Foto de grupo de los joteros premiados durante la final de concurso que tuvo lugar el domingo. José Antonio Vivancos

El Concurso de Jota de Alcañiz regresó con más fuerza que nunca tras la pandemia

Los turolenses Jorge Sánchez y Cristina Vidal fueron los ganadores adultos en modalidad canto

martes, 1 de noviembre de 2022 - 10:10

Por

El alcañizano Jorge Sánchez y Cristina Vidal, de La Puebla de Híjar, fueron dos de los protagonistas durante la final del undécimo Concurso de Jota de Alcañiz que se celebró el pasadao lunes en el Teatro Municipal de la capital bajoaragonesa. Los dos joteros ganaron en concurso de canto en categoría de adultos en categoría masculina y femenina respectivamente, en una edición que recuperó el pulso del tradicional concurso que organiza desde hace más de una década la asociación de folclore Malandía, de Alcañiz, tras dos años en blanco por culpa de la pandemia y mayor participación incluso que en 2019. En total fueron 60 cantadores de ambos sexos y 30 parejas de baile quienes se inscribieron en las primeras eliminatorias del concurso, que se celebraron en el mismo escenario el pasado 23 de abril.

Muchos de los participantes en la final de ayer procedían de Zaragoza o Huesca, pero representantes de la provincia de Teruel también estuvieron entre los primeros puestos de las categorías de mayor edad. Fue el caso de Marcos Azuara, de Alcorisa, que fue tercero en canto masculino adulto; Verónica Rocafull, de Calanda, segunda en canto femenino adulto; Iris Pérez de Alcañiz fue tercera en canto femenino adulto; y la pareja formada por los alcañizanos Carlota Navarro y Hugo Salomón, que recientemente lograron llegar a la final del Certamen Oficial de Jota de Zaragoza, conquistaron el tercer puesto de Baile Juvenil.

Carmen Giner, que forma parte de Malandía, la asociación organizadora, se mostró “muy satisfecha”, por el desarrollo del concurso, en primer lugar porque “ha costado mucho trabajo retomarlo después de la pandemia, y pese a todo hemos tenido mucha participación en la mayor parte de las categorías”, y por otro porque “hemos visto un buen nivel, sobre todo por parte de joteros y joteras de la provincia de Teruel”. Según Giner, “en este tipo de certamen es normal que venga mucha gente de Zaragoza, simplemente por cantidad de población, pero es muy bonito comprobar que hay gente de la zona entre los ganadores. Creo que desde la provincia de Teruel empezamos a hacernos oir en los certámenes importantes de jota”.

Además de premios al canto y al baile en categorías adulto, juvenil, infantil y benjamín, la organización reservó un premio para los mejores joteros procedentes de la Comarca del Bajo Aragón, y un Premio Especial Teresa Salvo, alcañizana (1892-1979) considerada como una de las mejores bailadoras de jota del siglo XX y que da nombre además al Cachirulo de Alcañiz. Este premio está reservado para la pareja que mejor baile la jota de Alcañiz en las eliminatorias o en la final del concurso, tanto para la categoría de adultos como para el resto. Este año ese Premio Especial fue para Hugo Vijuesca y Alejandra Ezpeleta, en categoría adulto, y para Álvaro Vijuesca y Alba Alfaro, en el resto de categorías (juvenil, infantil y benjamín).

Patrimonio Inmaterial

La undécima edición del Concurso de Jota de Alcañiz ha resultado absolutamente especial no solo por acabar con el vacío de dos años motivado por la covid-19, sino porque este año además la jota está más de moda que nunca, en pleno impulso de la candidatura para entrar a formar parte del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Carmen Giner se muestra ilusionada y optimista porque “creo que se está haciendo un buen trabajo para impulsar la candidatura”. Asegura que, por más que concurran en la misma candidatura todas las jotas españolas -de todas las provincias salvo País Vasco, Ceuta y Melilla-, Giner opina que “algunas no tienen mucho que ver entre ellas y, en fuerza y bravura, la jota aragonesa no es comparable al resto”, aunque también admite que “la candidatura conjunta da más posibilidades de éxito”.

En cuanto a la actividad que la asociación cultura folclórica Malandía lleva a cabo en Alcañiz y en el resto de la provincia, este verano recuperó la plena normalidad con un buen número de actuaciones por parte de su grupo de jota en fiestas patronales de pueblos. Y desde septiembre ha retomado con normalidad las clases de rondalla, baile y canto que imparte en el Liceo de Alcañiz. Ahora mismo tienen en torno a 80 alumnos de todas las edades, y Giner asegura que el aprendizaje de la jota, especialmente en el ámbito de canto, “goza de buena salud”.