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Ricardo Gassent dirige a 25 alumnos en el V Curso de Música y Danza de Albarracín Ricardo Gassent dirige a 25 alumnos en el V Curso de Música y Danza de Albarracín
Algunos de los alumnos del V Curso de Música y Danza de Albarracín, durante una de las sesiones de trabajo desarrolladas durante estos días en las aulas de la Fundación Santa María

Ricardo Gassent dirige a 25 alumnos en el V Curso de Música y Danza de Albarracín

Termina el domingo
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Cruz Aguilar

El haikú es la composición poética japonesa que muestra los aspectos esenciales de las personas y esta noche servirá de hilo conductor para mostrar la huella que el buen hacer ha dejado en Albarracín. Los 25 alumnos del V Curso de Música y Danza serán los encargados de exhibir los interiores de algunas instalaciones gestionadas por la Fundación Santa María de Albarracín con un trabajo artístico que lleva por título Patios abiertos en luna menguante. 

Los alumnos iniciaron el pasado día 16 de julio un curso que concluirá el día 28 y en el que se trabaja la música y la danza desde la interdisciplinariedad de las mismas. Los chavales, de entre 9 y 18 años son músicos o bailarines, pero todos ellos alternan clases de música con otras de coreografía y movimiento. 

Se trata de un curso de artes escénicas donde la música, la danza y el teatro se entremezclan. “No son masterclass para avanzar en técnica”, recalca el director de la actividad. Así, aunque reciben formación musical y de movimiento de primer nivel, las clases van más allá y las artes escénicas se entremezclan unas con otras: “La relación con otras artes te hace comprender el concepto artístico de forma más completa”, apostilla Gassent. 

Ese trabajo interdisciplinar de las artes es “muy actual y muy necesario”, dice el responsable, quien señala que la tendencia de hoy de las propuestas escénicas a nivel mundial es entremezclar las diferentes artes. 

La mayor parte de los alumnos procede de Madrid, pero también hay de otras ciudades como La Coruña, Valencia o Zaragoza. Su medio habitual es el urbano, por eso el curso de Albarracín propone actividades en las que los chavales deben de interacciones con los vecinos, algo poco habitual en las grandes urbes. Una de las actividades que han desarrollado estos días es el juego del trueque. Cada uno de ellos sale de las aulas de la Fundación Santa María con un clip y debe irlo cambiando por diferentes cosas hasta conseguir lo máximo. También realizan una yinkana con diversas pruebas por las calles del pueblo ante la sorpresa de los albarracinenses, que también se convierten en público inesperado de los tres ensayos que estos días se han llevado a cabo al aire libre. 

Todos ellos están interesados en la música o la danza, pero en Albarracín se sumergen en ambas dos, algo que no es habitual porque ni los músicos suelen relajar el cuerpo ni los bailarines acostumbran a hacer música, reconocen Gassent.

El equipo de profesores se compone del director, Ricardo Gassent,  África Morris, Claudia Pérez, Héctor Manuel Escudero y Ewelina Bielarczyk. A ellos se suman los monitores que se ocupan del tiempo de ocio de los chavales y que están dirigidos por Paula Ruiz Sesé.

El objetivo de la actividad que prepara el alumnado para hoy viernes, según explica Ricardo Gassent, “poner de relieve el buen hacer de Albarracín” y para ello se van a abrir tres espacios cuyo interior no es habitualmente accesible, como el patio del Museo de Albarracín, la Casa de Santa María, cuyas ventanas estarán de par en par y desde ellas se hará música, y también la entrada principal del Palacio Episcopal utilizado como espacio de ingresos. “Reflejaremos el ir de dentro a fuera, el cuidado de las cosas y todo ello conectado con la naturaleza”, manifestó. El medio adquiere un papel fundamental y durante el espectáculo se jugará con los ecos que se producen en los barrancos que rodean Albarracín y los sonidos del río. “Todo eso se materializa con música y aunque el haiku es palabra recitada, la propia poesía la escenifican y dramatizan con movimiento”, relata Gassent.

Como público tendrán a los propios vecinos de Albarracín y a los padres de los participantes, que son los que más disfrutan de ver a sus hijos en plena expresión corporal y musical. En total poco más de medio centenar de personas que disfrutarán de danza, música en directo y poesía en un escenario único: la ciudad de los Azagra.

Trabajo desde el interior

Ricardo Gassent comenta que el trabajo no responde al interés de organizar un espectáculo, sino que la formación “es interior”, aunque reconoce que la labor exterior que luego muestran “es muy buena”. Destaca a su vez que poder ver una coreografía con música en directo, además de no ser muy habitual, se convierte en un placer para los sentidos.

En cuanto al escenario donde se desarrolla toda la actividad, el director del V Curso de Música y Danza señala que Albarracín “es único” por las posibilidades que ofrece, junto con su entorno, tanto para disfrutar del patrimonio y la naturaleza como desde el punto de vista de la tranquilidad y libertad que pueden tener los alumnos. Además, recalca la forma de trabajar “tan profesional y tan sencilla” de la Fundación Santa María.

También el gerente de esta institución, Antonio Jiménez, habla de la importancia que para la ciudad tiene tanto este curso como el de pintura de paisaje, realizado hace tan solo unos días, porque “animan mucho el verano”. Comentó que a los chavales que asisten se suman sus padres, lo que genera un flujo importante de visitantes, pero además subrayó que los conciertos y el paseo que ofrecen se han convertido en todo un clásico de la época estival.

Las actividades previstas durante el curso serán el paseo de música y danza que arrancará a las 22:30 horas de hoy viernes 26 de julio y los dos conciertos programados para mañana sábado. El primero, una matiné de música de Cámara, tendrá lugar a las 12 horas en la Iglesia auditorio de Santa María, mientras que por la noche, a partir de las 22 horas, habrá otro recital.