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Gervasio Sánchez ofrece su mirada sobre la mujer víctima de la guerra en una exposición en el Museo de Teruel Gervasio Sánchez ofrece su mirada sobre la mujer víctima de la guerra en una exposición en el Museo de Teruel
Una madre y su hija cargan bidones de agua en 1993 mientras observan el traslado de un cadáver víctima de un bombardeo, durante el sitio al que fue sometida Sarajevo durante tres años y medio. G. Sánchez

Gervasio Sánchez ofrece su mirada sobre la mujer víctima de la guerra en una exposición en el Museo de Teruel

Se inaugura el miércoles
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Gervasio Sánchez lleva casi cuatro décadas presentando batalla a la injusticia a través de su objetivo fotográfico y de su ojo experto. Ha plasmado como nadie numerosos conflictos bélicos, y ha denunciado situaciones terribles con uno de los mejores argumentos que existen... poniendo ante las narices de la sociedad las cosas, tal cual suceden. Sin edulcorar ni avinagrar intencionadamente los hechos, pero –y aquí radica uno de sus grandes méritos– sin renunciar tampoco a proporcionar belleza, una belleza que no es sedante sino que llama a la reflexión, inherente a sus fotografías. De ahí que Gervasio Sánchez no sea ni fotógrafo ni periodista, sino que pueda llamarse fotoperiodista por derecho propio.

El Museo Provincial de Teruel pondrá su sala de exposiciones temporales a disposición de Violencia contra las mujeres en conflictos internacionales, una exposición de Gervasio Sánchez que redunda en uno de los colectivos más castigados durante las guerras en cualquier parte del mundo y del tiempo. La muestra puede verse desde el miércoles, cuando sea inaugurada, hasta el 3 de mayo. 

Las imágenes que podrán verse en el Museo Provincial son una selección del archivo de Gervasio Sánchez, en las que se reivindican las historias de las víctimas civiles en las guerras, demostrando una de las tesis que con mayor insistencia a mantenido Sánchez desde hace años: los conflictos y sus consecuencia no terminan cuando estos finalizan. A través de 40 fotografías se relatan los patrones de violencia que viven muchas mujeres en conflictos armados, historias que ponen de relieve un factor absolutamente olvidado en las relaciones internacionales y en la diplomacia ortodoxa; el final de la violencia y la auténtica consecución de la paz pasa necesariamente por aplicar una perspectiva de género en la búsqueda de soluciones a los conflictos internacionales y por la igualdad entre hombres y mujeres. 

En este sentido no sirven argumentos de choque entre diferentes concepciones culturales o filosóficas de la vida, o desigual desarrollo de las libertades individuales en diferentes lugares del mundo; es una cuestión de simples derechos humanos. 

Lo cierto es que la desigualdad que hombres y mujeres sufren en todo el mundo, se agrava especialmente en situaciones de conflicto armado, algo que Sánchez ha tenido numerosas ocasiones de comprobar por todo el globo. Pobreza extrema, falta de acceso a los recursos económicos, servicios básicos de salud y de atención materno infantil neutralizados, violación como arma y agresión entre contendientes, trata de seres humanos o situaciones de matrimonio infantil. 

Las fotografías expuestas en el Museo Provincial narran, cada una de ellas, una historia particular, con nombre y apellidos, con un lugar y un momento concreto, pero que hablan en nombre de muchas mujeres. Historias que tuvieron lugar en Sierra Leona, en Afganistán, en Santiago de Chile, Sarajevo, Guatemala, Kurdistán, Perú u Honduras, y narran que existen prostitutas de 12 años que viven en la calle, que hay mujeres quemadas por queroseno por poner en duda un pacto matrimonial, mutiladas por el ejército cuando eran niñas o que han muerto tras más de cuarenta años esperando que regresaran sus hijos desaparecidos. 

La exposición está organizada por el Instituto Aragonés de la Mujer del Gobierno de Aragón, y comisariada por el autor de las fotografías, Gervasio Sánchez. La muestra visita Teruel con motivo de las acciones promovidas dentro del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. 

El propio fotoperiodista ofrecerá visitas guiadas a colegios y particulares

Los días 5 y 6 de marzo, el propio Gervasio Sánchez realizará visitas guiadas a la exposición en horario de mañana para grupos de 3º y 4º de la ESO y Bachillerato, y en horario de tarde para adultos. Es posible reservar en el número de teléfono del Museo, 978 600150. A partir del 9 de marzo el Museo continuará con visitas didácticas, los lunes para escolares en horario de 9.30 y 11.30 y los jueves por la tarde para adultos, a las 18.30.

Casi cuatro décadas poniendo caras a la guerra

Nacido en Córdoba en agosto de 1959, Gervasio Sánchez es periodista desde 1984 y vive en Zaragoza desde hace 33 años. Sus trabajos se han publicado en Heraldo de Aragón, colabora con la Cadena Ser y la BBC y dirige desde el 2001 el Seminario de Fotografía y Periodismo de Albarracín, una de las citas de referencia para el gremio en toda España.

Es autor de más de una docena de libros fotográficos: El Cerco de Sarajevo (1995) y los publicados por la editorial Blume Vidas Minadas (1997, 2002 y 2007), Kosovo, crónica de la deportación (1999), Niños de la guerra (2000), La Caravana de la muerte. Las víctimas de Pinochet (2002), Latidos del Tiempo (2004), junto al escultor y artista plástico Ricardo Calero, Sierra Leona, guerra y paz (2005) y Sarajevo, 1992-2008 (2009), Desaparecidos (2011), Antología (2012) y Mujeres de Afganistán (2014) junto a la periodista Mónica Bernabé, Vida (2016)

Coordinó en 2001 junto a Manuel Leguineche el libro Los ojos de la guerra (Homenaje a Miguel Gil) y en 2004 publicó el libro literario Salvar a los niños soldados.

Ha recibido los premios de las Asociaciones de Prensa de Aragón, Almería y Córdoba, los premios Cirilo Rodríguez, Derechos Humanos, Ortega y Gasset, dos veces el Rey de España, Julio Anguita Parrado, Bartolomé Ros, Jai- me Brunet, Gernika por la Paz y la Reconciliación, José Maria Portell, José Antonio Labordeta y en 2009 se le concedió el Premio Nacional de Fotografía. Es enviado especial por la paz de la UNESCO desde 1998. En 2004 el gobierno de Aragón le entregó la Medalla al Mérito Profesional y en 2011 el gobierno de España le concedió la Gran Cruz de la Orden Civil de la Solidaridad Social. Es hijo adoptivo de Zaragoza y miembro de honor de la Asociación de fotógrafos de Córdoba (AFOCO).