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‘Process-Arte’, en busca de la esencia del proceso constructivo del arte ‘Process-Arte’, en busca de la esencia del proceso constructivo del arte
Irene Blasco con las tres piezas escultóricas que forman ‘Nacimiento de la música (4’33’’/1’33’’)’, inspirada en parte en John Cage

‘Process-Arte’, en busca de la esencia del proceso constructivo del arte

Ocho estudiantes de Bellas Artes ponen en marcha la segunda muestra de Especies de Espacios
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El proceso creativo dentro del arte es el tema de Process-Arte, la segunda de las exposiciones colectivas del ciclo Especies de Espacios 2022, que muestra en el Edificio de Bellas Artes, hasta el próximo lunes, las propuestas de ocho alumnos del grado que se cursa en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas del campus de Teruel.

La muestra repasa, desde disciplinas como la instalación, la pintura o la escultura, diferentes facetas, momentos o visiones del proceso creativo que acompaña a un autor desde la concepción de su obra hasta la manifestación física de la misma. Algunas de las piezas juegan con la interacción entre el artista y el público, que se convierte en sujeto activo al formar parte o completar la propia pieza, los procesos mentales del artistas al reflexionar sobre su propia relación con el entorno o la creación en tiempo real del arte efímero en el propio momento de mostrarse.

Álex Gómez (centro), junto a su pieza ‘Criea’

Juan Andrés Díaz muestra en Said dos piezas que recrean lo que podría ser parte del mobiliario urbano o académico en un centro como la Facultad de CC.SS y HH. de Teruel, creado para ser intervenido a través del grafitti, la firma o la obra gráfica improvisada. Su discurso artístico tiene su parte de reivindicación, ya que surge a resultas “de las limitaciones que se nos imponen en la facultad para personalizar o intervenir el mobiliario” como mesas, armarios o paredes. Según Díaz a través de este tipo de intervenciones se dota de nueva vida a elementos obsoletos pero todavía funcionales, y de la coacción “por el carácter sobre y estricto de la sociedad” de lo que denomina “una urgencia por expresarnos de manera libre”. Así pues el autor ha plantado dos elementos de mobiliario especialmente concebidos para ser intervenidos, pintados o recolocados precisamente para dar salida a esa urgencia, a esa expresividad, “que puede servir de fuente de inspiración, de simple entretenimiento o simplemente para relajarse” utilizándolo como soporte expresivo. De hecho las dos piezas, que ya fueron intervenidas por algunos alumnos con rotuladores o pintura, se encuentran ahora dentro de la sala de exposiciones pero más adelante se ubicarán en el exterior del edificio de Bellas Artes, para que cumpla su función de mobiliario intervenible.

También apela a la participación del observador Criea, de Álex Gómez Mechó, entendiendo que a través de ampliar la experiencia del visitante de un museo a la participación en la configuración de la obra se incrementa su interés hacia el ámbito artístico.

Irene Blasco, Juan Andrés Díaz, Iván Pérez, Álex Gómez, Alice Coll de Souza, Emily Jones y Claudia Villegas (de izda. a dcha.), durante la inauguración de la muestra

Sobre una mesa despliega una torre del popular juego Jenga, compuesto por una serie de piezas de madera que hay que extraer del conjunto tratando de que la torre no colapse. El autor invita a que cada una de estas piezas sea intervenida, a través de un dibujo o firma, y recolocada en otra estructura, para ir así formando una pieza diferente a partir de los elementos de partida.

También cuenta en parte con la participación del público Alice Coll de Souza, con una instalación titulada Etéreo que reflexiona sobre el arte en directo, casi como actividad performática, a partir de la idea de movimiento. Durante la inauguración Coll explicó que siempre se ha sentido atraída por el movimiento a través de la danza. Según ella “la vida es movimiento y sin movimiento no habría mundo”. A la hora de plasmarlo, plantea un sistema entrópico compuesto por una serie de hijos de seda de colores colgados del techo, que se mueven gracias a un ventilador colocado en el suelo o del propio movimiento que decide imprimirle el artista o, en su defecto, el observador. El conjunto logra el objetivo de forzar al espectador a “contemplarlo no como un mero objeto en movimiento, sino como un fenómeno capaz de transmitirnos sensaciones y emociones, y al mismo tiempo permitirnos pensar qué siento y cómo lo siento”.

