefalea cardiaca y hemos detectado que los criterios diagnósticos actuales podrían no ser adecuados y presentamos nuestra propuesta para su modificación.

Investigar desde lo local

Nuestro estudio, un proyecto de investigación unicéntrico, ha logrado aportar datos nuevos y relevantes y contribuir al conocimiento de una cefalea poco frecuente así como al desarrollo de la Clasificación Internacional de las Cefaleas.

En un entorno como el nuestro, donde los recursos económicos, humanos y materiales son limitados, llevar a cabo cualquier investigación en Ciencias de la Salud es un proyecto complejo y conlleva un gran compromiso personal. Sin embargo, las propias características de nuestra provincia pueden ser el contexto idóneo para desarrollar estudios observacionales y epidemiológicos y contribuir al desarrollo global del conocimiento médico.