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Escultura aterrizada en el Bajo Aragón  entre el murmullo de la música y de la poesía Escultura aterrizada en el Bajo Aragón  entre el murmullo de la música y de la poesía
Un gran ‘hang’ o tambor metálico de lengüetas invita a recordar el tañido de las campanas del convento del Desierto de Calanda

Escultura aterrizada en el Bajo Aragón entre el murmullo de la música y de la poesía

Cuatro artistas del territorio inauguran hoy un proyecto artístico en Alcorisa, Berge y Calanda
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A lo largo de la mañana de hoy se inaugurarán en Berge, Alcorisa y Calanda las tres piezas escultóricas que forman parte de Armonatura, un proyecto artístico y conjunto escultórico formado por tres volúmenes firmados por el equipo compuesto por Gerardo Villarroya, Estela Ferrer, Joaquín Macipe y Manuel Cirugeda. El proyecto, promovido por la Comarca del Bajo Aragón y financiado con fondos FITE busca integrar el arte con la naturaleza en parajes del Bajo Aragón de una belleza singular, pero que por su ubicación no se encuentran cerca de las rutas o paseos turísticos habituales. Además el equipo artístico concibe el arte como una experiencia más rica que la simple observación por parte del público, y ha dotado a cada una de las esculturas con propiedades sonoras de forma que el visitante la puede disfrutar observándola, tocándola, haciéndola sonar y también leyéndola, ya que tres poetas del territorio también han contribuido en la instalación sus versos. Salva Peguero escribe en Calanda, Yaiza Yeguas en Alcorisa y Vega Latorre en Berge.

La inauguración oficial de las tres piezas se realizará de forma consecutiva; a partir de las 9.30 horas de hoy el acto comenzará en la Torre Piquer de Berge, a las 11 horas será el turno de la pieza instalada junto a la Estación de Tren de Alcorisa y a las 13 horas se inaugurará la situada en el Convento del Desierto de Calanda.

‘Vigías’, madera y sonido de percusión en la torre Piquer de Berge

Armonatura toma un término parecido a arquitectura y juega con dos de los elementos que integran el proyecto, la armonía musical y la naturaleza en la que se ubican. Gerardo Villarroya es el autor del proyecto previo, a cuya ejecución se sumaron después Manuel Cirugeda, Joaquín Ariño y Estela Ferrer, que sin embargo no son autores individuales de cada una de las piezas, sino que las tres han sido creadas al alimón.

Junto a la torre Piquer de Berge puede verse Vigías, tres estructuras cilíndricas en madera decoradas con tres cruces que aluden a las antiguas órdenes militares vinculadas al territorio; San Juan y Calatravos, que se disputaban el agua de la Fuente del Salz, además de los templarios. Cada una de las estructuras llevan dos mazas de forma que pueden hacerse sonar como un instrumento de percusión, quizá recordando las antiguas marchas guerreras.

En el caso del Convento del Desierto de Calanda lo que se han instalado es Predica en el desierto, un gran hang o tambor metálico de lengüetas; un gran instrumento de percusión capaz de tocar notas con ayuda de unas baquetas, que en este caso recupera un sonido parecido al de las campanas que sonaron en el convento hasta su abandono en 1836.

Por último, cerca de la antigua estación de ferrocarril de Alcorisa -la intención era haberlo instalado en ella, pero no se lograron los permisos pertinentes-, se ha colocado Disonancia sin destino, un trampantojo de cabina de tren de alta velocidad vandalizada, gracias a un espectacular grafitti que ha firmado Jordi Costa, donde se lee Alcorisa. La cabina también es un instrumento musical, en este caso de cuerda, ya que el conjunto es una caja de resonancia con ocho cuerdas metálicas que reproducen una escala pentatónica menor, que lo mismo sirve para tocar un blues que para reproducir el ding-dong-ding del interior de los vagones.

‘Disonancia sin destino’ es una instalación que reivindica el tren en Alcorisa

Joaquín Macipe, uno de los autores del proyecto, tiene un importante pasado musical en bandas como Ocelot -también Manuel Villarroya-. Pero más allá de eso, opina que querían dar un interés especial a las piezas de Armonatura con el elemento sonoro. “Nos atraía la idea de integrar más sentidos a la obra de arte, que no solo sirva para observarla, sino que también tenga elementos de interacción con el observador”.

Además el fin del proyecto es, como explica Estela Ferrer, “aumentar el interés turístico de tres puntos situados en medio de la naturaleza, que si bien ya cuentan con un gran atractivo, se consideran joyas ocultas a las que dar un impulso turístico”. Joyas alejadas de los núcleos urbanos, “y ya que hay que hacer ir hasta allí al visitante, hay que ofrecerle algo más”, bromea Macipe.

El proyecto artístico, cuyas primeras tres piezas serán inauguradas hoy, nace con vocación de continuidad, según explica Macipe, pintor y escultor de Ariño: “Nos hemos dado cuenta de que los cuatro juntos trabajamos tan bien que queremos hacer más cosas juntos, y en ese sentido ojalá que este tenga continuación”. “Para mí ha sido un placer trabajar con Estela, que fue alumna mía en el IES Damián Forment de Alcorisa” -donde trabaja como profesor- “y cuando encuentras un equipo con tanta química hay que aprovecharlo”.

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