‘Esenciaeiou’: lo que hay detrás de tres décadas reinventando la técnica del grabado
El Museo de Teruel expone hasta el 6 de julio una retrospectiva artística de Caterina BurgosCaterina Burgos busca la esencia de las cosas y por el camino enseña a reconocerla y apreciarla. Aeiou no es más que una metáfora, el símbolo de la puerta hacia el conocimiento que se nos abre cuando somos niños, cuando somos esencia. Pero podría ser cualquier otro, ese conjunto de vocales es puramente accidental. Con lo que hay que quedarse es con la intención, con el proceso y con la finalidad. Todos los caminos llevan, para Caterina Burgos, hacia el núcleo de la esencia.
Esenciaeiou es el título de la exposición que se inauguró ayer en el Museo Provincial de Teruel y que permanecerá abierta hasta el próximo 6 de julio. Es una retrospectiva de la artista turolense a través de las cuatro principales series de obra gráfica -que en realidad no son series y constituyen mucho más que obra gráfica- en las que ha trabajado durante las tres últimas décadas. La muestra está comisariada por Leo Tena, que mientras intentaba conseguir una buena síntesis de obras entre la ingente producción de Burgos, para que la selección mostrara lo mejor y lo más pertinente de la artista, ha descubierto que la síntesis, la esencia, es precisamente el motor creativo de “una de las artistas más influyentes en España en el ámbito del grabado, que también es profeta en su tierra”, como la define.
Tres hitos en la exposición
Hay que tener al menos tres hitos en mente cuando uno visita Esenciaeiou y se planta ante la obra de Caterina Burgos. Lo primero es que ella dice que es grabado, pero en realidad no es grabado. Comienza la pieza como grabado, creando la matriz en metal y seleccionando cuidadosamente el papel donde se imprimirá. Hasta ahí. En ese momento la matriz se convierte en un lienzo sobre el que Burgos desarrolla su trabajo. Frecuentemente utiliza las técnicas de aguafuerte o aguatinta, pero suele combinarlas con técnicas a la poupee, pintando directamente sobre el metal o colocando fragmentos de papel u otros materiales que se solapan entre ellos. Eso hace que, en realidad, sea prácticamente imposible hacer dos piezas iguales. Burgos afirma que ha “intentado romper siempre con el academicismo y darle un carácter único a cada pieza. En un arte donde se espera una serie, yo he trabajado siempre desde la unicidad”.
En segundo lugar muchas de las piezas que pueden verse en el Museo de Teruel incorporan elementos que también las alejan de lo que suele entenderse habitualmente por grabado, más allá de que simplemente no tengan copias idénticas. Y es que con mucha frecuencia las piezas incorporan pintura a la acuarela, escritura en tinta -como los patrones reiterativos aeiou que protagonizan el último y más reciente de los proyectos que se exponen-, pedazos de papel, fragmentos de cáñamo adherido a la pieza... Algunas de las obras se han transformado en auténticos volúmenes o esculturas de papel, donde el entramado de las fibras de celulosa configuran la forma y quizá también el fondo de las piezas. “Esta forma de trabajar me ha llevado a tejer el papel y terminar dándole el volumen en el espacio con el que siempre lo he imaginado”, asegura. Buenos ejemplos son Escultura E.1 (2023), al fondo de la sala interior, o las piezas de menor tamaño que pueden verse en una pequeña sala improvisada, en la entrada de la biblioteca del Museo.
El tercer elemento significativo de la exposición es que muestra que esa búsqueda de lo simple, de lo esencial, abarca también todo el proceso global de creación de Caterina Burgos. La cuarta serie que puede verse expuesta y en la que se encuentra actualmente inmersa, que propiamente se llama Aeiou, no solo busca el minimalismo sino que además está aligerando de carga la propia trayectoria de la creadora, como las estelas de los barcos sobre el mar que, si bien perduran durante un lapso, terminan borrándose a largo plazo. Tanto es así que Aeiou se construye a base de recortar, trocear y utilizar sobre el soporte fragmentos de papel procedentes de obras anteriores. Conceptualmente tiene mucho sentido, desde el punto de vista de la sostenibilidad también, y en opinión de la artista “da mucha paz mental trabajar así”.
