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‘Introscopio’, una visión caleidoscópica de la realidad y de todas las realidades ‘Introscopio’, una visión caleidoscópica de la realidad y de todas las realidades
Ángela Ontiveros, Cristina Peitivi, María Lorite, Miriam Angoy, Lara Rosas, Mónica Calvo y Rebeca Vivas (Opic), autoras de la colectiva, de izda. a dcha.

‘Introscopio’, una visión caleidoscópica de la realidad y de todas las realidades

Siete alumnas de Bellas Artes exponen la penúltima muestra del ciclo ‘Especies de Espacios’
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La Sala de Exposiciones del edificio de Bellas Artes, en el campus universitario de Teruel, acoge Introscopio, la quinta exposición colectiva del ciclo Especies de Espacios que se está desarrollando durante esta primavera.

Siete alumnas de la asignatura Metodologia de Proyectos: Espacio, dirigidos por la profesora Silvia Martí, inauguraron en ese espacio una exposición colectiva de piezas que, desde diferentes disciplinas, exploran el concepto de la percepción, de cómo el objeto artístico es capaz de filtrar la realidad percibida a través de la subjetividad del creador, como si de un caleidoscopio se tratara. El título de la muestra, Introscopio, juega con el nombre de ese objeto capaz de filtrar la luz con el prefijo intro que hace referencia a la subjetividad del creador y el factor de introspección que forma parte fundamental de ese proceso de creación.

Participan en esta quinta colectiva de las seis previstas en el ciclo Especies de Espacios 2020-21 las estudiantes de Bellas Artes Cristina Peitivi, Lara Rosas, Ángela Ontiveros, Mónica Calvo, María Lorite, Miriam Angoy y Rebeca Vivas (OPIC).

Lara Rosas, en Outoretrato, investiga sobre la imagen que tenemos de nosotros mismos y la que obtienen los demás. Aquello que reflejamos en el resto y estos nos devuelven. La obra está compuesta por ocho fotografías manipuladas posteriormente con fotomontaje e ilustración digital, que exploran ideas en las que todos podemos vernos identificados.

Rebeca Vivas (OPIC), con su pieza A ciegas, transmite la percepción distorsionada de la visión producida por las auras de las cefaleas, la cual genera alucinaciones visuales. La obra está compuesta por una fotografía de una mano distorsionada que queda dividida por una vidriera, la cual, gracias a una serie de luces situadas detrás, produce que los colores incidan en el espectador.

Mónica Calvo, en Infinito, juega con elementos que tienen que ver con los efectos óptico y la distorsión de la realidad, mediante el uso de espejos, luz y color. La pieza trata de reflejar la ilusión de un espacio infinito.

Ángela Ontiveros, en Los Siete Afectos indaga en el concepto de la sinestesia mostrando siete piezas tangibles que se corresponden con otras tantas piezas auditivas. El proyecto se fundamenta en la creencia de que cada color suscita un tipo de emoción, al igual que ocurre con determinadas escalas musicales. Es por ello que se han tomado de referencia las escalas musicales denomiadas modos griegos para componer las piezas que se oyen y se ven; tratando de conectar la psicología cromática con la acústica.

María Lorite establece en X un vínculo con el espectador, el cual debe observar la instalación desde diferentes puntos de vista y experimentar un enfrentamiento entre la primera y la última impresión acerca de la misma.

Cristina Peitivi en Amnesia muestra una pieza de escultura minimalista cuyo fin es la representación de un cuerpo enfrentado a su propia vida, con el fin de plasmar la superación de lo ya sufrido incluso en el caso de que se haya perdido su registro recordado. De la nuca se extraen los recuerdos que solo puede mostrar pero no revelar. La pieza está basada en los procesos de amnesia disociativa, episodios leves de amnesia en la que los recuerdos de un determinado momento del pasado se pierden.

Por último Miriam Angoy, en su obra Moneda de cuatro caras, reflexiona sobre la mentalidad individual y su capacidad para distorsionar la realidad de un mismo evento. Con un discurso que tiene que ver con conceptos como el de la justicia, entre otros, la artista pretende plantar la semilla de la duda en el espectador sobre la dificultad histórica de alcanzar un sistema óptimo de percepción. Todo gracias a una estructura que usando luces y sombras consigue crear una metáfora tanto de la mente humana como de la naturaleza más sensible del ser humano.