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‘Desnudas’ cierra el ciclo de exposiciones Especies de Espacios en Bellas Artes ‘Desnudas’ cierra el ciclo de exposiciones Especies de Espacios en Bellas Artes
Sandra Hernández (derecha), junto a la obra ‘Vistiendo segura’, que forma parte de la exposición colectiva ‘Desnudas’

‘Desnudas’ cierra el ciclo de exposiciones Especies de Espacios en Bellas Artes

Cuatro estudiantes del Campus de Teruel presentan una muestra colectiva de arte contemporáneo
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Los estudiantes de Bellas Artes en el Campus Universitario de Teruel Guillermo Maza, Sandra Hernández, Andrea Vilas y Anabel Amate inauguraron Desnudas, la quinta y última exposición colectiva del ciclo Especies de Espacios que realizan anualmente los alumnos de la asignatura Metodología de Proyectos. Espacios. La muestra, comisariada por la profesora Silvia Martí, podrá visitarse hasta el 3 de mayo en el Edificio de Bellas Artes de Campus Universitario de Teruel. 

Los cuatro artistas reflexionan con otras tantas propuestas, que van de la escultura a la instalación pasando por el videoarte, sobre el concepto de lo femenino y de la mujer, aportando diferentes puntos de vista en algunos casos bien complementarios. 

Anabel Amate Garreta presenta Cualquier forma, un obra que invita a pensar sobre la figura de la mujer más allá de los tópicos que la tradición ha ido generando sobre ese concepto convertido en icono. 

La pieza se presenta adherida  a  la pared, a través de varios fragmentos realizados en distintos materiales que juntos forman la figura de una curva. Cada una de las piezas tiene una forma que recuerda a otras formas orgánicas como hojas naturales. Se trata de establecer un paralelismo entre la forma de la mujer, diferente al canon habitual y de hecho irreducible a canon, y la naturalidad con la que esa heterodoxia se asemeja al resto de la naturaleza.

Por su parte Andrea Vilas Gaudioso aporta a la obra De hito en hito, un propuesta en videoinstalación que recrea parte de la narración vital de  cuatro  mujeres  que  vivieron  en  distintas épocas representativas de la historia de España: la Guerra Civil Española, la posguerra -y consecuentemente la dictadura-, el fin de la dictadura y la época actual. 

La intención de Vilas es poner frente al espectador la evolución de la vida de las mujeres  desde una de las épocas más duras de la España contemporánea hasta la actualidad para concienciar de todos los cambios que se han dado en las vidas de las mujeres.

Las imagenes se ofrecen a través de cuatro televisores que reproducen un vídeo en bucle con las entrevistas de cuatro generaciones femeninas de la misma familia, empezando por ella misma y ascendiendo con su madre, su abuela y su bisabuela.

Los monitores están colocados en cuatro columnas de madera tratadas para hacer referencia a la época que corresponde a cada entrevistada, dispuestas de forma que el espectador pueda moverse entre ellas.

El único chico de esta última colectiva de Especies de Espacios es Guillermo Maza Marín, que presenta Ciega. En su caso también parte de la figura de la mujer como símbolo estético, en busca de algo mayor, que lo trasciende a través de la combinación de varios elementos, y que en el caso de Maza es la justicia, de la que destaca como característica la fragilidad, en paralelo al material que forma la propia obra. “Mediante la sombra hago partícipe al espectador para buscar la verdadera obra. De esta forma, a través del cristal grabado proyecto mediante luz la figura femenina que ha representado por siglos a la Justicia”. La obra consta de un cristal dispuesto horizontalmente en el cual se ha intervenido realizando un grabado con punta de diamante, que  a su vez queda  proyectado  sobre  la  pared  mediante  la luz  de  un  foco puntual.

Por último, Sandra Hernández Pellicena presenta una instalación entre lo irónico y lo fatal. Vistiendo segura se presenta como un puesto de venta de ropa, donde aparecen diferentes prendas que le visitante puede tocar e incluso probarse, si lo desea. 

Determinada luz y música ambienta la instalación para darle el aspecto de una tienda de ropa convencional, aunque es de todo menos convencional. 

La obra parodia un caso extremo en cuanto a lo que “una mujer necesita para sentirse segura cuando va por la calle”, y trata de visibilizar las cosas tan absurdas y hasta surrealistas que una  mujer puede llegar a necesitar o desear en situaciones cotidianas para poder sentir seguridad cuando va caminando por la calle sola. Varias cartelas van describiendo lo apropiado de cada prenda, presentándolas como algo que es una ingeniosa idea para mantener la integridad física, poniendo de manifiesto lo surrealista que puede llegar a ser algo tan, aparentemente, sencillo, como respetarse mutuamente en todas las circunstancias.