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Los cursos de Albarracín forman en 25 años a 1.700 restauradores y ‘curan’ 1.500 bienes Los cursos de Albarracín forman en 25 años a 1.700 restauradores y ‘curan’ 1.500 bienes
Una de las restauradoras que actualmente está participando en el Curso de Retablos, trabajando sobre una pieza del siglo XV en esta XXV edición de los cursos

Los cursos de Albarracín forman en 25 años a 1.700 restauradores y ‘curan’ 1.500 bienes

Arranca la XXV edición de las clases de recuperación patrimonial que son referencia en el sector
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Cruz Aguilar

1.500 intervenciones y 1.741 participantes en 25 años es el resultado de los Cursos de Conservación y Restauración que cada año imparte la Fundación Santa María y que ahora inician su edición número XXV. Por allí han pasado restauradores de prácticamente todos los puntos del territorio nacional en busca de una especialización que no encontraron en la facultad. Albarracín les ofrece la posibilidad no solo de trabajar con materiales reales procedentes del vasto patrimonio de la Catedral, principalmente, sino también contar el asesoramiento de los principales especialistas del país en cada una de las materias: documento gráfico, retablos, metales o encuadernación, entre otros.

Los cursos de Albarracín se encuentran entre los más veteranos del territorio nacional y, además, se prolongan durante tres semanas. Cada una de las especialidades tiene una duración de 120 horas, a excepción de Conservación Preventiva, que consta de 80 horas lectivas. Todos los técnicos que participan como alumnos son especialistas titulados que necesitan ampliar conocimientos en determinadas áreas específicas y hay muchos que realizan varios de los cursos porque “el abanico profesional que se obtiene con los siete cursos es muy bueno”, relata el director de la Fundación Santa María, Antonio Jiménez.

El responsable asegura que las empresas que operan en el sector de la restauración en España tienen en cuenta a los profesionales que han pasado por las aulas del antiguo Palacio Episcopal de Albarracín y comenta que, con más de 1.700 alumnos, “casi todos” los restauradores que ahora están trabajando en el país han pasado en algún momento por Albarracín.

Duración y carácter aplicado

En cuanto a qué es lo que atrae a tantos profesionales del ámbito de la restauración hasta Teruel, Jiménez lo tiene claro y es por un lado la duración, que se prolonga durante tres semanas y, por otro, su carácter aplicado. A todo ello se suman otros factores, como la convivencia durante toda la jornada y la labor en grupo: “Es prioritario aprender a trabajar en equipo y a ser resolutivo, un aspecto fundamental en un profesional de la restauración”, asegura el director de la Fundación Santa María.

El profesor Ignacio Barceló (en el centro) durante una de las clases del curso que acaba de iniciarse en Albarracín

Alejandra Rodríguez ha realizado siete cursos de restauración en Albarracín desde 2015 y no descarta inscribirse a alguno de los nuevos, como el de Nanomateriales. Asegura que han sido fundamentales en su formación: “Están enfocados en materiales concretos y me han servido para probar nuevos materiales”, relató. Ella es especialista en pintura y escultura y su paso por Albarracín le ha servido para familiarizarse con otros materiales como papel, metales o encuadernaciones y le han provisto de herramientas para poder desenvolverse con otro tipo de elementos. Todo ese bagaje adquirido en tierras turolenses le sirve en su día a día en Andalucía, donde trabaja como restauradora en una empresa constructora especializada en rehabilitación de inmuebles.

Alejandra Rodríguez concretó que de su paso por Albarracín no solo atesora conocimiento, sino “la propia experiencia de convivir con otros conservadores y restauradores, compartiendo e intercambiando ideas”. Aseguró que la experiencia formativa es muy completa, pero también la personal por todas las posibilidades que ofrece el enclave.

Los Cursos Superiores de Restauración han sabido adaptarse a las necesidades formativas del momento y la principal novedad de este año 2023, en el que se celebra el cuarto de siglo de existencia de los cursos, es la incorporación de una nueva formación que lleva por título Avances tecnológicos en nanomateriales y técnicas láser para la conservación y restauración del patrimonio. Se va a llevar a cabo en colaboración con el Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA), asociado a la Universidad de Zaragoza. La finalidad de esta formación es introducir al alumnado en las herramientas basadas en la aplicación de procesos de restauración más sostenibles.

La programación de este año ya ha arrancado con la especialidad de Conservación y Restauración de Retablos impartida por Ignacio Barceló, que dirigirá a una decena de alumnos en la recuperación de un retablo medieval, fechado en la segunda mitad del siglo XV, con características constructivas propias del gótico en transición al renacimiento, procedente de Villar del Salz, en la Comarca del Jiloca.

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