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Juancho Rubio, cantante de los Drunken Cowboys: “Lo serio no es más importante ni más culto. Quevedo hizo sonetos preciosos y lo recordamos por llamar narizotas a Góngora”

La banda liderada por el músico montalbino publica su cuarto LP, ‘Invocatio ad Deos Etilicorum’
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Juancho Rubio desciende de Montalbán y desde hace más de diez años lidera una de las bandas más peculiares y sui generis del panorama aragónes, dedicada a los sonidos bluegrass y a la tradición folk norteamericana adaptada al terruño. Con sus ecos característicos que van de Bill Murray  a la Frontera, pasando por Mas Birras o hasta Dinamita pa’ los pollos si me apuras, Los Drunken Cowboys acaban de publicar su cuarto disco, Invocatio ad Deos Etilicorum, un trabajo conceptual dedicado a la fiesta que, por pura casualidad o por designio divino, ha nacido en medio de la pandemia. El Covid-19 ha dejado a los Drunken sin presentación oficial, sin gira, y sin el videoclip que tenían previsto lanzar. Pero antes o después el bicho reblará y ahí estará la banda para volver a subirse a los escenarios y dejarlo todo perdido. 

-Nuevo disco de Drunken Cowboys... ¿qué vamos a poder encontrar en ‘Invocatio ad Deos Etilicorum’? 

-Se trata de un trabajo encuadrado bajo el subtítulo de ópera bufa que supone una invocación pagana a los dioses de quienes alzan sus copas para celebrar el transcurso de una noche inolvidable. A lo largo de once canciones se desarrollan conceptualmente los elementos de una noche de fiesta, desde el simbólico encendido de la hoguera, pasando por todas sus fases y personajes, hasta que solo queda el humo y las cenizas al amanecer. Todos los asistentes podrán ser partícipes durante la gira Resacas anticipadas on Tour de esa bella unión que permite que en torno al fuego puedan bailar y brindar los que están con los que se fueron por los que vendrán. 

 -El disco llega cumplidos los diez añitos como banda… ¿tiene más de antológico o de punto y aparte para empezar renglón nuevo?

-Somos hijos de la crisis. Llevamos más de una década sobre los escenarios. Ningún músico en su sano juicio hubiese elegido esta época para tocar. Eso, lejos de pararnos, nos ha dado fuerzas para avanzar. Como un nómada que atraviesa el desierto, cada paso te afianza en el hecho de creer que estás más cerca del agua y cuando creías que aquello era un bello oasis, resulta que era un espejismo y vuelve el sol sobre tu frente en forma de confinamiento. No podemos parar, estamos obligados a avanzar o morir, de modo que este disco supone madurez y trabajo muy duro sin olvidar de dónde venimos. 

-El tema inicial, ‘Obertura’, tiene unas reminiscencias celtas evidentes y  sugerentes… ¿Estáis cambiando el bourbon por la Guinness?

-Nunca han sido incompatibles. No hay que olvidar quiénes fueron los pioneros que llevaron la música europea al lejano oeste en aquellos barcos con viaje de ida (eso los que tenían billete). Dada la opacidad de la cerveza negra, podrías meter el chupito dentro de la pinta y probar un manjar sin saberlo. 

-En el disco hay muchas cositas... un guiño a Miguel Ríos, hay cachondeito con John Locke –cuyo parecido con Quique Sanfrancisco es cuando menos inquietante– a cuenta de los balconistas ingleses… ¿De todos los cortes del disco cuáles me destacarías y por qué?

-Hay canciones a las que les tenemos especial cariño porque nos acompañaron en la gira anterior y, del mismo modo, queríamos rendir un homenaje al maestro pionero del rock and roll en España. Cuando hicimos Empirismo sajón, queríamos analizar el curioso uso que hacen los ingleses del balcón. Parece que este confinamiento les está dando una clase de repaso. A nosotros nos están metiendo en casa por golfos. Supongo que aquí hay deberes para todos. Queen of the road es una canción de carretera que formó parte de una obra de teatro que se estrenó en la plaza del Torico de Teruel. Cada canción tiene su sentido dentro de la ópera.

-¿Por qué una ópera, y por qué una ópera bufa?

