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El ciclo de arte contemporáneo Especies de Espacios llega a su ecuador El ciclo de arte contemporáneo Especies de Espacios llega a su ecuador
Iris Roche, Elvira Martín, Erika Gimeno, Blanca Caraballo, Sam Tapia, Anxo Iglesias e Idoia Graus (de izda. a dcha.)

El ciclo de arte contemporáneo Especies de Espacios llega a su ecuador

Hoy se clausura la tercera de las muestras colectivas propuestas en Bellas Artes
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Psique, la tercera de las exposiciones previstas en el ciclo Especies de Espacios de arte contemporáneo universitario que se desarrolla en el Edificio de Bellas Artes de Teruel, aborda desde diferentes disciplinas y perspectivas la relación entre el mundo interno del individuo y su entorno, así como de las representaciones de la mente y de lo psíquico que ha realizado el arte a través de la historia. La muestra, que se inauguró el pasado lunes y permanecerá abierta hasta hoy miércoles, está formada por piezas de Elvira Martín, Iris Roche, Idoia Graus, Blanca Caraballo, Sam Tapia, Anxo iglesias y Erika Gimeno.

Iris Roche presenta Retrato del cuerpo vivido, la segunda parte de una investigación artística que Roche comenzó el pasado año con Hipótesis de identidad personal sobre la identidad del sujeto individual, y si esta depende del cuerpo o de la mente, así como la naturaleza misma de la existencia. Si en su primer trabajo abordó el estudio desde la psicológico, en esta pieza lo hace desde la filosofía, con un concepto como cuerpo vivido que reúne tanto la realidad material como la espiritual en un conjunto representado por Roche por su escultura

Sam Tapia propuso una rompedora performance titulada Mentalbrakedown, que habla de la dificultad de superar el día a día o el bloqueo del artista, factores fundamentalmente mentales que sin embargo determinan o pueden determinar profundamente la vida física del cuerpo. Tapia transformó su espacio expositivo en un pequeño rincón en el que representó su propia desesperación, invitando a los asistentes a que utilizaran su cuerpo semidesnudo como lienzo donde escribir.

Iris Roche durante la presentación de su pieza, ‘Retrato del cuerpo vivido’

En Senda, Elvira Martín reflexiona sobre la identidad a través de un mundo fantástico y surrealista inspirado por cuentos populares y sus propios sueños. La instalación realiza un juego de espejos en el que el propio espectador puede verse recreado en un entorno decorado con flores de gran colorido, así como en otro decorado con flores en blanco y negro. El juego de descubrirse a uno mismo en un entorno separado de la realidad conocida invita a preguntarse sobre la naturaleza de la existencia.

Por su parte, Idoia Grau presenta Queloide, una pieza formada por cinco piezas de espuma sintética recubiertas de tela de media, que representan el proceso de curación de una herida física cortante autoinfligida. Por este orden, las piezas simulan un fragmento de piel intacta, un corte profundo y abierto, y a lo largo de las otras tres el proceso de curación de tipo queloide, que es aquel que caracteriza las cicatrizaciones de forma que la piel crece exageradamente formando un tejido más grande y voluminoso que el previo a la herida. La obra llama la atención sobre las marcas visibles en la curación de las heridas físicas, y las invisibles, al menos de modo tan evidente, en las heridas emocionales.

Por su parte, Erika Gimeno propone Reactions, una instalación con un trabajo previo que consistió en regalar velas a personas desconocidas, anotando y analizando su reacción al recibir un regalo inesperado en un contextos diferente al que suele darse cuando uno es obsequiado. La instalación cuenta con unas velas que simbolizan dos personas abrazándose, inspiradas en El beso de Brancusi, idénticas a las que fueron regaladas en su día, junto a fotografías de las personas que recibieron el regalo objeto de la investigación, y comentarios breves que resumen la reacción de cada uno de ellos. También puede consultarse un diario donde se reflejan los resultados de aquella jornada.

Safe space, de Anxo Iglesias, es una obra que alude al concepto de espacio seguro a través de una pequeña instalación que representa una habitación cómoda y acogedora, como símbolo de la seguridad que todo el mundo necesita en ciertos momentos.

Sam Tapia durante la representación de la performance que propuso

Como complemento, dentro de ese pequeño cubículo hay material de escritura y dibujo, para que quien lo desee plasme o exprese las sensaciones que le producen un lugar como ese.

Por último, Blanca Caraballo presenta Serendipia, una propuesta que habla sobre como las personas toman partes, gestos, rasgos o matices de otras para incluirlos entre los suyos propios, formándose por tanto como un ser individual e irrepetible a partir de pequeñas repeticiones de otros seres. El título alude el fenómeno de encontrar algo cuando en realidad buscábamos otra cosa, y para la creadora ese hallazgo inesperado no es otro que uno mismo.

También reflexiona sobre el hecho de que esos rasgos replicados, consciente o inconscientemente, no solo se refieren a elementos deseados de los demás, sino también a los indeseados.

La obra se manifiesta a partir de una serie de cuadrados destruidos de pedazos de vidrio, colgados de techo, representando las seis etapas de la vida y como a través de las primeras de ellas más cantidad de elementos externos nos enriquecen. El conjunto también recuerda al final de la vida, en el sentido de que parecen diferentes fotografías fijas de un vidrio precipitándose contra el suelo y destruyéndose.

La muestra será clausurada hoy, 19 de abril, en la sala de exposiciones del Edificio de Bellas Artes de Teruel.

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