

Sara Alquézar, coguionista de ‘El último show: “Han aumentado los ingresos del ‘streaming’, pero el sector también sufre incertidumbre”
El último trabajo de la andorrana se estrenó el pasado viernes en HBOLa guionista andorrana Sara Alquézar acaba de demostrar con El último show, junto a Enrique Lojo y Álex Rodrigo, que desde Aragón se pueden hacer series de ficción de gran calidad. El mockumentary sobre Miguel Ángel Tirado y su popular personaje de Marianico el Corto, producido por Aragón TV, fue estrenado este viernes por HBO.
-¿El estreno en HBO da vértigo, o el susto se supera cuando una comprueba que la serie ha liderado la audiencia en Aragón TV?
-Es inevitable sentir cierto vértigo cuando te sientas a ver un capítulo de una serie o una película que has escrito. El guion funciona como una guía de ruta para todos los departamentos, pero la obra sigue viva durante el rodaje, el montaje… No sabes lo que te vas a encontrar. En el caso de El último show, cuando Enrique Lojo (coguionista) y yo vimos el premontaje del primer capítulo que nos pasó Álex Rodrigo (director y coguionista) antes de que se emitiera en Aragón TV, fue una grata sorpresa. Nos pareció un milagro que con un presupuesto tan ajustado se hubiese conseguido un capítulo tan redondo y emotivo. Es una sensación maravillosa. Me considero una espectadora muy exigente y tengo que decir que ahí tuve el pálpito de que la serie sería bien recibida. Ese primer capítulo tuvo un share superior al de Supervivientes en Aragón, y tuvimos muy buenas críticas en la prensa especializada, así que no podíamos pedir más. Entonces, llegó la noticia del estreno en HBO.
-Es la primera serie de ficción producida por Aragón TV y va derecha a las grandes plataformas... ¿Qué significa esto?
-Como andorrana y como aragonesa me hacía ilusión formar parte del proyecto, además de que me parecía una apuesta muy valiente por parte de la cadena. El hecho de que HBO la haya incorporado a su catálogo es un regalo más para todo el equipo, un reconocimiento a nuestro trabajo, y eso es muy gratificante. Ahora la serie va a llegar a un público más amplio y esperamos que siga sorprendiendo.
-¿Es muy caro producir ficción televisiva de gran calidad? ¿O no es cuestión solo de dinero?
-Para mí la calidad de una ficción no depende tanto del presupuesto como de las ideas y de lo que se hace con ellas. De hecho, como guionista, cuando participo en un proyecto, trato de ser muy consciente de las limitaciones de producción, ya que no tenerlas en cuenta puede ser contraproducente para la obra. Supongo que haber trabajado en bastantes series diarias hace que tengas el formato de cada proyecto muy interiorizado. Y a continuación, pones a trabajar el ingenio.
-Ha escrito guiones de cine, ficción, docuficción… y El Último Show quizá lo podríamos encuadrar en el falso documental… ¿Con qué genero te quedas?
-Yo diría que El último show juega con los límites entre realidad y ficción. Es cierto que la serie se basa en un personaje de Marianico el Corto, pero el Miguel Ángel Tirado real difiere en bastantes sentidos del que retratamos en la serie: ni su ídolo es don Luis Buñuel, ni quiere hacer una película surrealista, ni mucho menos dejar la comedia. Con respecto a los géneros y los formatos, me gusta explorar los mecanismos de cada uno sin prejuicios, así que suele apetecerme lo que no he hecho antes. Creo que al final esa curiosidad me hace una guionista más versátil.
- Lo habitual es que a los actores se les presente un guion ya escrito, pero en esta serie ocurrió al revés. ¿Cómo es la experiencia de escribir un guion para un actor determinado, y tan conocido por el público?
-Ha sido muy interesante. A principios del año pasado, Miguel Ángel vino a Madrid a pasar un día con nosotros. Queríamos conocerle e incluir rasgos de su carácter en nuestro personaje. Incluso una de las anécdotas que nos contó sobre un fan que tenía nos inspiró para crear el personaje de Jacinto. Y a partir de ahí, llevamos al personaje hacia un lugar que nos diera más juego desde el punto de vista narrativo. Era arriesgado, porque Miguel Ángel no había protagonizado papeles dramáticos hasta ahora, pero sucedió la magia, y podemos decir que se ha postulado como el actor revelación del momento.
- ¿HBO y Netflix van a elevar a las series de televisión a la categoría de séptimo arte, o el cine sigue estando un pasito por encima?
-Yo no siento que escribir un guion cinematográfico tenga más mérito que escribir una serie. Y creo que hay series que son auténticas obras de arte, como Chernobyl, Paranoia Agent o Breaking Bad. Al fin y al cabo, trabajamos con historias, y el hecho de que se cuenten en una hora y media o mediante capítulos de 40 minutos no influye en su calidad. En cambio, la irrupción de las plataformas sí marcó un antes y un después con respecto a las series que se emitían en abierto. Las circunstancias del visionado mutaron y eso provocó que las series dieran ese salto cualitativo del que hablas, adoptando un lenguaje narrativo y visual puramente cinematográfico.
