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Clara Romeo desarrolla la dirección artística del proyecto ‘Y la guerra llegó a casa’ Clara Romeo desarrolla la dirección artística del proyecto ‘Y la guerra llegó a casa’
Reproducción de Clara Romeo de la icónica fotografía de Robert Capa en el invierno de 1937 a 1938, de unos soldados del Ejercito Popular mirando el Viaducto desde las ruinas de un edificio

Clara Romeo desarrolla la dirección artística del proyecto ‘Y la guerra llegó a casa’

La artista ganó una beca que le ha permitido crear el diseño visual del futuro corto de animación
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La artista zaragozana Clara Romeo, graduada en Bellas Artes en el campus de Teruel de la Universidad de Zaragoza, ha sido la encargada de realizar la dirección de arte de Y la guerra llegó a casa, un proyecto de investigación cinematográfica, histórica y etnográfica de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel de Alfonso Burgos, Neus Lozano-Sanfélix, Irene Covaleda, Joaquín José Escuder y Juan Senís, que concluirá con la presentación de un cortometraje de animación para salvaguardar las vivencias humanas en el contexto de la Guerra Civil en Teruel, a través del audiovisual, y acercarlas al público más joven.

El proyecto, que respalda la Fundación Universitaria Antonio Gargallo, convocó una beca para estudiantes de Bellas Artes para realizar la dirección artística y desarrollar todo lo que tiene que ver con el aspecto visual y estético que tendrá la producción. La convocatoria la ganó Clara Romeo, una estudiante zaragozana con raíces en Lechago que ha desarrollado este proyecto como su Trabajo de Fin de Grado en Bellas Artes. Durante los primeros meses de 2023 comenzó el trabajo de documentación, en primavera comenzó a desarrollar los primeros bocetos y en julio presentó el desarrollo gráfico y los diseños definitivos que guiarán la creación de la animación definitiva del cortometraje.
 
La artista Clara Romeo, pintando en un exterior


La primera parte del proyecto, el de documentación, ha sido quizá el más arduo para Romeo, que trabajó a través de un convenio con el Museo Provincial de Teruel y el Instituto de Estudios Turolenses. “Como la mayor parte de la gente de mi edad, la Guerra Civil Española me es bastante ajena y tuve que hacer un trabajo de inmersión no solo en su historia, sino también de la imagen, a través de muchas fotografías de espacios, de personas, de las vestimentas y de las ambientaciones”, explica la artista.
 
El proyecto de investigación, cuyo título completo es Y la guerra llegó a casa. Aproximación artístico-técnica a las vivencias personales en la Batalla de Teruel (1937-1938), ha pivotado en la literatura sobre el conflicto centrada más en el factor humano que en el puramente bélico, con obras como Si me quieres escribir: La batalla de Teruel, de Pedro Corral; El general invierno y la Batalla de Teruel, de Vicente Aupí Royo; De la sublevación a la Batalla de Teruel, de Serafín Aldecoa; o La batalla de Teruel desde el Aire. Testimonios de Carlos Mallench Sanz y Blas Vicente Marco, entre otras.

“Por fortuna para mí, he contado con la desorbitada biblioteca que perteneció a mi tío”, explica la artista, sobrina del escritor Felix Romeo (1968-2011), que inspiró y da nombre a la Biblioteca Sumergida de Lechago-. “Ahí he podido encontrar libros que ya son muy difíciles de encontrar en el mercado, y que me han proporcionado mucha información”.
 
Los emplazamientos reconocibles, como la Plaza de Toros, son especialmente delicados de reproducir


Además el proyecto cuenta con la colaboración de expertos y estudiosos de la Guerra Civil y de la Batalla de Teruel, como Alfonso Casas Ologaray, editor de la revista Muletón y autor de Lugares de la guerra. Teruel; Fernando Hernández Trigo (hijo de un combatiente que defendió el reducto de la Comandancia) o la historiadora Pilar Artal Royo, a través de sus ricos archivos fotográficos, documentales y epistolares personales.

