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David Sancho organiza un show diario desde su balcón: “Esto está siendo muy duro, pero el pesimismo no arregla nada” David Sancho organiza un show diario desde su balcón: “Esto está siendo muy duro, pero el pesimismo no arregla nada”
David Sancho, con su hijo Darío, en uno de su shows en el barrio madrileño de Aluche

David Sancho organiza un show diario desde su balcón: “Esto está siendo muy duro, pero el pesimismo no arregla nada”

El cantante turolense alegra la vida a sus vecinos en Madrid
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Como miles de músicos en España, no puede trabajar desde el 14 de marzo, cuando cerraron sus puertas las salas de música en directo y se cancelaron todas las bodas, espectáculos y bolos para prevenir el contagio por coronavirus. La mayor parte de su tiempo libre lo dedica a cuidar de Lorenzo, su segundo hijo que nació el 19 de ese mes, y que como a todos los nacidos en medio del confinamiento sus abuelos lo conocen solo por fotografías y videoconferencia.

Sin embargo el cantante turolense David Sancho dedica cerca de una hora todos los días a cantar desde su balcón para entretener y arrancar una sonrisa a cinco fincas del barrio madrileño de Aluche, donde reside. Hasta hace un mes y medio casi nadie se conocía en esos bloques pero ahora son habituales las conversaciones de balcón a balcón, se cuelgan pancartas agradeciendo el show que monta diariamente, se ofrecen regalos y existe un grupo de Whatsapp en el que se hacen peticiones musicales y donde se cuentan el día a día del confinamiento, que David Sancho repasa diariamente, micrófono en mano, en clave musical. 

“Cuando regresamos a casa tras el nacimiento de mi hijo Lorenzo se me ocurrió que podría hacerlo para que la gente, sobre todo los niños y la gente mayor, tuviera un rato de entretenimiento”, explica David Sancho. “En pocos días habíamos hecho un grupo de Whatsapp en el que la gente me pedía canciones, me decía que le felicitara el cumpleaños o me agradecía lo que estaba haciendo. Un día me quedé dormido y tuve muchísimos mensajes pidiéndome que saliera”. 

El turolense, que actúa habitualmente con Sancho & Swing y está especializado en música española y de estilo crooner, deja unos minutos de cortesía tras los aplausos de las 20 horas y entonces comienza un espectáculo, que en buena medida está hecho a la carta. Casi todos los días hace un poco de patria cantando la versión de AC/DC Yo soy de Teruel que popularizó Oregón TV, y a partir de ahí casi cualquier cosa. “Canto el Gracias por venir de Lina Morgan, cambiando la letra por mensajes que me envía la gente contándome cosas que han hecho. Muchas de las personas que me escuchan no pueden verse entre ellos, y así yo les tengo informados de lo que hacen sus vecinos. Y me lo paso en grande”. Hace chascarrillos, atiende peticiones –la gente mayor del barrio le bombardea con pasodobles y canciones de Nino Bravo–, pide aplausos extra para los vecinos que trabajan en los hospitales, felicita cumpleaños o emite mensajes de audio que le envían sus vecinos a través de su equipo de sonido instalado en la terraza. 

“No tengo ningún tipo de ambición con esto... de hecho antes de empezar no conocía al 90% de mis vecinos ni ellos a mí. Alguno ha empezado a enterarse ahora que soy cantante profesional”, asegura Sancho. “Lo único que quería era alegrar a la gente y me hace feliz que están encantados. Nos envían regalos, tartas o torrijas, todo el mundo está pendiente del pequeño Lorenzo y yo me lo paso muy bien”.

Y eso que Madrid, como todas las grandes ciudades, tiene fama de ser una gran colmena deshumanizada. “Y así es”, corrobora Sancho. “Pero en realidad la gente, sobre todo los mayores y los niños, tiene ganas de tener roce, de estar conectados y pendientes los unos de los otros. Gracias a la música y a esta desgracia algo ha cambiado, por lo menos en este barrio, y cuando todo acabe supongo que haremos una paella gigante para todos”. 

Tras un mes y medio el turolense admite que “la euforia ya no es tan grande como al principio”, y que “hay gente que lo pasa muy mal, que está ya harta y que necesita trabajar de nuevo”. Pero David Sancho sabe lo que es perder todas las fuentes de ingresos –actualmente está percibiendo la ayuda a los autónomos–, pues se han cancelado todas sus actuaciones, mayoritariamente en el Amazónico Club Jazz de Madrid y en el Casino de Torrelodones, donde canta desde hace ocho años y, desde septiembre, había comenzado a programar las actuaciones y contratar los grupos. “Y encima, por lo que estoy hablando con mis compañeros músicos, la normalidad en los directos, en los hoteles o en los actos públicos puede que no regrese hasta el verano”. 

“Sin embargo yo soy un tío optimista y veo la vida con felicidad”, admite. “Ayer nos pusimos pelucas, y cada día hacemos chorradas diferentes para estar contentos. Estamos encerrados y lo estamos pasando mal, es una situación dura y difícil, pero ser pesimista y amargarte la vida aún más no te va a solucionar ningún problema”. 

Mientras ayuda como puede a mejorar el presente, el turolense es también optimista con el futuro. “No sé cuándo pasará esto ni qué ocurrirá, porque nadie lo sabe. Habrá que buscar soluciones para los músicos, los artistas, y todo el mundo que se ha quedado sin trabajo. Pero tengo esperanza en la gente porque está muy concienciada, y creo que cuando se pueda todo el mundo apoyará comprando entradas para los conciertos y comprando discos”. Sancho asegura que muchos compañeros músicos se están atreviendo a sacar discos nuevos en medio del confinamiento, “y la respuesta está siendo buena, están vendiendo en formato digital porque la gente es agradecida y quiere ayudar”. 

“Es lo que tiene la música”, sentencia David Sancho convencido, “que es capaz de unir a la gente y de hacerte feliz. ¿Cuando todo esto pase volveremos a ser los de antes? ¿Seremos mejores? ¿Peores? Sinceramente, no tengo ni idea”.