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Fallece por coronavirus Purificación Atrián, la pionera que descubrió el Teruel íbero y romano Fallece por coronavirus Purificación Atrián, la pionera que descubrió el Teruel íbero y romano
Atrián, en 1964

Fallece por coronavirus Purificación Atrián, la pionera que descubrió el Teruel íbero y romano

Tenía 91 años de edad
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La arqueóloga turolense Purificación Atrián Jordán falleció el lunes a los 91 años, víctima del coronavirus. Atrián fue una pionera de la arqueología en España y fundadora del germen del actual Museo Provincial de Teruel, que dirigió entre 1959 y 1990. 

Atrián, que ostentaba la Medalla de San Jorge de la Diputación Provincial de Teruel, fue objeto de un homenaje en 1996, donde se recordó su papel decisivo en el impulso al Museo de Teruel y a su colección sobre etnografía en la provincia, así como su participación a pie de excavación en algunos de los yacimientos arqueológicos más importantes de la provincia. Con motivo de ese homenaje, el IET editó un volumen en ese mismo año, 1996, dedicado a sus trabajos de arqueología, etnografía y otras materias en el que participaron 36 autores, muchos de ellos amigos y colaboradores de la propia Atrián. La turolense fue además secretaria general del Instituto de Estudios Turolenses, y posteriormente vicedirectora de la institución. 

Martín Almagro (Tramacastilla 1911, Madrid 1984), puso en marcha en 1956 el Servicio de Arqueología del Instituto de Estudios Turolenses encargando su dirección a Purificación Atrián, que entonces se encontraba en Inglaterra completando una beca académica. Fue la semilla del Servicio de Museos Provinciales y finalmente, en 1959, del Museo Provincial de Teruel, que dejaba de depender directamente del IET y se convertía en un servicio de la Diputación Provincial. Desde ese momento y hasta su jubilación, en 1990, Purificación Atrián fue su directora. 

Desde el punto de vista de la investigación, Purificación Atrián fue quien sistematizó y dotó de rigor científico a las intervenciones arqueológicas en la provincia de Teruel. Según Jaime Vicente Redón, actual director del Museo de Teruel, “hasta que llegó ella había habido alguna intervención aislada, por parte del Instituto de Estudios Catalanes en el Bajo Aragón, o por Martín Almagro por la Universidad de Madrid, pero eran campañas esporádicas”. “A través del Servicio de Arqueología que ella puso en marcha, se sistematizó ese trabajo arqueológico y se inició el camino de recuperación y protección de los yacimientos que marcó la actividad del Museo de Teruel, y que la sigue marcando 30 años después de su jubilación”. “En realidad nosotros somos los continuadores del trabajo que ella inició”, asegura Vicente Redón. Su actividad abarcó todas las etapas culturales del poblamiento antiguo, desde la edad del Bronce a época medieval, aunque desde el primer momento tiene una especial vinculación con la cultura ibérica.

 

A pie de excavación

Purificación Atrián participó a pie de excavación en muchos de los yacimientos más importantes localizados en la provincia de Teruel, como el Castelillo de Alloza, a principios de los años 60 –”una excavación muy innovadora para su época”, apunta Jaime Vicente–, el poblado íbero de Alto Chacón en Teruel (1989-76), la Muela Pequeña del Rajo (Teruel), o el Alfar de cerámica romano El Endrinal en Bronchales. También estuvo en el yacimiento romano de La Loma del Regadío, en Urrea de Gaén, en el hallazgo del mosaico de Calanda que puede verse en la planta superior del actual Museo de Teruel desde que, en 1987, ocupa su actual sede, o en la excavación de las cuevas de Molinos en las que se descubrieron las actuales Grutas de Cristal de Molinos. Otros emplazamientos en los que excavó fue el poblado de la Edad del Bronce del castillo de Frías de Albarracín y, a finales de los setenta, el yacimiento del Cabezo de la Guardia de Alcorisa. 

“En una exposición que hizo el Museo de Teruel titulada Cien años de arqueología en Teruel había unas tablas de las excavaciones que se han realizado en la provincia de Teruel, en las que se observaba que ella participó en muchas de ellas”, afirma Jaime Vicente Redón