Treinta años, cuatro series
La retrospectiva de Caterina Burgos se distribuye a través de los cuatro grandes proyectos en los que se puede englobar su obra.
La primera serie se titula Infancia y fue su hija la inspiradora. No solo se intuye a través de los motivos, estrellas, tiovivos o dibujos influidos por el trazo inseguro (?) y resuelto de un niño, sino también con la luz que reflejan, con sombras persistentes producto de asistir al mundo a medio iluminar, como cualquiera que ha ejercido de guardián de los sueños de un bebé y se ha acostumbrado a caminar a tientas por su cuarto.
La segunda es Máquinas, “creadas en una etapa en la que necesitaba evadirme de la realidad”, explica la creadora de una serie de “composiciones con engranajes y mecanismos, que a veces parecen zapatos o formas orgánicas”. Es quizá la más juguetona de las series, una evolución natural en cualquier caso de la anterior, entre la que no se percibe un salto de continuidad.
La tercera serie es Mujeres escalera, acaso la más importante al menos desde el punto de vista de la repercusión. Esa serie le sirvió en 2003 para ganar la octava edición del Concurso Nacional de Grabado Contemporáneo de la Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid, y de hecho el grabado que se hizo con el premio, Escaleras invisibles, escaleras sin color, ocupa un lugar central en esta exposición. “Fue emocionante, no solo por el galardón, teniendo en cuenta que hay muy pocos premios importantes en el mundo del grabado, sino porque supuso que la imagen ilustrara la cartelería del 8 de marzo de aquel año, y además una copia pasó aformar parte de la colección del Museo de la Calcografía y otra de la Biblioteca Nacional”.
Mujeres escalera está formada por una serie de imágenes en las que las mujeres sin rostro y las escaleras de mano toman el protagonismo. “Están inspiradas en el concepto general de mujer, con pluralidad de religión, raza o condición, y las escaleras que forman sus piernas como los obstáculos que deben superar por el hecho de ser mujeres”, afirma Caterina Burgos.
La última serie, la más importante y extensa de la exposición, hacer referencia propiamente al proyecto Aeiou, en la que ese mantra se repite, formando simples patrones o formas reconocibles sobre el papel, que cobra nueva dimensión como material escultórico y no solo como soporte. Esta es la serie que se construye a partir de la destrucción de obra antigua, tomando algunos de los primeros trabajos de Infancia, cortando fragmentos de papel e incorporándolos a las últimas obras.
Mudanza emocional
Leo Tena, artista fotógrafo turolense y comisario de la exposición, subrayó la enorme cantidad de obra que ha creado Caterina Burgos y la calidad de la misma: “Ella es muy prudente y humilde, pero lo que hace es fantástico, su forma de componer y su sensibilidad son únicas... No hay grabados como los suyos en España”.
En su opinión concebir un volumen escultórico a partir de papel grabado es “romper límites”, lo que todavía tiene más mérito teniendo en cuenta que esa transformación se realiza en aras de buscar “lo simple, lo esencial de las cosas, logrando que sean bellas”.
Tena explica que tu trabajo ha consistido en hacer “mudanza emocional” en el sentido de indagar en una extensísima obra, producto de años en los que Burgos ha estado más interesada en crear que en exponer, y de conseguir sintetizarla en un discurso artístico sugerente y suficientemente clarificador.
La propia Burgos no recuerda la última exposición individual en la que ha participado, aunque sí ha estado presente en numerosas muestras colectivas dentro y fuera de Teruel o en ferias como Estampa. Además una de las piezas de la serie Aeiou, Praecepta amoris, fue incluida en la Caja de Arte que la Fundación Amantes de Teruel distribuyó entre los coleccionistas turolenses en 2023.
Beatriz Martín, diputada provincial delegada del Museo de Teruel y vicepresidenta de la DPT, intervinó también en la inauguración de Esenciaeiou junto a la directora del espacio y su conservadora, Beatriz Ezquerra y Sara Civera, respectivamente. Martín recalcó que Burgos es una de las artistas turolense más reconocidas a nivel nacional y eligió una frase del catálogo que se ha editado para sintetizar lo que significa la muestra en su opinión: la colección está formada por “universos de significado desde apariencias modestas, porque (la autora) comprende que la verdadera potencia del arte reside en su capacidad de resonancia interior, no en su impacto visual inmediato”.