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La construcción de los recuerdos como  terapia de sanación: una perspectiva artística La construcción de los recuerdos como  terapia de sanación: una perspectiva artística
Vista de la sala de Vicerrectorado, que acoge el proyecto ‘[Des]enlace: reconstrucción de un recuerdo’ de Alba Domínguez

La construcción de los recuerdos como terapia de sanación: una perspectiva artística

Alba Domínguez expone en la sala del Vicerrectorado de Teruel su TFG de Bellas Artes
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La capacidad que puede tener la práctica creativa y artística como terapia para afrontar o superar las experiencias emocionales traumáticas es la temática que explora Alba Domínguez Jaca, en un proyecto artístico que titula [Des]enlace: reconstrucción de un recuerdo. Dicho proyecto forma el Trabajo Fin de Grado de Domínguez como graduada en Bellas Artes, y sus principales conclusiones todavía pueden verse en la exposición que se encuentra en la Sala de Vicerrectorado del campus universitario de Teruel. La muestra, que fue inaugurada el pasado miércoles, puede visitarse hasta el 14 de mayo al mediodía.

Domínguez parte de su experiencia personal para elaborar su discurso artístico, pero trata de no quedarse en una mera introspección personal. Parte de la tesis de que el arte es algo así como un acompañante que resignifica los recuerdos de la persona en pos de su equilibrio emocional y su salud mental. La exposición está formada por nueve elementos que incorporan fotografía, escultura o arte textil.

Huella de una lágrima: revivir es una serie fotográfica de quince imágenes impresas sobre papel artesanal. Muestran personas y lugares de paz y momentos de felicidad, impresos sobre pañuelos de papel que aluden a las lágrimas del llanto.

Coagulación es un libro-objeto que permanece abierto por una página sobre la cual se han dejado caer gotas de sangre de la autora. Es la única pieza de la muestra consagrada al sufrimiento, a través de un concepto del dolor que se presenta como motor de cambio y evolución, y no como algo paralizante.
 

‘Coagulación’ hace referencia al dolor como motor de cambio y evolución


El ritual es una pieza colgada en la pared conformada por 28 bolsitas de té desdobladas y cosidas entre sí hasta formar una única tela. Sobre cada una de ellas puede leerse la fecha en la que esa infusión fue consumida. La pieza trata de hacer reflexionar sobre el paso del tiempo como elemento cauterizador de las heridas abiertas, y del valor ceremonial y ritual de determinadas actividades -en este caso tomar infusiones- en el proceso de sanación.

Segunda piel es un conjunto de tres prendas de ropa que permanecen suspendidas en el aire colgadas desde el techo. La gama cromática se centra en tonos tierra o cremas, y en las piezas encontramos una predominancia de estructuras orgánicas que nos recuerdan a caparazones o exoesqueletos de insectos junto con elementos puntiagudos, todo en tela acolchada.

La pieza hace referencia a la teoría de las cinco pieles de Hundertwasser, siendo la ropa la segunda de ellas. Cada una de las prendas puede ser utilizada en momentos de especial vulnerabilidad, actuando cono armazón protector. En este caso la autora ha elegido una indumentaria suave, mullida, que representa una defensa cálida y amigable, más volcada en el interior que en el exterior.

Arreglar(se) es un conjunto de tres prendas de ropa blanca que permanecen colgadas del techo, en las cuales hay cosidas varias fotografías impresas con cianotipia sobre tela. Esas imágenes representan los momentos, lugares o personas asociadas a la felicidad que se adhieren a nuestra ropa, un elemento que nos acompaña durante una parte muy importante de nuestra vida, casi tan importante en el sentido cuantitativo como nuestra propia piel.

La parte de la exposición que Alba Domínguez dedica al volumen y la escultura se abre con Yermo, formada por tres piezas de arcilla resquebrajadas, y dos piezas de tela que cubre una mesa sobre la que se ven un cargador de móvil, una taza y otros elementos de uso cotidiano. Esos objetos representan elementos que ya no forman parte del contexto de la persona, y que por tanto deben ser expulsadas del mismo, y no reprimidas.

La autora también juega con la escultura en Apropiarse de un recuerdo, formada por tres esculturas de barro pintadas. Domínguez ha elegido un plato de fideos, unos asientos de autobús y unos botes de crema en representación de acciones cotidianas y sencillas que, sin embargo, no eran realizadas con total autonomía hasta hacerse consciente la necesidad de hacerlo.

La serie Talismán está formada por cinco pequeñas esculturas realizadas en tela que representan figuras a caballo entre lo real y lo fantástico. Cada una de las piezas constituye un talismán con una función específica con los que tendemos a protegernos en situaciones en las que nos vemos especialmente vulnerables, desde acudir a clase hasta dormir bien, pasando por favorecer la concentración.

La última pieza, Autocultivo, está formada por una escultura de un corazón humano realizada con tela roja y serrín sobre la que han sido plantadas semillas de chía que han crecido en torno al volumen. Cada día, la autora ha rociado agua sobre el corazón y poco a poco las semillas han ido germinando. La acción se lleva a cabo convirtiéndose en una representación simbólica del autocuidado. La obra nos habla de la importancia de cuidarse, de alimentarse y de mimarse a uno mismo como medio para crecer y avanzar, y en realidad es una especie de sinopsis de todo el proyecto expositivo.
 

La escultura viva ‘Autocultivo’ ocupa un lugar central en la exposición