

César Vela en el Claustro del Obispado, que hasta el día 15 acoge la muestra sobre Cooperación Internacional
César Vela, técnico de la ONG Familias Unidas: “La cooperación internacional da buenos resultados, pero son difíciles de cuantificar”
El Claustro del Obispado de Teruel acoge una exposición sobre la solidaridad aragonesa
César Vela es un técnico zaragozano de la Fundación Familias Unidas, ONG con actividad en países como Nicaragua o Haití que inauguró la semana pasada una exposición, en el Claustro del Obispado de Teruel, sobre la Cooperación Internacional al Desarrollo que se realiza desde Aragón. Todavía puede visitarse la muestra hasta el 15 de febrero.
-¿En qué consiste la exposición?
-Es una muestra sobre la Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID) aragonesa, no tanto sobre nuestra ONG, sino en términos generales. Desde Aragón se lleva 30 años trabajando en Cooperación, junto a Gobierno de Aragón, las diputaciones provinciales y los ayuntamientos, y la exposición hace un recorrido explicando por qué se coopera, cómo se coopera, dónde se coopera y adónde va el dinero de esa cooperación. Tiene como objetivo seguir concienciando de la necesidad de colaborar, y también informar de qué es la CID, de cómo se trabaja y para qué sirve.
-¿Y cuánto se coopera? ¿A qué nivel estamos los aragoneses en ese sentido en el contexto de España?
-El nivel está bien, aunque no llegamos a cumplir aquel objetivo ideal del 0,7% del presupuesto. Estamos en 0,17%, más o menos. Las instituciones dedican en torno a siete euros por habitante en Aragón. En los últimos años las partidas presupuestarias destinadas a la CID ha ido descendiendo.
-Esas partidas presupuestarias se verán muy determinadas por las crisis, ¿no?
-Sí, claro. Las últimas crisis se han notado muchísimo. Y además hay muchas ONG's que hemos pasado a hacer más proyectos de Acción Social, que es un trabajo con gente que lo necesita aquí en España, así que todavía ha disminuido más los fondos destinados a la cooperación internacional.
-¿En qué consiste la diferencia entre Cooperación Internacional y Acción Social?
-La diferencia radica en que en CID el 80% de los fondos va a proyectos en los países en vías de desarrollo, un 10% se dedica a situaciones de emergencia, y otro 10% se dirige a educación en España, en el sentido de sensibilizar sobre la propia cooperación y el medioambiente. Acción Social son proyectos de colaboración que se quedan en España, con personas en dificultades ya sean españoles o inmigrantes, pero que están en nuestro país. Y no son incompatibles. A nivel educativo, en las charlas a los jóvenes siempre les digo que hay que comenzar desde tu colegio, desde tu ciudad, para mejorar el mundo entero.
-En uno de los paneles de esta exposición se explica que la gran mayoría de los aragoneses estamos de acuerdo con destinar dinero público a la Cooperación Internacional...
-En general las personas son muy solidarias. Hasta un 95% de la población de media, tanto española como europea, piensa que hay que destinar dinero de los impuestos a cooperar con países extranjeros que lo necesitan.
-¿Y eso repercute en el número de donaciones particulares?
-Efectivamente, hay una parte muy importante de nuestra financiación que tiene que ver con las donaciones privadas. También ha ido bajando progresivamente, a partir de la crisis de 2008, porque muchas de las personas que donaban dinero comenzaron a tener dificultades. Muchas veces pensamos que la gente más rica es la que más coopera, pero en el fondo la mayoría de las donaciones provienen de gente normal, de ingresos medios o bajos, que va pagando sus necesidades y al mismo tiempo haciendo las donaciones que puede. Y cuando viene una situación de crisis muchas de estas personas pasan apuros.
-En cuanto a Familias Unidas, ¿qué tipo de proyectos de CID tienen en marcha?
-Nosotros llevamos 25 años trabajando sobre todo en Nicaragua, que es nuestra zona más importante, y en la actualidad también en República Dominicana y Haití. Nosotros trabajamos más con niños e infancia, en temas que tienen que ver con comedores escolares o centros de salud. Y con personas adultas también tenemos microcréditos, apoyo a brigadas médicas en lugares aislados, proyectos de agua potable para comunidades... Son temas que tienen que ver con intentar cubrir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
-¿En función de qué se eligen los países o las zonas donde se trabaja?