Estamos hablando además de las primeras décadas de la segunda mitad del siglo XX, en la que la actividad arqueológica no era para nada común entre las mujeres. Durante el homenaje que se rindió a Purificación Atrián en 1996, Montserrat Martínez, a la sazón vicerrectora del Campus Universitario de Teruel, la describió como “una sembradora y alimentadora  de proyectos culturales”, y “un ejemplo para las mujeres de los años sesenta porque nos mostró que podíamos hacer algo importante en el ámbito de la cultura”. Años después Martínez, en Biografías y Ensayos (20013) publicación del Centro de Estudios Locales de Andorra, escribió de Atrián: “Nacida en Teruel, de una familia muy conocida en la ciudad –un familiar suyo fue catedrático del instituto de enseñanza media–, no siguió las veredas que muchas jóvenes de su edad escogían; ni quiso dedicarse a la enseñanza ni a otra actividad convencionalmente admitida para una mujer de entonces. Ella, en la sociedad provinciana turolense, rompió algunos moldes cuando la vieron dirigirse a la Muela Pequeña del Rajo, por tierras cercanas a la capital, a realizar su primera excavación arqueológica”. “Nos contó sus viajes en autobús, con pico y pala, mientras ciertas gentes se hacían preguntas y consideraciones sobre una joven muchacha que iba recorriendo montes, cosa no vista por el Teruel de la época”.

En ese sentido, Jaime Vicente Redón asegura que fue “una gran pionera”. “Ella fue innovadora y rompió los moldes de la época. En los años 60 era poco habitual que una mujer se dedicara a la arqueología, pero todavía lo era menos que trabajara en las excavaciones”. Según el director del Museo de Teruel, “Purificación Atrián iba a la excavación del Castelillo de Alloza y montaba en un camión de mineros a las 5 de la mañana, que las dejaba en el yacimiento a ella y a sus operarios. Llevaba pantalones y daba órdenes a los obreros, y eso, en aquellos años, no era nada común”.

Interesada por la etnografía

Otro de los grandes intereses científicos de Purificación Atrián, que se jubiló con 60 años en enero de 1990, fue la etnografía, lo que ella llamó las tradiciones populares. Creó la primera colección independiente de etnografía, que instaló en 1977 en los bajos de la Diputación Provincial, con el título de Sección de Artes Populares, y que actualmente ocupa una parte importante del Museo de Teruel. “Le interesó muchísimo la cultura de los pueblos y el patrimonio material vinculado a los oficios y a las formas de vida que ella veía que estaban empezando a desaparecer en ese momento”, explica Jaime Vicente Redón. “Ella se preocupó de adquirir toda la colección que actualmente tenemos; indumentaria, todo tipo de materiales y herramientas relacionadas con los oficios, muebles, utensilios...”. Su actividad en ese sentido fue continua e incesante, y de hecho cuando con posterioridad se fueron incorporando nuevos profesionales a la plantilla del museo, fue delegando en ellos el ámbito de la arqueología, donde se introducían importantes innovaciones técnicas y tecnologías cada año, y ella se dedicó más de lleno al campo de la etnografía. “A nivel personal a Purificación siempre le gustó el contacto con la gente de los núcleos rurales, aunque culturalmente ella no pertenecía a ese mundo, porque procedía de Teruel capital”, explica Jaime Vicente Redón. “Por eso veía todo ese patrimonio con cierto distanciamiento apreciativo que hacía que lo valorase más que sus propietarios”, para quienes no dejaban de ser los trastos viejos que la modernidad estaba sustituyendo por otros más rápidos, modernos y eficaces. “Este tiempo fue el de los grandes cambios y reformas en los pueblos. Las cocinas y las herramientas se sustituían, los sistemas agrarios y ganaderos cambiaban y las formas culturales se transformaban. Ella estuvo atenta a este cambio y se dedicó a rescatar buena parte de esa cultura para conservarla”.  

Para Jaime Vicente, Purificación Atrián no es alguien que no haya sido reconocida en su ciudad y fuera de ella. “Hace muchos años que se retiró, y además después de su jubilación dejó la investigación completamente, pero todo el mundo que en aquel momento tenía interés por la cultura la recuerda”. “Creo que Purificación Atrián ha sido una persona cuyo mérito ha sido reconocido, no solo en Teruel sino en toda la provincia. Ella tuvo mucha capacidad de influencia en la Diputación Provincial, en el ámbito del patrimonio, y eso siempre se le reconoció”. 

El director del Museo de Teruel recuerda precisamente que el 11 de febrero, pocos días antes de su muerte y Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la página web de la Red de Villas Romanas de Hispania publicó en redes sociales una fotografía de Purificación Atrián sobre el mosaico de La Loma del Regadío de Urrea de Gaén, que ella misma restauró. 

Purificación Atrián encarnó a la perfección ese modelo de mujer pionera en la ciencia que hoy en día todavía se reivindica para romper la brecha de género que, 91 años después del nacimiento de la arqueóloga turolense, todavía pervive. “Hace unos meses el Colegio de Licenciados de Zaragoza nos contactó porque querían hacerle una entrevista para uno de estos programas de rescate de las pioneras en la ciencia”, recuerda Jaime Vicente Redón. “Ella ya estaba muy mayor y no pudo hacerse. Pero desde luego Purificación Atrián ha sido importantísima en ese ámbito”.