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El guitarrico aragonés  es el padre del popular ukelele El guitarrico aragonés  es el padre del popular ukelele
El libro ‘Método de guitarrico o requinto aragonés’ ha sido editado por la Comarca del Maestrazgo y el autor es el profesor de rondalla en la Casa de Aragón en Barcelona Armando Ayora, que es de Tronchón

El guitarrico aragonés es el padre del popular ukelele

Una obra escrita por el músico de Tronchón Armando Ayora y editada por el Maestrazgo relata la historia del requinto
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Cruz Aguilar

El guitarrico, ese instrumento con forma de guitarra de pequeño tamaño y notas alegres, es el padre del ukelele, tan popular hoy, y del cavaquinho portugués. Su manejable tamaño y su escaso coste lo hizo muy popular en Aragón, principalmente en la zona del la ribera del Ebro y fueron los canteros que participaron en la construcción de la catedral de Braga, en Portugal, los que lo expandieron hasta ese país. Allí se hizo muy popular y viajó hasta Indonesia, desde donde dio el salto a América, concretamente a Hawaii, y ahí tomó la forma de del ukelele. En su periplo, el guitarrico aragonés también se expandió hasta Sudamérica, donde según el investigador de Tronchón y profesor de rondalla del Centro Aragonés de Barcelona Armando Ayora derivó en el cuatro venezolano.

Ahora Ayora acaba de editar un libro que se titula Método de guitarrico o requinto aragonés en el que hace un repaso por su historia e incluye partituras y vídeos para aprender a tocarlo. La obra se presentó a finales de mayo en Castellote, en el marco de un encuentro de músicos del Maestrazgo en el que se llevaron a cabo diversas rondas y festivales.
 

Portada del libro editado por la Comarca del Maestrazgo

Se da la circunstancia de que aunque el Maestrazgo no fue uno de los primeros lugares a los que llegó el guitarrico, sí es de las zonas donde perduró por más tiempo su toque. “Es uno de los lugares donde se han conservado las maneras antiguas de tocar” explica Ayora, quien reconoce que todavía tuvo la oportunidad de aprender de esos mayores del Maestrazgo de Teruel y Castellón, algunos ya incluso fallecidos, los toques.

El guitarrico o requinto es un instrumento de cuerda de la familia de la guitarra propio de las tierras de Aragón que tuvo un papel predominante en la jota. Su función es la de doblar el ritmo de la guitarra, dándole un punto de alegría y frescura a la rondalla, según recoge Ayora en su publicación, y con el paso del tiempo fue relegado a mero acompañamiento por la bandurria, que tiene una mayor amplitud del diapasón y una técnica más simple.

El requinto se distribuyó por toda la geografía aragonesa, aunque era muy común principalmente en el Maestrazgo y en la zona de la ribera del Ebro. Su origen lo establecen los expertos entre los siglos XV y XVI debido al tipo de afinación, que es similar al que utilizaba la guitarra barroca. La primera referencia documental del guitarro aparece en 1760, en el que Andrés de Sotos dedica un capítulo al tiple.

Ronda por las calles de Castellote el pasado día 25 de mayo

La primera referencia de un método de requinto se recoge en La Jota. Estudio crítico descriptivo sobre su música de 1892, de Ruperto Ruiz de Velasco. Según explica Ayora en su obra, “si bien no encontramos apenas nada de la técnica utilizada en el requinto o en el guitarro por los tañedores populares, sí que nos deja unas interesantísimas variaciones de Jota y pistas de lo que sería la manera de tocarlo”, matiza.

El investigador de Tronchón reconoce que el origen exacto es desconocido, pero “sí se intuye que es un instrumento de origen aragonés” que gozó de gran popularidad en el pasado. Lo atribuye a su bajo coste y fácil maniobrabilidad, además de que, por su tamaño, en ocasiones se hacía con restos de los materiales utilizados para hacer guitarras u otros instrumentos. Su bajo coste, dice el experto, propició que se difundiera principalmente por la ribera del Ebro y también hacia Navarra y el País Vasco.

Ahora el libro, cuyo autor precisa que más que un manual es “arqueología musical”, pretende dar a conocer un instrumento que fue clave en la jota aragonesa. El cantante pianista y compositor riojano afincado en Zaragoza, Ruperto Ruiz de Velasco Abad, considera que la genuina rondalla de Aragón se compone de guitarras, guitarros y requintos.

En este sentido, Ayora indica que la bandurria se introduce en las rondallas en el siglo XIX y matiza que incluso en los certámenes oficiales de jota su presencia, al igual que la de los laudes, estaba prohibida hasta bien entrado el siglo XX.

Bailes en la plaza durante el Encuentro de Músicas del Maestrazgo, el pasado día 25 en Castellote

Las diferencias

La bandurria y el laúd se impusieron y apartaron al guitarro porque presentan técnicas de toque más sencillas y, además, permiten tocar más notas. De hecho la llegada de chotis y mazurcas en el siglo XX apartó al guitarrico, que no tenía capacidad para interpretar este tipo de músicas, “en cambio la bandurria tiene una línea melódica que permite interpretar la melodía que haga falta”, concreta Armando Ayora.

El guitarrico tiene una medida que nunca supera los 53 centímetros, mientras que el guitarro suele medir 66 centímetros. El autor del libro explicó que el ukelele ha adoptado la forma de una guitarra pequeña, “por la afinación y los trastes encima de la tapa”, detalla. El cavaquinho, que conserva las cuerdas de acero, sí mantiene la afinación recurrente, como el requinto, aunque no sea exactamente la misma, la diferencia radica en la decoración del propio instrumento.


Este libro pretende dar a conocer el guitarrico y reivindicar su importancia como predecesor de instrumentos tan populares como el ukelele, de moda actualmente entre numerosos aficionados a la música. Ayora considera que el requinto es un instrumento “recuperable” y plantea que pese a que el libro lleva apenas una semana editado ya ha recibido numerosas llamadas interesándose, por lo que confía en que haya gente que continúe con el estudio del instrumento.

La Comarca del Maestrazgo ha editado 500 ejemplares y será esta institución la que se ocupe de su distribución. La técnica de Patrimonio Cultural del Maestrazgo, Sonia Sánchez, destacó la importancia que tiene la obra, tanto porque ha sido elaborada por un investigador de Tronchón, como porque muchos de los ejemplos han sido grabados en la comarca. “Además, muchos de los toques son de la zona”, dijo Sonia Sánchez, quien detalló que esta obra constituye una gran aportación para el folclore del Maestrazgo y, a su vez, el folclore local ha sido de gran relevancia a la hora de llevarla a cabo.

Una de las actuaciones realizadas en el marco del Encuentro de Músicos