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‘Espejos rotos’: Álvaro Lombarte contra la confrontación y la manipulación informativa ‘Espejos rotos’: Álvaro Lombarte contra la confrontación y la manipulación informativa
‘La voz de su amo’ es un perro formado por recortes de periódicos que da la bienvenida a la entrada de la Sala 22 de La Fresneda, donde puede verse la muestra

‘Espejos rotos’: Álvaro Lombarte contra la confrontación y la manipulación informativa

El artista turolense muestra en la Sala 22 de La Fresneda su último proyecto expositivo de pintura
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Para Álvaro Lombarte (Peñarroya de Tastavins, 1954) la actividad artística siempre ha estado íntimamente ligada a una reflexión crítica de la sociedad que es reflejo de la responsabilidad que el creador tiene al ocupar un espacio público. El artista afincado en Alcañiz regresa a las salas de exposiciones con Espejos rotos, muestra que puede verse en la Sala 22 de La Fresneda, hasta el 19 de julio. La muestra fue inaugurada la última semana de junio y puede visitarse los sábados de 11.30 a 13.30 y de 17.30 a 19.30 horas los sábados, y de 11.30 a 13.30 horas los domingos.

El título de la exposición hace referencia al “desencanto” que siente el autor ante el tratamiento de la información que percibe en los medios de comunicación. “La obra surge, en parte, como una crítica a la sociedad actual y como la manipulación de los medios pueden desorientar o embolicar a las personas”, explica.

 

‘A la deriva’, una de las pinturas que pueden verse expuestas


La pintura se ve empoderada a través de su sinceridad y descarnamiento frente “al que crea conduciendo, manipulando, cuestionando, desorientando o desvelando”, renunciando a la honestidad y priorizando otros intereses. Junto a las pinturas en la exposición puede verse una instalación en la puerta de entrada de la galería, que representa un perro a tamaño real formado con recortes de periódicos, cuyo título es La voz de su amo.

Por encima de la indignación o incluso la cólera, lo que Lombarte trata de reflejar es la idea de decepción frente a una información que no refleja la realidad de manera fiel o auténtica, sino parcial, distorsionada o fragmentada, como si de un espejo fragmentado se tratara. “Muchas veces los medios de comunicación presentan una versión parcial o sensacionalista de los hecho, que llevan al individual a cuestionar la veracidad y la utilidad de esa información que recibe”, subraya el autor, que siente que esa percepción deriva en un estado de “desconexión, escepticismo, desconfianza y frustración” del ser humano con respecto a su entorno.

Sobre si la crítica se refiere a la forma que tenemos de contarnos el mundo, o contra el mundo en sí, Lombarte afirma que “la obra de un pintor no busca enfrentarse directamente al mundo en sí, sino más bien desafiar o cuestionar la manera en que normalmente lo contamos o lo interpretamos”. Lombarte asume que la realidad es interpretable -”El arte es por naturaleza heterodoxo y siempre se plantea explorar nuevas perspectivas o maneras de entender y mostrar la realidad”-, pero que los modos de interpretarla no tienen porque estar libres de cierta perversión, ni necesariamente son legítimos per se: “El discurso mediático de nuestros tiempos se ha convertido en un arma peligrosa en manos del sistema y del poder frente a una ciudadanía desarmada y altamente manipulable. El arte, desde mi punto de vista, ha de ser siembre comprometido y denunciar la perversidad de su tiempo”.

 

En ‘Letras hincadas’ la información no es poder sino arma arrojadiza


Álvaro Lombarte construye su crítica desde dentro porque es consciente de que “los medios de comunicación o los políticos no son algo externo a nosotros, como a veces parece que los vemos, sino que todos somos parte del sistema que los crea, los financia y los consume”. El bajoaragonés asume que que “la calidad de estos actores depende en gran medida de nosotros mismos, porque somos quienes los elegimos, quienes les damos poder y quienes también podemos exigirles más y mejor”.

Es por eso que la crítica de Espejos rotos no se queda ahí y trata de enviar un mensaje transformador: “Si queremos tener medios de comunicación y políticos más honestos, responsables y comprometidos, el primer paso es reconocer nuestra propia responsabilidad en ese proceso. La educación, la participación activa, el compromiso cívico y sobre todo un pensamiento crítico, son fundamentales para elevar los estándares y promover un cambio positivo”.

