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Los vecinos de Gea conocen las primeras fábricas que ‘encendieron’ la luz en el pueblo Los vecinos de Gea conocen las primeras fábricas que ‘encendieron’ la luz en el pueblo
Manuel Alamán, a la derecha, durante el recorrido en el que mostró a sus vecinos cómo llegó la energía eléctrica a Gea

Los vecinos de Gea conocen las primeras fábricas que ‘encendieron’ la luz en el pueblo

Una andada recorre el molino, los azudes y la industria María Esperanza
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Cruz Aguilar

Una andada de algo más de 9 kilómetros sirvió el sábado para mostrar a los vecinos de Gea de Albarracín las fábricas de las que sus antepasados obtenían la luz eléctrica para sus domicilios. La primera turbina se puso en funcionamiento en el año 1919 y, un poco después, en 1925, abrió la fabrica María Esperanza, que no sólo abastecía a Gea, sino también a Cella y a Santa Eulalia.

Los vecinos tuvieron oportunidad este domingo de conocer lo que queda de esos saltos que convertían el agua en luz. El cicerone de la excursión fue Manuel Alamán, quien explicó a sus vecinos que la sociedad María Esperanza estaba integrada por algunos habitantes del municipio, pero también de Santa Eulalia y Gea y construyó un salto eléctrica en la partida hoy conocida como La Fábrica. “Esa fábrica funcionó hasta comienzos de los años 1950 dieron servicio de electricidad tanto al pueblo como a Cella, dieron servicio a la Venta del Ratón, que está cerca de Gea, y pasaban electricidad a la estación y también a Santa Eulalia”, comentó el erudito local.

Sin embargo, en la década de los 40 del pasado siglo hay registradas un gran número de quejas por el servicio que prestaba tanto la turbina del molino como la de María Esperanza, ya que los cortes eran continuos.

El molino harinero, donde aún se conserva una turbina eléctrica de 1948, ha sido recientemente adquirido por el Ayuntamiento de Gea. El edificio está en mal estado de conservación, pero sí resguarda parte de la maquinaria de esos años. En lo que respecta a María Esperanza, el edifico se encuentra en buen estado, aunque la fábrica fue desmantelada al dejarse de usar. Lo que sí se conserva es el salto y el foso por el que entraba el agua.

El recorrido partió de la denominada Casa de las Compuertas para seguir por el Merendero del Azud, desde donde se derivaba el agua tanto para regar la vega como para el salto del molino harinero. Los caminantes siguieron hasta el Azud del Palomar, que es de donde tomaban el agua para el salto de la fábrica de María Esperanza. Desde allí, explicó Alamán, derivaban el agua del río tanto para la fábrica energética como para regar una parte de la vega.

Como les iba de paso, los participantes, que han sido en torno a una quincena de adultos, también se han acercado hasta el martinete, que se usaba para elaborar hierro, que se obtenía desde las minas de la propia localidad. Junto al martinete aún se pueden ver montes de escoria, que es el desecho del mineral de hierro.

Exposición sobre la energía

La andada del sábado servirá para abrir boca de la exposición titulada Descubriendo los misterios de la electricidad que llegará al municipio el próximo día 14 y podrá visitarse hasta el jueves 27 de junio. El horario será de 10:00 a 14:00 horas, los martes, miércoles y jueves y por la mañana y por la tarde, de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 21:00 horas los viernes, sábados y domingos, en el Centro Social El Carmen.

La muestra, interactiva e itinerante, está ideada por el Equipo Docente de Electricidad y Magnetismo de la Universidad de Zaragoza (Edenuz), financiada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), y que cuenta con la colaboración del Instituto de Estudios Turolenses (IET), que financia las visitas dinamizadas con demostraciones, una de las actividades complementarias para profundizar en la materia de la exposición.

El espacio se compone de varias máquinas eléctricas que muestran de forma espectacular fenómenos electromagnéticos que han suscitado la curiosidad humana desde tiempo remoto: rayos (máquina de Wimshurt, generadores de van de Graaf y Marx y bobina de Tesla); levitación (levitadores magnéticos de distintas tecnologías), transferencia inalámbrica de energía (que hoy se utiliza en coches eléctricos u otros sistemas de movilidad eléctrica), entre otros.
 

Los participantes, durante el recorrido en la zona de la vega