La Caravana del Escape Room: un viaje al pasado y cómo descubrir el misterio sobre ruedas en el futuro
Es una experiencia inmersiva, con mucho trabajo en equipo, acertijos, juegos, lógica, orden y altas dosis de paciencia para resolver el enigma¿Qué es un Escape Room? Es la pregunta del millón para algunos, un simple juego para otros, pensar con lógica en más de los casos, y pasarlo bien o divertirse para la mayoría. Eso es lo que ha sucedido durante el fin de semana de 21, 22 y 23 de noviembre en la Fuente Torán en Teruel. Más de 80 personas de entre 16 y 30 años se inscribieron y llenaron el cupo de participantes de una experiencia inmersiva que propone retos, acertijos, jeroglíficos, memoria retentiva y mucha lógica.
Antes de empezar, los participantes recibieron una explicación de en qué consiste este Escape Room, qué se debe hacer, qué no se puede hacer y de algunos consejos que pueden ser clave u orientar para conseguir avanzar en el juego.
Este Escape Room patrocinado por el Instituto Aragonés de la Juventud contó con participación de todo tipo de concursantes, pues la búsqueda de la diversión y el interés por explorar atrajo a familias, amigas y amigos o compañeros de trabajo que quisieron probar sus dotes investigadoras.
Para soltar los nervios y empezar a descubrir los diferentes rastros que llevan al final del juego, Ana Belén Puyal explicó las normas básicas, en las que de entrada se puede contar con el apoyo de la voz en off o descartar esa vía. Entre las reglas a seguir: el trabajo en equipo, no usar la fuerza -ya que no es necesaria para lograr los objetivos, los objetos o claves solamente tienen un uso, que una pista lleva a otra pista, y que todo lo que se necesita para resolver el enigma está dentro del Escape Room.
Además, no sobra ni la intuición ni creer que algo se puede descatar, pues ahí puede estar la clave del éxito. El reto es de nivel elevado, pero no por ello es imposible, pues algunos grupos ya han pasado la prueba, pero tampoco han sido muchos los que han ganado la partida. “Es una Escape Room con habitaciones ambientadas, decoradas, con una historia, con una temática, donde hay que intentar conseguir un objetivo, una misión que se pide, y lo tienen que intentar conseguir en menos de un tiempo determinado. En el caso de La Caravana Escape Room, es en menos de 60 minutos”, explicó Ana Belén Puyal, responsable y coordinadora.
Varias son las preguntas que se lanzan como eslogan en las paredes de la caravana en la que se desarrolla todo el juego. ¿Preparados para resolver el misterio?, ¿Podréis salir?, ¿Os atravéis a intentarlo?, ¿Seréis capaces de escapar a tiempo?. Desafíos que, bajo el lema Pon a prueba tu ingenio, trabaja en equipo y conquista el reto, la dirección de esta empresa lanza a los participantes y que son una invitación a descubrir muchas de las incógnitas que se plantean con cada pista por resolver y con cada respuesta acertada.
La euforia que puede proporcionar el salvar una incitación se consume en un segundo, pues seguidamente hay otra amenaza que no permite demasiadas alegrías. “Salen muy contentos todos los que van a jugar y la verdad es que se pasa la hora que no se dan cuenta, el tiempo vuela. Sí lo pasan divertido y disfrutando, pues es de lo que se trata”, señaló Ana Belén Puyal.
La experiencia
El primer grupo de la sesión matinal del domingo estuvo compuesto por cuatro jóvenes estudiantes de Psicología en el Campus de Teruel, que se lo pasaron bomba, pero que finalmente no consiguieron resolver la prueba. Eitza Arriaza, de Oyarzum (Guipuzcoa); Nahia Apeztegi, de Ibarra (Vizcaya); Nerea Haimar (Zaragoza) y Mafalda Almeida, de Ontiñena (Huesca) son compañeras de primero de Psicología en la FCSH y aceptaron el reto de La Caravana del Escape Room.
Todas salieron sonrientes y muy alegres por su participación y es que este tipo de juegos engancha, sobre todos a los jóvenes. “Ayuda a trabajar en equipo”, “trabajar y reflexionar”, a “pedir ayuda”, expresaron nada más salir por la puerta. Con un poco más de calma y analizando las pruebas realizadas (buscar objetos, relacionar números, componer puzles, etc) se dieron cuenta de los recursos que les había proporcionado una de sus asignaturas: Atención y percepción (de primer curso de Psicología), que les había “ayudado 100%”, manifestó exultante Eitza Arriaza.