-En cuestiones de Ayuda Humanitaria hay que ir dónde se necesita, como ocurre ahora en Turquía y Siria, pero en el resto de proyectos es muy importante conocer bien a las comunidades y sus necesidades, así que lo más efectivo es permanecer en los lugares por donde empezaste. Nosotros en Nicaragua tenemos sede permanente, lo que nos permite trabajar cada vez mejor. Es mejor regalar una caña de pescar que un pescado porque a largo plazo esa gente ya no te necesitará, pero ese es un trabajo que se desarrolla a lo largo del tiempo, y tener estabilidad y no ir de un lugar a otro es importante.
-¿Esos proyectos a largo plazo dan resultado?
-Sí, sin duda. Los proyectos de CID, los microcréditos, mejoran mucho la vida y la situación de las personas allí. El tema de la infancia es un saco sin fondo porque trabajas a muy largo plazo, y ninguna estadística te va a poder decir en qué se transforma la educación a los niños. Pero si estás allí ves que mejora la vida y que en generaciones futuras tendrá efectos. Los microcréditos y apoyo a campesinos sí que se ve una mejora mucho más palpable.
-¿Hasta qué punto es importante el respeto a la población local en CID?
-Absoluto. Por eso lo que te decía, que es vital conocer a la gente y sus necesidades. Yo estuve 16 años en Nicaragua y ese trabajo es fundamental. Siguiendo con la metáfora de la caña de pescar, de nada sirve llevar la caña más grande y más moderna, porque a lo mejor su río es pequeñito y necesitan otra cosa distinta. Hablar y conocer a la gente es un feedback por el que todo el mundo mejora; la comunidad obtiene ayuda y yo mejoro porque aprendo muchas cosas.
-¿A nivel gubernamental se han llegado a encontrar con problemas en algún país?
-Normalmente no, porque además nosotros no tenemos ninguna vinculación política ni ideológica. Nosotros trabajamos para el pueblo. Y puede ser que en determinados momentos te pongan más o menos trabas a la hora de enviar dinero. Por ejemplo, ahora la situación política en Nicaragua es más complicada, pero nosotros seguimos trabajando.
-Suele preocupar mucho que el dinero dedicado a la CID llegue a buen puerto...
-Y es normal. Nosotros tenemos una triple contabilidad. Todo el dinero público del gobierno se justifica euro a euro, a través de facturas originales. Además tenemos auditorías internas y externas, y a través de la web o de las revistas que publicamos también informamos a los donantes privados en qué se gasta su dinero.
-¿En qué consiste la exposición?
-Es una muestra sobre la Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID) aragonesa, no tanto sobre nuestra ONG, sino en términos generales. Desde Aragón se lleva 30 años trabajando en Cooperación, junto a Gobierno de Aragón, las diputaciones provinciales y los ayuntamientos, y la exposición hace un recorrido explicando por qué se coopera, cómo se coopera, dónde se coopera y adónde va el dinero de esa cooperación. Tiene como objetivo seguir concienciando de la necesidad de colaborar, y también informar de qué es la CID, de cómo se trabaja y para qué sirve.
-¿Y cuánto se coopera? ¿A qué nivel estamos los aragoneses en ese sentido en el contexto de España?
-El nivel está bien, aunque no llegamos a cumplir aquel objetivo ideal del 0,7% del presupuesto. Estamos en 0,17%, más o menos. Las instituciones dedican en torno a siete euros por habitante en Aragón. En los últimos años las partidas presupuestarias destinadas a la CID ha ido descendiendo.
-Esas partidas presupuestarias se verán muy determinadas por las crisis, ¿no?
-Sí, claro. Las últimas crisis se han notado muchísimo. Y además hay muchas ONG's que hemos pasado a hacer más proyectos de Acción Social, que es un trabajo con gente que lo necesita aquí en España, así que todavía ha disminuido más los fondos destinados a la cooperación internacional.
-¿En qué consiste la diferencia entre Cooperación Internacional y Acción Social?
-La diferencia radica en que en CID el 80% de los fondos va a proyectos en los países en vías de desarrollo, un 10% se dedica a situaciones de emergencia, y otro 10% se dirige a educación en España, en el sentido de sensibilizar sobre la propia cooperación y el medioambiente. Acción Social son proyectos de colaboración que se quedan en España, con personas en dificultades ya sean españoles o inmigrantes, pero que están en nuestro país. Y no son incompatibles. A nivel educativo, en las charlas a los jóvenes siempre les digo que hay que comenzar desde tu colegio, desde tu ciudad, para mejorar el mundo entero.
