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El ensogado de Teruel, a través de casi un siglo de su historia en fotografías El ensogado de Teruel, a través de casi un siglo de su historia en fotografías
Los sogueros sujetan al toro ante una montonera en la calle del Pescado, en 1956

El ensogado de Teruel, a través de casi un siglo de su historia en fotografías

La plaza de toros acoge una exposición procedente del archivo de Paco Gómez Sobreviela
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El patio de cuadrillas de la Plaza de Toros de Teruel acoge la exposición fotográfica El Toro Ensogado en Teruel a lo largo de la historia, una colección de fotografías antiguas sobre una de las tradiciones taurinas turolenses más arraigadas. La inauguración de la muestra tuvo lugar el viernes, en el primero de los actos programados con motivo de la Gala Anual de la Federación Española del Toro de Cuerda que tiene lugar este fin de semana en la capital mudéjar, previo al Congreso Nacional que se celebrará en Teruel a partir del próximo 22 de junio.

La muestra está  formada por 36 fotografías tomadas desde 1886 hasta finales de los años 60, durante la celebración de los toros ensogados de la Vaquilla o de las fiestas de San Fernando –antes de la unificación de ambas festividades en 1965–, en la plaza del Torico y de sus calles aledañas. 

Las imágenes han sido cedidas por Paco Gómez Sobreviela, que posee uno de los archivos fotográficos más ricos de la ciudad en cuanto a tradiciones como la soga y la baga, la Vaquilla o la Semana Santa. El propio Gómez ha sido soguero entre 1988 y 2011, ha escrito La Vaquilla del Ángel sobre la fiesta por excelencia de la capital, y este año será el pregonero de la Semana Santa. 

También es habitual cronista gráfico de los acontecimientos sociales y culturales en la ciudad, y aunque desde hace años realiza fotografías –últimamente vídeos–, las que pueden verse en la exposición no las ha realizado él, sino que han ido engrosando su archivo a partir de diferentes fuentes, desde la propia prensa o las revistas especializadas hasta el archivo de negativos de Fidel Cantín, periodista de DIARIO DE TERUEL durante la segunda mitad del siglo pasado. “Cantín me prestó muchos negativos que yo fue positivando con una ampliadora que todavía conservo, aunque ya hace tiempo que no utilizo porque ya empieza a ser difícil conseguir los líquidos para la fotografía química”. 

Ahora se encuentra en el proceso posterior, el de digitalización de las imágenes en papel, aunque le llevará su tiempo, “porque entre todas las cosas tengo álbumes con miles de fotografías”, asegura. 

Fotos históricas

Entre las imágenes que pueden verse en la exposición durante todo el fin de semana, y que más adelante se expondrán en los escaparates de la Caja Rural de Teruel, hay verdaderas singularidades, e imagenes muy interesantes, en cualquier caso, por la gran cantidad de personas que aparecen, la fisionomía del Centro Histórico del pasado siglo o los usos entre los sogueros que se adivinan a través de las fotos. 

Una de las imágenes que más llama la atención en la más antigua de ellas, que data nada menos que de 1886. En la vista, tomada desde un balcón bajo frente a la calle Hartzembusch, se observa como la plaza era prácticamente idéntica a la que hubo cien años después, aunque el blanco entre la ropa de los aficionados todavía no está ni mucho menos generalizado. También pueden verse varias fotografías de principios del siglo XX, y otra de 1964 en la que se aprecia la plaza del Torico asegurada con vallas de madera. “Aquel año el Gobernador Civil obligó a poner las vallas separando el recorrido del toro de las calles, pero al año siguiente ya no se volvió a hacer”, explica Paco Gómez

También resulta curiosa una montonera registrada en 1965 en la calle Pescadería (actual Muñoz Nogués), que recuerda a la entrada del coso en los sanfermines, o las primeras imágenes en las que las mujeres comienzan a verse por a pie de calle durante el toro de soga, ya muy entrados los años 60.

La tradición se mantiene

Paco Gómez, soguero durante 35 años –hasta 2011, cuando nació su nieta Adriana–, señala que a través de las fotografías se observa que la tradición “se ha mantenido afortunadamente igual” que antaño, en cuanto a las formas de llevar el toro de soga. “Quizá en las fotografías anteriores a los años 40 hay algunas diferencias, pero de ahí en adelante las formas son muy parecidas”. Según Gómez, una de las características del toro de soga turolense es que los sogueros lo corren desde atrás, fijado desde el testuz y no desde el cuello: “Porque el objetivo siempre ha sido proteger al vaquillero y tener el máximo control sobre el animal, para que hubiera el menor número de cogidas o accidentes”. 

“De hecho el toro aquí siempre ha sido muy seguro”, explica Gómez. “Antes de la guerra civil hubo alguna muerte, pero después yo no sé que hubiera alguna. Y aunque siempre hay cogidas o pinchazos, nunca han sido demasiado graves”. 

En cuanto al  futuro. Gómez cree que el campo está bien abonado, ya que numerosos jovenes –y también mujeres– pertenecen hoy en día a la Soga y la Baga. “Es una buena noticia, aunque es importante que el testigo se vaya pasando de forma progresiva para evitar accidentes. La base de los actuales sogueros está formada por gente veterana, y poco a poco se tienen que ir integrando personas jóvenes”. 

En opinión de Gómez es vital que el toro de soga turolense siga siendo seguro para “evitar problemas y evitar la mala prensa que genera la tauromaquia cuando  hay accidentes”. En ese sentido, opina que el toro nupcial de las Bodas de Isabel es uno de los momentos más críticos, “porque en la Vaquilla todo el mundo que corre el toro es de Teruel y más o menos lo conoce, y sabe que los porches de la plaza, por ejemplo, no es casa donde no te puede coger”. Eso en Medievales no ocurre, ya que la mayoría de la gente que llena el Centro Histórico viene de fuera, “aunque es verdad que también se desarrolla de forma muy segura y en los últimos años no está habiendo ningún problema”.