La cara visible de la película


Con todo ese material, Clara Romeo ha elaborado las directrices gráficas y estéticas que tendrá el proyecto y el estilo homogéneo que servirá de guía para el animador o el equipo de animadores que se encargue de darle vida a la película. La artista ha dibujado personajes que aparecerán, tanto anónimos civiles y militares como conocidos o históricos, ambientaciones, edificaciones, y también ha redibujado -siguiendo la misma estética que el resto de diseños- algunas de las fotografías icónicas que tomaron Robert Capa, Hemingway y otros corresponsales internacionales durante el conflicto.

Romeo explica que, entre las líneas generales que han guiado la dirección artística, había dos principales: por un lado debía ser en blanco y negro, apelando a la antigüedad, el aspecto bélico del tema, y también de la propia memoria y el recuerdo, habitualmente representada en monocromo; y por otro tenía que tener una estética afín a un  público de todas las edades, incluyendo al público joven, más habituado al cómic o el cine de animación, que no chirriara a un público adulto o de avanzada edad.

Romeo, que tomó como referentes a diseñadores y grafistas como la iraní Marjane Satrapi (Persépolis) o el valenciano Paco Roca (Los surcos del azar), entre otros, ha creado una estética de personajes “muy expresivos, simples a nivel visual, que sin dejar de ser figurativos resultan muy cómodos de ver para cualquier tipo de público”.
 
La dirección artística de Romeo sienta las bases estéticas para el futuro desarrollo de la animación de la película


Para Clara Romeo este TFG ha supuesto un importante reto, “ya que como artista me ha obligado a salirme por completo de mi zona de confort”. No solo porque nunca antes había dibujado edificios de los años 30, estructuras derruidas o unidades militares de época -que aunque no incorporan un nivel de detalle exhaustivo, porque así lo requería el proyecto, no pueden contener aberraciones históricas o simplificaciones excesivas-, sino porque los requisitos formales del proyecto escapan por completo a lo que hasta ahora había desarrollado habitualmente Romeo. “No hay más que darse una vuelta por mis redes sociales para ver parte de mi trabajo y darse cuenta de que soy muy colorista, nada que ver con el blanco y negro y la amargura que tenía que reflejar le proyecto”, explica. “Pero precisamente lo apasionante del trabajo de directora artística es que tienes que adaptarte a las exigencias que requiere cada proyecto, que unas veces tendrá más que ver con lo que haces y otras en absoluto”.

De hecho Clara Romeo había marchado a la Universidad de Cuenca para cursar su último año de Bellas Artes allí, donde podía cursar la asignatura de Dirección de Arte, precisamente. “Cuando se me plantea la posibilidad de hacer mi TFG sobre este proyecto y optar a la beca tuve que pensármelo porque yo ya había empezado a desarrollar mi Trabajo Fin de Grado y no tenía nada que ver con esto”, explica. “Pero después vi que era una excepcional oportunidad para mi desarrollo profesional”.
 
Clara Romeo ha participado en numerosas iniciativas artísticas durante su etapa de estudiante en Teruel, desde exposiciones colectivas como Coordenadas (2021), Especies de Espacios (2022), Geografía Poética II (2022), Brrum (2023), Cuerpos sostenidos (2023) o Spiritu II (2023), muestra colectiva cuya pieza, Acristalar el duelo, todavía puede verse expuesta hasta el 31 de enero en el Museo de Arte Sacro de Teruel; hasta festivales de arte como el Festival Ilustrado de Teruel (2022).

Su experiencia como directora de arte becada del proyecto de investigación Y la guerra llegó a casa ha sido tan satisfactorio que no descarta dedicarse a ello, trabajando con jóvenes realizadores turolenses como Jaime Fierro, aunque sin descuidar otras facetas personales, como la instalación, el grabado o la ilustración. “La dirección de arte es algo que siempre me ha interesado, y que tiene muchas facetas atrayentes, sobre todo en el ámbito de las salidas laborales, que no siempre tienen que ver con las líneas artísticas que me gusta desarrollar en el ámbito más personal”.