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Estela Ferrer empodera a la mujer rural en su exposición artística en Berge Estela Ferrer empodera a la mujer rural en su exposición artística en Berge
Estela Ferrer, en primer plano, ante una de sus obras

Estela Ferrer empodera a la mujer rural en su exposición artística en Berge

La joven organiza su primera muestra individual con obras realizadas en los últimos años
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Cruz Aguilar

Aprender a mirar, escuchar y transmitir. Con esa premisa de partida Estela Ferrer Peraire ha creado todo un universo artístico en el que la mujer es la absoluta protagonista. Pero no es una mujer cualquiera, sino la mujer rural, que ha permanecido siempre a la sombra, “obviada y olvidada”. 
La muestra, que lleva el título EmPoderARTE, se expuso durante la Semana Santa en la Casa de la Cultura de Berge, localidad natal de la artista, quien muestra en sus obras a mujeres llenas de color y fuerza y que transmiten un mensaje claro: el colectivo femenino desarrolla un gran trabajo en los pueblos, aunque no siempre se ha valorado como merece.
Ferrer hizo una selección de obras realizadas a lo largo de su carrera y colgó tanto aquellos cuadros con la mujer empoderada, pero desde un punto de vista más fantástico, como otros realizados recientemente que muestran mujeres desnudas huyendo de estereotipos y ajenas a los cánones habituales de la belleza. “Son mujeres con los rostros muy borrados para que cualquiera de nosotras nos podamos sentir identificadas con ellas”, explica la autora, quien destaca que ha intentado salir de esos cánones “establecidos siempre por hombres, que son los que han representado tradicionalmente a los cuerpos femeninos”, asegura. En este sentido, rompe una lanza a favor de las artistas cuya obra no ha pasado a la historia y de aquellas que han hecho el trabajo para que luego fuera firmado por artistas masculinos: “Las mujeres no han tenido oportunidad de mostrar su arte, muchas veces los cuadros de mujeres los han firmado hombres”, lamenta.
Según la autora, las mujeres rurales han sido doblemente “obviadas y olvidadas, primero por su género y segundo por el lugar en el que residen”. Por eso ella con su trabajo pretende rendir un homenaje a madres y abuelas “que cuidan sin esperar nada a cambio” y, por tanto, “se merecen reconocimiento”, asegura.
Varios de los cuadros con mayor peso en la muestra, tanto por su tamaño como por la vistosidad de los colores son los desnudos femeninos en los que ha empleado una paleta de colores muy cálidos, con rosas fuertes y carmines para destacar determinadas zonas concretas, como las manos. 
Aunque la mayor parte de las obras son pictóricas, con materiales tan variados como el boli bic, el óleo, la acuarela o el acrílico, Estela Ferrer también presentó en su primera exposición varias esculturas. Dos de ellas son torsos de mujer en alabastro y piedra de arenisca en los que juega con la abstracción de las formas.
Una tercera pieza muestra unas manos, realizadas con moldes a partir de las suyas propias, que sujetan un corazón, un elemento presente en varias de las obras de la artista bergelina. “Me gusta expresar la emoción y los sentimientos y el corazón me sirve para mostrar el peso de ese significado, es como la expresión de mi interior, mis sentimientos y emociones”, relata. 
Las raíces de la artista están muy presentes en su obra. Entre las pinturas hay algunas escenas intimistas en las que refleja la cotidianidad de su localidad, como la mujer desgranando judías, la rama de olivo o varios paisajes captados en su universo más cercano. A través de ellos pretende transmitir, según ella misma explica, “la importancia de cuidar el medio rural y los pueblos con sus historias y cultura”.
Sin duda una de las esculturas que más fuerza tiene es la que muestra una plancha que imprime sobre una tela blanca la palabra “ELLAS”, que es precisamente el título de la obra. Es un homenaje al trabajo doméstico, no remunerado “y a la vez es un basta ya, por ser mujeres no tenemos porqué asumir esas tareas”, relata. Es la forma de dar visibilidad a un trabajo que tradicionalmente ha caracterizado a la mujer. Para la escultura se basó en la imagen de una plancha antigua a la que sustituyó la zona para agarrarla por unas raíces, “buscando un significado de ese arraigo a lo que siempre hemos hecho y visto”. La obra está realiza en bronce a partir de un molde de cera y una cáscara de cerámica.
La muestra de Berge es la primera exposición de Estela Ferrer y asegura que ha sido un éxito tanto por la asistencia de público como por el interés generado. Además, vendió alguna de sus obras. “Es la primera vez que vendo obra hecha por mí, no por encargo”, dice. 

TFG sobre la mujer
Estela Ferrer estudia el último curso de Bellas Artes en la Facultad San Carles, de la Universidad Politécnica de Valencia y ya piensa en sus próximas exposiciones, una colectiva con varios compañeros de la facultad y otra individual que montará en el mes de mayo en la Biblioteca municipal Francesc Amela i Vives.
Ferrer centrará su Trabajo de Fin de Grado en investigar el empoderamiento de la mujer en el medio rural. “En los pueblos la invisibilidad de la mujer es mayor, al ser una zona olvidada esa desigualdad se incrementa porque no existen los mismos servicios ni la misma conectividad que en las ciudades”, asegura.