

Releer a Juan Pío Membrado para entender el presente del mundo rural
Mur: “Los regeneracionistas clamarían al cielo tras ver la industria solo en Zaragoza”La figura de Juan Pío Membrado, intelectual y defensor de la vida rural desde su Belmonte natal, vuelve a cobrar relevancia con la publicación de dos libros que recuperan su legado político y social en pleno debate sobre el futuro del medio rural. El jueves pasado, el escritor y periodista Ramón Mur, junto a Carlos Serrano ofrecieron una charla en Alcañiz en la que repasaron el papel del regeneracionismo bajoaragonés y la vigencia de sus ideas en el siglo XXI.
Los nuevos títulos, editados por la Asociación Cultural Rolde de Estudios Aragoneses, coinciden con el centenario de la muerte de Membrado (1923-2023) y se presentan como una oportunidad para reflexionar sobre las raíces de las actuales reivindicaciones del mundo rural aragonés: El Fomento del Bajo Aragón y Cartas a Bellmunt.
Una figura con legado
Juan Pío Membrado fue un abogado, ensayista y pensador con una producción intelectual que excedía los márgenes de su entorno local. Desde un pequeño pueblo como Belmonte de San José, mantuvo correspondencia con decenas de personalidades, analizó la evolución de su entorno y planteó propuestas de desarrollo que, como recordó Mur, “siguen teniendo plena validez”.
El regeneracionismo que Membrado defendió no fue una corriente abstracta, sino una actitud política y social basada en el conocimiento del medio, la defensa de la cultura local, el cooperativismo agrario y la descentralización. Desde la denuncia del aislamiento territorial hasta la alerta sobre el éxodo rural, sus textos se adelantaron a muchas de las problemáticas que hoy siguen marcando el debate territorial.
Los dos títulos recién editados —Cartas a Bellmunt y la reedición en facsímil del Boletín del Fomento del Bajo Aragón— permiten reconstruir parte del universo intelectual de Membrado. En el primer caso, se trata de una selección de cartas que el autor recibió entre 1894 y 1923, conservadas en el archivo familiar de Belmonte. El volumen incluye un estudio literario a cargo del profesor José Domingo Dueñas y del historiador Serrano, así como un prólogo de Mur. El segundo volumen recupera los diez números del boletín editado por la Sociedad Fomento del Bajo Aragón, una entidad que Membrado ayudó a fundar y presidir en 1912. Este boletín, que apenas circuló durante año y medio, constituye hoy un valioso testimonio del intento de articular una voz común para el territorio desde el asociacionismo civil.
La charla de Mur sirvió también para contextualizar el origen de aquella sociedad, nacida del impulso de representantes del olivar bajoaragonés y estructurada en torno a partidos judiciales como Castellote, Valderrobres, Híjar o Alcañiz. La entidad llegó a contar con más de 200 socios y fue una de las primeras experiencias comarcales de organización social, aunque no logró consolidarse debido a diferencias internas y tensiones políticas.
Pese a su corta vida, el Fomento del Bajo Aragón dejó huella. Organizó conferencias, propició encuentros entre pueblos y generó un sentimiento de cohesión territorial que, como explicó Mur, “a menudo surgía más desde los pueblos que desde las cabeceras administrativas”. La elección de Alcañiz como centro de actividad respondió a su papel como capital natural del Bajo Aragón, pero las ideas y propuestas nacieron del contacto directo con la realidad del campo.
Ideas vigentes
Mur también hizo una comparación entre el regeneracionismo de hace un siglo y los problemas actuales del medio rural. “Muchas de las advertencias de Membrado siguen en pie”, afirmó. Ya en El Porvenir de mi Pueblo (1907), el autor alertaba de una inminente despoblación y de la concentración del poder económico en las grandes ciudades, una realidad que, lamentablemente, no ha hecho más que intensificarse.
En este sentido, Mur aclaró que si los regeneracionistas vivieran hoy, “no entenderían que en todo Aragón no se instale una industria real más allá de los 60 kilómetros que rodean Zaragoza”. También se refirió a la falta de servicios básicos, como la sanidad o la conectividad digital, que dificultan el asentamiento de población joven en el medio rural.
Para Mur, reeditar estos textos no es un ejercicio de nostalgia, sino una herramienta de activismo. “No se trata solo de reivindicar a Membrado como figura, sino de recuperar su pensamiento como brújula”, señaló. En tiempos en los que el término España vaciada ha ganado peso en la agenda política, volver la vista hacia el regeneracionismo puede aportar claves para un desarrollo más equitativo.