-Las óperas bufas nacen en el sur de Italia y tratan esos temas más cómicos que serían impensables en la ópera con mayúsculas tal y como la conocemos. A lo largo de la historia, todo lo relacionado con el humor ha sido desprestigiado. Nosotros siempre nos hemos opuesto a esta injusticia enarbolando la bandera cervantina, donde el cachondeo puede alcanzar el mismo nivel que lo serio. Lo serio no es más importante ni más culto. Quevedo hizo sonetos de amor preciosos y lo recordamos por llamar narizotas a Góngora. Ambos destilaban cultura para emborrachar a toda Irlanda.

-Desde ‘Western Etílico’, cada dos años han presentado nuevo trabajo ¿Es su número fetiche?

-Son fechas que vienen marcadas en cierto modo por las giras. Aunque la música no requiere tanta renovación como el teatro, si no sacas canciones nuevas puedes caer en lo repetitivo. Dos años es un buen ritmo. Tras este trabajo, que como escucharéis es mucho más elaborado, nos tomaremos un descanso y puede que rompamos la marca para mantener el nivel de este último. 

-Qué cambios ha experimentado Drunken Cowboys entre ‘L. A. Jodimos’, el tercer disco, e ‘Invocatio ad Deos Etilicorum’?

-La incorporación de Víctor Palacín, quien nos acompañó en la gira pasada al violín y la portada, obra ilustrada por la artista Julseen Moos son los únicos cambios. El resto seguimos en la brecha. 

-¿Como les ha afectado que el lanzamiento del disco coincida con la pandemia? (te respondo a todas del tirón si te parece)

-El primer día de confinamiento 45 personas estábamos pendientes de rodaje del videoclip. El disco se presentaba un 28 de marzo. Se paralizó absolutamente todo. Al final, ni vídeo, ni presentación, ni gira ni nada. El sector musical es uno de los que más están sufriendo. En breve haremos el lanzamiento físico, aunque nació por las redes como casi toda la música que se escucha estos días. Todos los conciertos han sido aplazados sin fecha concreta ni seguridad de que puedan ser siquiera en las mismas salas, ya que la hostelería también está encajando un buen golpe. Afortunadamente, gozamos de buena salud, así que el grupo retomará las actividades cuando sea razonable hacerlo. 

-Ha día de hoy es imposible saber con total certeza cuándo volverá la música en directo y en qué condiciones… Como pronto será el 25 de mayo cuando arranque la Fase 2, ante auditorios muy reducidos –50 personas en espacios cerrados con aforo de más de 150 personas, o 400 en espacios abiertos, siempre y cuando se llegue a esa fecha en condiciones para avanzar de fase...  ¿Cómo cree que afectará eso a la gente?

-Hay que ser realistas. La música es esencial pero más lo es llenar la nevera. Habrá que buscar fórmulas que satisfagan a todos y eso es complicado. La verdadera música es recibir una llamada de alguien que se acuerda de ti y quiere charrar un rato. Lo demás es un plus que volverá y no me cabe duda de que será muy bien recibido, así como viajar o disfrutar de una terraza en un buen restaurante. 

-¿Y cómo afectará a los músicos…? Van a cogerle el gusto a cantar desde el salón de casa?

-El banjo siempre ha sido cómplice de la mecedora en el porche al atardecer, pero en soledad. Nosotros hemos preferido ser discretos, compartir de manera gratuita el nuevo disco que podéis escucharlo en Youtube o Spotify, así como en nuestra página web www.losdrunkencowboys.com. Cada uno se está expresando conforme a su forma de ser y eso es lo bonito de la música. Para nosotros un concierto tiene que ser cercano. Si no sales con la camiseta empapada no es un directo. Mantenemos el contacto humano publicando canciones inéditas, fotos, contando historias, entrevistas, contestando comentarios en las redes sociales... Hay que dejar también un espacio a la lectura, y este es su gran momento. 

-Y para el final la pregunta que todos los fans estaban esperando... ¿se dice Drunken Cowboys o Dranken Cowboys?

-Conozco una anécdota muy divertida de cuando me leí la biografía de los Burning. Solían pronunciarlo de una manera a los del barrio y de otra para tirarse el rollo con las tías en los ochenta. En nuestro caso no hay consenso. Sí que es cierto que nadie nos llama los Cowboys, aunque cuando dicen el nombre completo también hay quien lo pronuncia cowboys o cawboys. Esto ya multiplica las combinaciones.