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Las Couchers: “Nos daba la risa cómo se quería comercializar la felicidad en la pandemia” Las Couchers: “Nos daba la risa cómo se quería comercializar la felicidad en la pandemia”
Las Couchers, durante su actuación en el Festival Enluquecidos, este fin de semana. J. L. R.

Las Couchers: “Nos daba la risa cómo se quería comercializar la felicidad en la pandemia”

Elena Donzel y Mari Marcos parodiaron en el Festival Enluquecidos a los gurús y los manuales de autoayuda
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José Luis Rubio

Elena Donzel y Mari Marcos son Consuelo y Socorro, Las Couchers, las gurús más delirantes a las que alguien podría acudir en busca de las claves de la felicidad. Y así quedó patente el sábado sobre el escenario del pabellón multiusos de Luco del Jiloca, en el que interpretaron su espectáculo Charlas de Azucarillo, un número que ellas mismas califican de absurdo - filosófico y que arrastra entre sonoras carcajadas al espectador al espejo de los manuales de autoayuda.

Como en tantas ocasiones, la genialidad no estaba escrita y su desembarco en el mundo del espectáculo fue fruto de la casualidad, de la amistad y también del coronavirus. “Las Couchers salen de dos personajes con los que jugábamos las dos, porque nos gusta mucho Las Noches de Ortega y el mundo imaginario que tiene con personajes que son al mismo tiempo profundos al tiempo que cercanos y humildes”, explicó tras su función Elena Donzel. Así, las dos amigas se inventaron dos personales, Consuelo y Socorro, inspirados en este universo orteguiano.”Muchas veces nos llamábamos por teléfono y para contarnos cosas hablaban los personajes. Y estos personajes hacían un poco de terapia entre ellos. ¡Y era una terapia real!”, reconoció Donzel. De ahí a los escenarios  fue un efecto colateral de la pandemia. “Estábamos en un momento muy jodido. Y en ese momento había un boom impresionantes en las redes de terapias y cosas  al as que nostras llevábamos muchos años acudiendo y en las que te decían que con cuatro tips podías ser feliz. Y a nosotras nos daba la risa por ver como se quería comercializar la felicidad y el bienestar en una situación tan trágica. Nos parecía absurdo y quisimos darle la vuelta utilizando ese mensaje de felicidad inmediata para llegar  a decir que las cosas muchas veces no tienen solución o que las recetas rápidas no sirven”, concluyó la actriz.

El discurso del espectáculo no es ni lineal ni homogéneo y en cada uno de los tips que ofrecen para alcanzar la felicidad el delirio cobra un grado más de intensidad. Siempre desde un guiño inteligente, muy parecido al que emplean los maestros Les Luthiers, pasan de la burla elegante a lo onírico alucinógeno pasando por discurso tan absurdos como contradictorios e hilarantes e incluso un número musical perfectamente hilado y que no se aleja ni un ápice del sendero por el que transcurre el número. El espectáculo es maleable y se adapta a las necesidades de cada ocasión. “Tenemos una hora y cuarto. Tenemos aún más contenido porque cuando actuamos en u n teatro, con las luces y todo eso, tenemos unos textos en los que Mari y yo hablamos solas como si tuviéramos dos espejos delante, tocando profundidades más cálidas, llegando a ese lugar de sufrimiento por esa persecución de toda la vida de estar bien y de ser mejor y cómo ellas llegan a ese lugar de cansancio de esa utopía absurda”, explicó Elena Donzel.

Esa terapia se traslada en cada representación al público. “El humos, en si, ya es terapéutico porque te abre, te relaja y te hace compartir”, aseguró Mari Marcos, que no ocultaba que son “payasas” y que han “vivido mucho ésto del humor”, aunque aseguró que “precisamente, con este espectáculo, nos encanta que la gente se ríe mucho y que después nos dicen mucho eso de que ‘a mi también me ha pasado, yo también he hecho eso’”. Así, la pareja cómica de Donzel reconocía, seguramente fruto de tanta terapia, que no son “perfectas” y que sus “personajes no son perfectos aunque desde el principio quieran ir de ello” confiando en que eso “empatiza mucho con la gente”. Por eso, aseguró que “buena parte del público se ve identificado y se ríe de si mismo. Y eso es terapéutico”. En este punto Donzel apunto que su intención no es reírse de la terapia, manifestando respetuosamente su preocupación inicial de no ofender a ciertos gremios. “Nonos metemos con el gremio en si. Nos reímos de estos personajes buscando a través de tantas cosas y fracasando , lo que es súper humano”, dijo.

Así, Charlas de Azucarillo parodia a un perfil determinado de gurú o de los falsos predicadores.

Desembarco en Luco

Su llegada al cartel de la segunda edición del festival de Mucho Humor Enluquecidos sí fue fruto de la casualidad. Y es que una doble coincidencia despejó cualquier duda sobre su participación. Marcos explicó sobre el propio escenario que había visto anunciada “en redes”  la pasada edición. “Pensé que qué buena pinta tiene”, recordaba la cómica, que escribió a la organización para ofrecer el espectáculo de Las Couchers. “Y casualmente, no sé muy bien cómo, nos dijeron que nos habían visto y que pensaban llamarnos. ¡Que casualidad!”, relató Mari Marcos.

Las Couchers se definen como todo terrenos, capaces de actuar en un bar de Donosti con un aforo de 40 personas y en el que se metieron, dicen, más de 180 personas, pero también han actuado en el teatro Rialto de Valencia. También actúan en pequeños escenarios como el de Luco o en festivales callejeros como el Pirineos Sur.  El carácter tan cercano del espectáculo le permite esa versatilidad. “Queríamos poder hacerlo en cualquier sitio: en un gran teatro o en una gran plaza, pero también en un frontón o en la calle. Por eso lo adaptamos. En la calle es un espectáculo de 45 minutos y si estamos en un teatro se va a una hora y diez minutos”, dijo Mari, señalando que han buscado un formato que no les limitase. “El alma del predicador es que se ava a todos los lados a pronunciar sus palabras”, añadió Donzel.

Preguntadas sobre la llegada más adelante de un nuevo número, las primeras respuestas dubitativas terminaron confirmando  ese trabajo. “Son ideas, solo ideas”, ratificó Marcos, mientras Donzel explicaba que han abierto un chat en el que están “solo las dos”  donde lanzan las ideas. No obstante, no será a corto plazo porque, dicen, son “de metabolismo lento”.

Mientras, el espectáculo Charlas de Azucarillo, que se estrenó el pasado mes de noviembre, sigue vivo y  en evolución.