-En uno de los paneles de esta exposición se explica que la gran mayoría de los aragoneses estamos de acuerdo con destinar dinero público a la Cooperación Internacional...
-En general las personas son muy solidarias. Hasta un 95% de la población de media, tanto española como europea, piensa que hay que destinar dinero de los impuestos a cooperar con países extranjeros que lo necesitan.
-¿Y eso repercute en el número de donaciones particulares?
-Efectivamente, hay una parte muy importante de nuestra financiación que tiene que ver con las donaciones privadas. También ha ido bajando progresivamente, a partir de la crisis de 2008, porque muchas de las personas que donaban dinero comenzaron a tener dificultades. Muchas veces pensamos que la gente más rica es la que más coopera, pero en el fondo la mayoría de las donaciones provienen de gente normal, de ingresos medios o bajos, que va pagando sus necesidades y al mismo tiempo haciendo las donaciones que puede. Y cuando viene una situación de crisis muchas de estas personas pasan apuros.
-En cuanto a Familias Unidas, ¿qué tipo de proyectos de CID tienen en marcha?
-Nosotros llevamos 25 años trabajando sobre todo en Nicaragua, que es nuestra zona más importante, y en la actualidad también en República Dominicana y Haití. Nosotros trabajamos más con niños e infancia, en temas que tienen que ver con comedores escolares o centros de salud. Y con personas adultas también tenemos microcréditos, apoyo a brigadas médicas en lugares aislados, proyectos de agua potable para comunidades... Son temas que tienen que ver con intentar cubrir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
-¿En función de qué se eligen los países o las zonas donde se trabaja?
-En cuestiones de Ayuda Humanitaria hay que ir dónde se necesita, como ocurre ahora en Turquía y Siria, pero en el resto de proyectos es muy importante conocer bien a las comunidades y sus necesidades, así que lo más efectivo es permanecer en los lugares por donde empezaste. Nosotros en Nicaragua tenemos sede permanente, lo que nos permite trabajar cada vez mejor. Es mejor regalar una caña de pescar que un pescado porque a largo plazo esa gente ya no te necesitará, pero ese es un trabajo que se desarrolla a lo largo del tiempo, y tener estabilidad y no ir de un lugar a otro es importante.
-¿Esos proyectos a largo plazo dan resultado?
-Sí, sin duda. Los proyectos de CID, los microcréditos, mejoran mucho la vida y la situación de las personas allí. El tema de la infancia es un saco sin fondo porque trabajas a muy largo plazo, y ninguna estadística te va a poder decir en qué se transforma la educación a los niños. Pero si estás allí ves que mejora la vida y que en generaciones futuras tendrá efectos. Los microcréditos y apoyo a campesinos sí que se ve una mejora mucho más palpable.
-¿Hasta qué punto es importante el respeto a la población local en CID?
-Absoluto. Por eso lo que te decía, que es vital conocer a la gente y sus necesidades. Yo estuve 16 años en Nicaragua y ese trabajo es fundamental. Siguiendo con la metáfora de la caña de pescar, de nada sirve llevar la caña más grande y más moderna, porque a lo mejor su río es pequeñito y necesitan otra cosa distinta. Hablar y conocer a la gente es un feedback por el que todo el mundo mejora; la comunidad obtiene ayuda y yo mejoro porque aprendo muchas cosas.
-¿A nivel gubernamental se han llegado a encontrar con problemas en algún país?
-Normalmente no, porque además nosotros no tenemos ninguna vinculación política ni ideológica. Nosotros trabajamos para el pueblo. Y puede ser que en determinados momentos te pongan más o menos trabas a la hora de enviar dinero. Por ejemplo, ahora la situación política en Nicaragua es más complicada, pero nosotros seguimos trabajando.
-Suele preocupar mucho que el dinero dedicado a la CID llegue a buen puerto...
-Y es normal. Nosotros tenemos una triple contabilidad. Todo el dinero público del gobierno se justifica euro a euro, a través de facturas originales. Además tenemos auditorías internas y externas, y a través de la web o de las revistas que publicamos también informamos a los donantes privados en qué se gasta su dinero.