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Los duendes y hadas ya están instalados en la Senda Mágica de Valbona Los duendes y hadas ya están instalados en la Senda Mágica de Valbona
Recreación del antiguo horno de pan hecho por la Asociación de Amas de Casa

Los duendes y hadas ya están instalados en la Senda Mágica de Valbona

Un total de 35 casitas, elaboradas por los propios vecinos, se distribuyen por el camino natural
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Cruz Aguilar

Casitas de colores, sobre los árboles o junto a ellos, hasta un total de 35, sirven de morada a los seres mágicos que habitan en la Senda Mágica de Valbona. Las pequeñas viviendas han sido construidas por los vecinos de la localidad para albergar a los nuevos habitantes del municipio y que sirvan para atraer turistas.

Detrás de cada casita está la huella de una familia del pueblo y en la mayoría hay detalles que evocan a esos albañiles y arquitectos aficionados. Los ranas decoraron la casa de las hadas con pequeñas ranas y la clave de sol acompaña la que hizo la familia de músicos. También hay una granja que hizo la alcaldesa, Paz Navarro, y su familia que tienen una explotación porcina y quisieron que la senda mágica tuviera una réplica realizada a partir de un tronco. Lo mismo pensaron los dueños del vivero, que construyeron uno con todo lujo de detalles para que los duendes pudieran darse vida en él a través del cultivo de plantas micorrizadas para trufas.

Los árboles bien acondicionados con escaleras son un buen lugar para vivir

Y es que a la urbanización de seres misteriosos no le falta ni un detalle, tienen incluso un colegio donde aprender y compartir juegos que fue creado por los propios niños de la localidad.

Las mujeres de la Asociación de Amas de Casa se volcaron desde el primer día y durante un mes dejaron de lado sus labores para coger el serrucho y tallar las casitas de los seres mágicos que han llenado de ilusión el pueblo. Han construido el edificio del horno a partir de un tronco que localizaron en una era. Es el homenaje al lugar donde se reúnen para hacer sus actividades y aunque la mesa la han llenado de diminutos panes, han mantenido el color azul original al que están tan acostumbradas porque sobre ella hacen manualidades.

Tallando en la pandemia

La iniciativa partió en plena pandemia del Ayuntamiento de Valbona, que animó a sus vecinos a la creación de las casitas de las hadas y les dio materiales para ello. Lo que no esperaban, reconoce la alcaldesa es la enorme aceptación que tuvo la idea. Se presentaron una treintena de casitas, entre las que había de diferentes tamaños, ya que muy pocos se acogieron a la propuesta de crear hogares de 30 centímetros. La mayoría consideraron que sus nuevos pobladores necesitaban espacios más espaciosos para ser felices en Valbona. A esas viviendas se sumaron las que aportaron durante los meses estivales los veraneantes

Dos de las casitas que se han instalado en la senda de La Calleja

La propuesta se lanzó el 1 de abril y el plazo para la fabricación era de un mes. En ese tiempo las familias han dedicado horas y horas a levantar las casitas de las hadas, como se aprecia solo con mirar las construcciones.

Para ello algunos han partido de las casitas de pájaro que les entregó el ayuntamiento, pero con numerosos complementos, mientras que otros han pensado que los duendes estarían más cómodos en troncos de árboles y han usado de algarrobo, sabina, olmo, pino o carrasca. Además, hay quien ha utilizado plantas naturales, como cactus o hiedra, para decorar los hogares de las hadas.

El Ayuntamiento expuso las creaciones durante varias semanas en el centro de la población con el fin de que pudieran verlas aquellas personas más mayores o con movilidad reducida y a comienzos de verano las instaló en el sendero de La Calleja, ahora llamado Senda Mágica de Valbona, que, a través de 1,5 kilómetros, enlaza con la ermita de Santa Bárbara.

Una de las casitas, con chimenea para que el duende no pase frío en invierno

“Es un camino muy fácil para realizar en familia e incluso con carrito de bebé”, señala la alcaldesa, que no descarta seguir edificando casitas para sus mágicos vecinos hasta completar toda la senda hasta la ermita, que tiene unos 500 metros más.

El nuevo producto turístico de la localidad es todo un reclamo tanto para los alojados en las casas rurales del municipio como para los que están en otros lugares de la comarca, que no dudan en acercarse, sobre todo si viajan con niños, para conocer este rincón natural de Valbona. El recorrido se hace en poco tiempo, por lo que sirve de complemento con otro tipo de actividades turísticas, como el esquí o la recogida de setas.

Las viviendas están realizadas con troncos y otros materiales naturales

La regidora municipal lamenta no haber colocado un contador de personas a la entrada porque precisa que ha sido espectacular la afluencia que ha tenido durante todo el verano. La senda se inauguró poco antes de San Juan y para el acto una de las hadas cobró vida para explicar a los vecinos el proyecto.

La colocación de las casas se realizó sobre una plataforma de cemento disimulada con piedras y hojarasca, de forma que la construcción ha quedado segura pero integrada en el entorno.

El proyecto se quiere completar con la instalación junto a algunas de las casas de códigos QR que enlazarán con cuentos de Ana González Abad, una escritora vinculada a la localidad, y leídos por niños y mayores.