Frente a los medios de comunicación masivos y convencionales, Lombarte valora la irrupción de las redes sociales “que surgieron con la promesa de ser una plataforma más democrática, donde cualquier persona podría expresarse, compartir ideas y acceder a información sin intermediarios”. El artista considera que “han cumplido en gran medida esa expectativa, permitiendo una mayor participación ciudadana, la difusión de voces antes silenciadas y la posibilidad de movilizarse en torno a causas sociales y políticas”, si bien no es oro todo lo que reluce. En su opinión la velocidad con la que las redes difunden la información es caldo de cultivo para la propagación de desinformación y noticias falsas en unos canales en los que habitualmente no existen cortafuegos críticos. “El problema llega cuando esas mentiras se vuelcan al público y este no es capaz de distinguirlas de la verdad”. Así pues, aunque las redes sociales “han abierto un espacio más democrático y accesible” según Álvaro Lombarte, “todavía enfrentamos el reto de aprovechar su potencial de manera responsable y crítica”.

 

Álvaro Lombarte titula esta pintura ‘Empanada’


Aunque es posible mentir sobre las opiniones propias o basarlas en datos falsos, la mentira opera sobre todo en el ámbito de los hechos y no de las opiniones. En ese sentido Álvaro Lombarte cita al periodista alcañizano Mariano Nipho (1719-1803): “una de sus aportaciones más importantes fue insistir en que había que diferenciar claramente entre la noticia de la opinión. Por desgracia en la actualidad, además de analizar la dicotomía entre noticia y opinión habría que hilar muy fino para diferenciar la información de la manipulación”.

El proyecto artístico Espejos rotos no supone para Álvaro Lombarte un paréntesis en su trayectoria creativa, que siempre vincula a lo social: “En mis procesos creativos siempre cuestiono y exploro la realidad del momento vivido, desde el pensamiento crítico”. Lo que hace en esta ocasión es reafirmarse “en la idea de que el artista no puede ser ajeno a su tiempo, que debe mostrarse y definirse a través de sus obras y por eso cuando creo, apropiándome de las palabras del poeta Gabriel Celaya, deseo que mi pintura sea ‘herramienta, latido de lo unánime y ciego. Arma cargada de futuro expansivo con que te apunto al pecho.’”.

El activismo social desde la crítica artística ha estado presente en cada proyecto que Lombarte ha emprendido; desde Libérez-moi que expuso en Jour et Nuit de París en 2018 hasta Analizando sueños (2024), donde el autor reivindica la libertad del ser humano en el seno de sus propios sueños, pasando por la pasión inspiradora de la naturaleza desnuda en Organic (La Fábrica de Solfa de Beceite, 2021), Analizando sueños donde el artista sitúa al hombre dentro de un laberinto ante la tentación de renunciar a escapar de él (Alcañiz, 2023 o Utebo, 2024), entre otros proyectos expositivos.

 

‘Embolicado’ representa el efecto de la desinformación sobre el ser humano

Pintura y grabado

Aunque Álvaro Lombarte marchó a vivir con su familia a Alcañiz muy tempranamente, nunca ha perdido el vínculo con su Peñarroya natal ni con el resto del Matarranya. Solía pasar los veranos en Monroyo, Ráfales y Valdeltormo, y esas estancias fueron determinantes en su conexión espiritual con lo trascendente que tiene la magia de sus pueblos, y con la impresión en su memoria de los colores y vivencias que hoy en día siguen inspirando muchas de sus obras.

En Peñarroya fundó en 1969 el grupo El Casetón junto a otros pintores alcañizanos como Enrique Trullenque y Antonio Boira. En 1970 se trasladó a Barcelona para estudiar en la Escuela de Artes y Oficios. Allí trabajó en el estudio de Marchena de pintura decorativa junto a pintores como Juan Vilafuerte o Pepe Estrada.

Al tiempo que estableció su estudio en la Ciudad Condal, prosiguió su formación en espacios como las academias Pruna o Estudi d’Art, hasta que se matriculó en la facultad de Bellas Artes de San Fernando, donde coincidió con Isidro Mateo o Miquel Barceló, entre otros artistas.

En 1985 abandonó definitivamente Barcelona para establecerse en Alcañiz, donde creó la empresa de artes gráficas y serigrafía Tramax al mismo tiempo que desarrollaba su actividad artística más personal. De Tramax salieron hasta 2007 algunas de las carpetas de serigrafía de Gonzalo Tena, Joaquín Escuder o Enrique Trullenque.

Álvaro Lombarte ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas, en Barcelona y la provincia de Teruel fundamentalmente pero también en otros lugares. La última, antes de Espejos rotos, fue una retrospectiva con algunas de sus mejores carpetas de serigrafías titulada Obra gráfica, que pudo verse en La Fábrica de Solfa de Beceite hasta el pasado 1 de junio.

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