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La icónica obra ‘El dolor del silencio’ de José María Maldonado da el salto al escenario La icónica obra ‘El dolor del silencio’ de José María Maldonado da el salto al escenario
Inma Oliver (izda.) y Lydia Vera interpretan a Carmen y Manuela, dos supervivientes del bombardeo de Alcañiz veinticinco años después de la masacre. S. L.

La icónica obra ‘El dolor del silencio’ de José María Maldonado da el salto al escenario

Sonia Lanuzza estrenará el montaje sobre el bombardeo a Alcañiz el próximo 5 de marzo
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Tres mujeres alcañizanas, la dramaturga y profesora de teatro Sonia Lanuzza y las actrices Inma Oliver y Lydia Vera, pondrán voz, cuerpo y corazón a uno de los mejores textos que se han escrito sobre la historia contemporánea de Alcañiz, la novela El dolor del silencio del historiador bajoaragonés José María Maldonado, acerca de los bombardeos que sufrió la ciudad el 3 de marzo de 1938 durante la Guerra Civil.

Será este domingo, 5 de marzo, a partir de las 19 horas en el Teatro Municipal de Alcañiz, dentro de una batería de actos organizados por el Ayuntamiento por la conmemoración del 85 aniversario del ataque aéreo contra objetivos civiles de la aviación italiana al servicio de Franco.

A grandes rasgos la novela narra como un grupo de amigos adolescentes se reúnen tras el bombardeo, cada uno procedente de un punto de la ciudad, y explican dónde estaban, qué sucedió y qué hicieron. Sonia Lanuzza ha adaptado la dramaturgia eligiendo a dos de los personajes, Carmen y Manuel -que transforma en Manuela- interpretados por Inma Oliver y Lydia Vera respectivamente, narrando en formato de monólogo el texto, sin prácticamente ninguna modificación, escrito por Maldonado. “Yo quería coger las palabras de un historiador reconocido como es José María, y plasmarlas tal cual, casi sin modificación, porque se trataba de no añadir nada sobre la investigación y el trabajo de campo que ya se hizo”, explica Lanuzza, que cuando tuvo que determinar qué personajes del libro elegía para hacerlos subir al escenario, se decantó por Carmen y Manuel porque “daban un visión muy completa, acertada y complementaria”. “Los dos siguen un recorrido muy diferente entre sí, algo que forma parte de la puesta en escena. Manuela parte de la carretera de Zaragoza y viene de coger olivas, así que se encuentra con los carros, y a gente que estaba en el campo. Por su parte Carmen ha recorrido el centro de la ciudad, los Almudines, el casco viejo, la plaza, el cuartelillo, donde hubo una masacre... podría haber elegido otros de los personajes, pero estos dos me parecieron especialmente interesantes”.

Diecisiete de los alumnos de la Escuela de Teatro Sonia Lanuzza de Alcañiz participarán también en el proyecto teatral, que no estará exento de varias sorpresas, aunque la directora quiso que el peso dramático recayera en dos actrices profesionales como Vera y Oliver. “Los alumnos pueden hacer muchas cosas, desde luego, pero en un proyecto como este necesitas profundizar en el personaje y necesitas gente con bagaje y experiencia profesional”. Además las dos actrices son especialmente adecuadas, en opinión de Lanuzza, que ya ha trabajado en varias ocasiones con ellas, “porque son de aquí, y se han criado en los espacios que recorrieron los personajes de la novela. Eso para mí era importantísimo, porque lo es en la obra”.

En El dolor del silencio de Maldonado los personajes tienen en torno a quince años. En su adaptación teatral, las dos actrices, que están sobre los 40, se ubican en los años 60 y recuerdan lo que sucedió en aquel funesto marzo de 1938, cuando eran adolescentes.

Lanuzza se muestra especialmente ilusionada con la adaptación de un texto, el de José María Maldonado, “que tenemos todos los alcañizanos metido dentro”. Según la dramaturga y actriz, “todos tenemos abuelos que lo vivieron, que estuvieron callados y que vieron como se tergiversaba todo. No hubo posibilidad de llorar, y con esta obra de teatro vamos a llorar”. La alcañizana explica que, aunque otros años se han realizado dramatizaciones o recitales de textos de Miguel Hernández con motivo de esta conmemoración, “nunca se había hecho algo tan crudo, tan directo, tan honesto y tan real”.

Y, pese a todo, rehuyendo el debate -absurdo y esteril- ideológico. “No quiero posicionarme, y espero que vengan de todos los partidos políticos a ver la obra”. “Maldonado es un gran historiador, muy reconocido, no queremos vencedores o vencidos, sino un relato fiel del episodio histórico”, un episodio que durante décadas estuvo silenciado al punto de pasar casi desapercibido. Se calcula -aunque no hubo recuentos oficiales- que fallecieron 500 civiles durante el bombardeo, inesperado por estar Alcañiz situado en retaguardia. Pero ambos bandos acallaron la acción, los sublevados por no repetir las críticas internacionales recibidas tras el bombardeo de Gernika -donde las víctimas fueron en torno a 200- y los republicanos por no desalentar más a sus tropas, que veían como poco a poco se desmoronaba el frente de Aragón.

Evidentemente, el autor de la novela, José María Maldonado, ha seguido el trabajo de adaptación de Lanuzza. “Desde el primer momento, cuando empecé a hablar con el en junio, he tenido todo su apoyo”, incluso cuando el monólogo de los dos personajes está extraido casi literamente del libro. Dramatizarlo supone, no obstante, “un gran trabajo de interpretación”, porque “los personajes hablan en primera persona, no solo cuentan una historia sino que la vivencian, de una forma además muy intensa”.

Para ello Sonia Lanuzza tira del teatro físico, uno de sus sellos de identidad, porque entiende que la expresividad corporal y el trabajo físico están al nivel de la palabra para expresar emociones. Sin embargo también ha querido dejar libertad interpretativa a Inma Oliver y Lydia Vera, dos de las actrices profesionales alcañizanas más importantes.

La primera de ellas está afincada en Zaragoza y acaba de terminar un rodaje en Huesca, mientras que la segunda está afincada en Alcañiz, “aunque no deja de trabajar por muchos lugares”. En otoño de 2020 Lanuzza y Vera pusieron en marcha el montaje Gregoria, que reunía reflexiones filosóficas y música, con temas compuestos e interpretados por la propia Lydia Vera.

Un montaje que puede crecer

Sonia Lanuzza admite que en origen proyectó una adaptación mucho más ambiciosa de El dolor del silencio, que sin embargo con la extensión del texto original y los más de diez personajes que planteó -recortando alguno con respecto a la novela- resultaba muy complejo y caro de poner en marcha, “prácticamente inviable”. La dramaturga turolense no renuncia a ponerlo algún día en marcha, si encuentra financiación, aunque cree que es más probable que se vaya incrementando, que pase del monólogo de dos personajes a tres, o a cuatro, o a que la puesta en escena -que va a resultar mucho más sorprendente y espectacular de lo que podría esperarse de dos monólogos- vaya evolucionando a lo largo del tiempo.

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