Javier Sierra culmina en México la gira de ‘El plan maestro’, tras 54 ciudades en diez meses

Recién llegado de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), en México, el escritor turolense Javier Sierra hace un balance “muy positivo” de la gira promocional de su última novela, El plan maestro.

La historia de cómo unos misteriosos maestros instructores seleccionan determinadas obras de arte para explicarlas a un selecto grupo de humanos con la intención de revelar los atávicos mensajes que ocultan, se presentó por primera vez el pasado 4 de marzo en Bilbao, y desde entonces ha llevado a cabo una gira “de record”, como la define el autor, por medio centenar de ciudades de todo el mundo.

Fue en la Biblioteca Bidebarrieta donde, para lanzarla, Javier Sierra se citó con Miguel Zugaza, el anterior director de uno de los puntos centrales de la historia, que es el Museo del Prado: “Zugaza me ayudó mucho en 2013, cuando publiqué la precuela de esta novela, El maestro del Prado, y pensé que sería el anfitrión perfecto. Me dio mucha suerte”, explica el turolense.

Y es que lo que entonces no pudo calcular Sierra fue que, diez meses más tarde, los actos de presentación superarían los ochenta, que visitaría 54 ciudades y recorrería 84.865 kilómetros.

En este tiempo, Javier Sierra ha estado dos veces en México, y también en Colombia y Argentina, donde sus lectores se cuentan por miles. En Teruel recaló el 4 de abril, solo un mes después de su publicación, en un acto multitudinario en la iglesia de San Pedro, auspiciado por la Fundación Amantes.

Javier Sierra se muestra satisfecho porque “la gira está dando sus frutos”. El plan maestro ha llegado ya a su sexta edición, superando los 100.000 ejemplares vendidos solo en nuestro país. “Y me ha dado alegrías inesperadas como la certificación de que mi nombre ha sido dado a un asteroide a más de 300 millones de kilómetros de la Tierra”, explica Javier Sierra. Fue el pasado 13 de noviembre, durante la presentación de su libro en Palma de Mallorca, donde los responsables del Observatorio Astronómico de la isla le informaron de esa concesión de la Unión Astronómica Internacional.

Y aunque tanto viaje le ha alejado en estos meses de su libreta, y su ordenador y ha escrito poco, asegura que regresa a casa por Navidad con la cabeza llena de ideas para próximas historias.