Su participación fue casual, pues fue la compañera de piso de Nahia quien les avisó “hace una semana”. Su inscripción fue inmediata y su experiencia muy positiva, “muy chula”. De este grupo solamente Nerea había participado en un Escape Room. Todas destacaron lo “bien planificado que estaba”. “Entras en un mundo distinto. Está todo supercalculado”, exclamó la joven de Ibarra. Y algo que todas tenían claro: “Sí, repetiremos”, aunque esta vez se atascaron: “No hemos pedido ayuda y hubiéramos necesitado más tiempo para resolver”, afirmaron.
Las recomendaciones de la organización de La Caravana del Escape Room invitan a participar en grupo y trabajar en equipo, por lo que aconsejan que las asociaciones sean como mínimo de tres personas y que lo más apropiado son cuatro, aunque pueden participar hasta cinco o seis máximo, pero esto último hace que se pierda efectividad ya que el espacio tampoco es excesivamente extenso.
Casi veinte sesiones durante tres días son representativas del interés de este tipo de zambullida en un juego de inteligencia, intuición, lógica y orden, que también requiere de liderazgo y capacidad de abstracción para no caer en la euforia y que a la vez convoca a un análisis detenido de cada pista.
También participaron Ana Gorriz y Luis Rey, a los que sus amigos dejaron solos finalmente, pues no cumplieron la proposición inicial de participar todos juntos y, de cinco participantes, se quedaron en tres. A su grupo le fue algo mejor que a los anteriores pero tampoco consiguieron resolver la propuesta, pues en el comienzo les costó coger la dinámica y no consiguieron la agilidad mental suficiente para llegar al final con el tiempo idóneo. El reloj es inapelable.
Habían llegado desde el Pirineo para pasar el fin de semana con sus amigos y la provocación de participar en el Escape Room les resultó todo un acierto, pues aunque Ana es turolense vive en Biescas.
El objetivo, a priori, era “divertirnos. El propósito es pasarnoslo bien y ser capaces de salir de la caravana en los sesenta minutos”, detalló Ana Gorriz. Ella sí que había participado en otros Escape Room pero “en formato papel”, sin tener que descubrir pistas o realizar cálculos. Pero a la salida su percepción del juego no había cambiado, aunque las emociones vividas en el interior de la caravana y la adrenalina acumulada sí que habían tenido resultados positivos.
“Muy chulo, pero difícil”, sentenció Ana Gorriz nada más salir. “Más chulo de lo que pensaba”, puntualizó Luis Rey a las puertas de la caravana, junto a su compañera. Ambos venían “sin espectativas”, simplemente a jugar, pero Ana matizó: “Me he quedado con las ganas de terminarlo”.
En este primer Escape Room de La Caravana en Teruel, el nivel de dificultad ha sido alto por lo que se deduce de las respuestas de los diferentes participantes y de las sensaciones que han tenido dentro del remolque-habitación. Una participación que ha sido muy bien vista desde la dirección de este escape room, a pesar de las experiencias acumuladas.
La Caravana del Escape Room lleva ya circulando más de seis años por la geografía española. Esta propuesta de retar a la mente ya ha tenido su recorrido en la provincia de Teruel, pues una decena de localidades ya han acogido La Caravana Escape Room. Así, Alcañiz, Calamocha, Andorra, Montalbán, San Martín del Río u otras han tenido la oportunidad de disfrutar y retarse a si mismos para resolver el entuerto.
En Aragón más de 40 poblaciones han tenido la oportunidad de buscar el remedio final, muchas de ellas en Zaragoza y provincia. Pero este buceo cultural y de ingenio también ha recorrido buena parte de las comunidades limítrofes como Castilla-León, País Vasco, Navarra, La Rioja, Cataluña o Valencia y sumando poblaciones hasta alcanzar más de cien localidades en las que este juego ha estado presente con su desafío.
Este viaje en el tiempo no es la única propuesta de escape room, pues esta modalidad está teniendo mucho auge en los últimos años y las temáticas son muy variadas aunque suelen clasificarse como misterio/policía, terror, ciencia ficción, historia y fantasía. Todas ellas atractivas y de distintos niveles de dificultad para solucionar su intríngulis.