Tres chicas intervienen la pieza propuesta por Juan Andrés Díaz

Por su parte, Iván Pérez Flores presentó Florituras, en las que reflexiona sobre el concepto de arte por el arte o arte puro, con la participación del azar en el proceso de creación. Su pieza documenta el proceso de creación de una serie de pinturas basadas en crear pigmentos a base de látex líquido y pigmento en polvo y embellecer soportes, bien públicos o bien privados, a partir de derramar el pigmento líquido. El látex impide que el color se mezcle y unifique, con lo que el resultado, que durante la inauguración de ayer se demostró con la ayuda de una compañera, son formas orgánicas e interdeterminadas compuestas por manchas de color.

A partir de ahí Iván Pérez ha intervenido 19 soportes por toda la ciudad de Teruel en lo que él denomina superficies muertas, bien porque están desgastadas, decoloradas o simplemente tienen nulo valor estético, que están catalogadas y descritas en un documento que acompaña la instalación. El nombre de Florituras forma un juego de palabras entre el propio concepto de adorno superfluo -en el sentido de que no desempeña ninguna función más allá de la excitación de los sentidos-, y el propio apellido del autor.

Alice Coll (izda.) fotografía su pieza interactiva ‘Etéreo’

Irene Blasco utiliza la escultura en Nacimiento de la música (4’33’’/1’33’’). A partir de tres formas sucesivas recrea la formación de un volumen que poco a poco se va convirtiendo en una nota musical. De este proceso creativo a Blasco le interesa especialmente una referencia a la historia de la música, desde las formas más primitivas a las músicas más complejas, elaboradas y terminadas; así como el valor metafórico del propio proceso creativo de la música, que arranca como un esbozo subjetivo, que puede ser tan abstracto como una sensación o un estado de ánimo, y que se completa cuando existe una serie de sonidos perfectamente estructurados y pautados, ya sea en forma de soporte audible o bien una partitura, único elemento no sonoro capaz de fijar ese concepto tan etéreo que es la música. Durante la presentación de la pieza Irene Blasco llevó a cabo una performance relacionada con la pieza musical 4’33’’ compuesta por John Cage. Dicha pieza, que el músico, artista y filósofo estadounidense representó en numerosos teatros y salas, no contienen ni una sola musical, y se reduce a un pianista -o cualquier otro músico, en realidad-, guardando silencio. Esta pieza, y el homenaje de Irene Blanco que representó 1’33’’, una cover de la partitura idéntica a la original solo que de tamaño más reducido, hacen referencia al proceso creativo por dos vías; la primera porque lleva al extremo un elemento musical de primer orden como es el silencio, que en la música convencional solo tiene auténtico valor como medida de tiempo entre dos sonidos. Y la segunda apela al silencio como música en ausencia de música, como una especie de radiación de fondo de microondas cósmico que, aunque sea de forma imperceptible, se suma a cualquier música que suena, pero solo se revela en ausencia de esta.

Por su parte, Value-arte de Claudia Villegas y Emily Jones hace referencia al elemento más íntimo del proceso creativo, es decir, la evolución emocional que experimenta el creador a medida que se desarrolla su pieza hasta la recepción por parte del público, incluyendo la percepción subjetiva de lo que va a ser esa recepción.

Emily Jones (izda.) y Claudia Villegas, junto a su instalación ‘Value-arte’

La instalación se manifiesta a través de un cuarto aislado y negro que permite poner en contacto al observador con una representación de la subjetividad mental del artista. Una especie de viaje por su cerebro sensitivo que, a partir de diferentes fotografías y leyendas, recrea el catálogo de sensaciones que se yuxtaponen en la cabeza del artista, permitiendo de algún modo indagar y ponernos sus zapatos. Las sensaciones recreadas van desde las más negativas, como el ahogamiento, la ansiedad o la inseguridad de exponerse al público, hasta las más positivas cuando se alcanzan los objetivos expresivos o se alcanza el éxito profesional.

Por último, Florence Britnell Craven presenta ¿Estoy castigada?, una representación física de las sensaciones que provoca la covid-19 materializada a través de la interpretación de su propio subconsciente a partir de sueños y sensaciones.

La obra está formada por una instalación escultórica a partir de alambres metálicos e hilos retorcidos que reflejan tensiones y solapamientos intrincados. Britnell, como estudiante de Erasmus lejos de su país y de su zona de confort, se siente “estirada y transformada en una nueva persona, por las tensiones y presiones de la vida y sus situaciones”.

La pieza muestra un proceso de creación más a largo plazo, como el desarrollo de un cuerpo en formación, de una construcción interior y subjetiva.

La exposición Process-Arte puede visitarse en la sala de Bellas Artes hasta este lunes, 25 de abril. Al día siguiente se inaugurará la tercera de las muestras colectivas previstas en el ciclo anual Especies de Espacios que comisaría Silvia Martí Marí a partir de la asignatura Metodología de Proyecto: Espacio.

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