- Teniendo en cuenta cómo evolucionan las audiencias… ¿llegará el día en el que las series tendrán más prestigio que el cine?
-Es evidente que el uso de las redes sociales y el móvil están transformando los hábitos de consumo audiovisual. A las generaciones más jóvenes les cuesta mantener la atención durante más de diez, quince minutos, como mucho. De ahí que haya una demanda por parte de las plataformas de hacer capítulos cada vez más cortos. Por lógica, para estos espectadores, ver una película del tirón se les puede hacer algo tedioso. Y quizá esto conlleve, en un futuro no muy lejano, que las series gocen de más popularidad que el cine. Pero yo creo que cada producto tiene su público, y sentarte a ver una buena peli de principio a fin y conectar con un universo diferente al tuyo durante un par de horas seguirá siendo un auténtico placer para muchos de nosotros. O eso quiero pensar.
- El confinamiento por la alarma sanitaria ha disparado el consumo de televisión y cine desde casa… Con las debidas reservas, ¿puede decirse que el Covid-19 le ha hecho un favor al sector audiovisual?
-Es indudable que esta coyuntura ha aumentado el número de suscripciones a plataformas de streaming. Pero si hablamos de los profesionales que se dedican al audiovisual, se está viviendo una situación de incertidumbre similar a la de otras industrias. Se han paralizado todos los rodajes, se han finalizado muchos contratos por obra, y nadie sabe a ciencia cierta si todos esos proyectos que se han quedado a medias se van a poder reanudar. Vivimos un tiempo de muchas incógnitas y, si esta situación se alarga en el tiempo, va a haber que tomar medidas específicas para atender las necesidades más extremas de las empresas y los trabajadores del sector.
-Como dices, llevamos varias semanas sin ningún rodaje en todo el mundo, y no sabemos cuánto se puede prolongar esa situación… ¿Cómo repercutirá eso? ¿Pasaremos una temporada con cero estrenos?
-Efectivamente, ya se ha anunciado que se van a tener que posponer estrenos de series y películas por la imposibilidad de cumplir con las fechas de entrega que estaban previstas. Para cubrir el hueco de este contenido original, algunas plataformas están comprando series terminadas, producidas por otras cadenas, como ha pasado con El último show (aunque ya había un interés previo desde que se viralizó el tráiler de la serie). A su vez, como los cines están cerrados y sin fecha estimada de reapertura, las distribuidoras están buscando fórmulas para crear carteleras virtuales con películas que acababan de aterrizar en las salas o que estaban a punto de estrenarse. Lo que está claro es que se va a tener que innovar para paliar, en la medida de lo posible, esta tremenda sacudida que ha supuesto la pandemia.
-¿Cuánto cree que tardará en salir la primera serie o película sobre la Covid-19? ¿Es un buen material, o demasiado obvio?
-Bueno, ya se está emitiendo en TVE una serie sobre el confinamiento que se va a exportar a otros países. Y HBO ha anunciado también una miniserie de 5 capítulos de 15 minutos. Y saldrán más proyectos, seguro. Es curioso porque hace poco me pasaron el tráiler de una película de Soderbergh, Contagio, estrenada en 2011, que narra una epidemia mundial originada en Hong Kong. No tuvo mucha repercusión en su momento, pero ahora está siendo una de las películas más descargadas. Esa cualidad que tiene la ficción de predecir el futuro sí me parece fascinante. A mí, en este momento, más que contar de forma más o menos realista la situación actual, me interesaría llevarme ciertas vivencias emocionales que no había tenido hasta ahora a otro contexto, y hacer una metáfora desde la ciencia ficción, por ejemplo.
- ¿En qué proyectos anda metida ahora mismo? ¿Cómo te está influyendo en lo laboral el confinamiento?
-Después de terminar la escritura de la tercera temporada de Alta Mar, que se podrá ver en Netflix próximamente (y que, por cierto, también tiene algunas similitudes con la situación actual), empecé a darle vueltas a una idea de un largometraje de terror psicológico que tenía en mente desde hace tiempo. En estas me pilló el estado de alarma, y perdí la concentración. Me preocupa mucho lo que está pasando y no puedo evitar mantenerme al día, informativamente hablando. Hace unos días he conseguido volver a escribir. Lo bueno es que se me pasan las horas volando. Lo malo es que la película transcurre en su totalidad en una casa, así que vivo confinada por partida doble. El día que podamos dar un paseo y juntarnos con nuestras familias y amigos va a ser increíble.
- ¿Una guionista es una novelista frustrada? ¿O una novelista con un buen empleo? ¿O una puede querer dedicarse a escribir guiones sin pasar por ningún otro estadio?
-No me siento identificada con ninguna de las tres (risas). Yo empecé a estudiar ingeniería química, pero abandoné el primer año porque me di cuenta de que no era lo mío. Como me seducía el sector de la comunicación, me fui a Salamanca a estudiar Audiovisual, y ahí es donde encontré mi vocación, que es contar historias. Teniendo claro esto, me gustaría seguir haciéndolo a través de la escritura de guiones, una novela (algo que no descarto para el futuro), o volviendo a dirigir.
- ¿Un guion que no se ha rodado es un juguete roto? ¿Por qué solo se edita literatura en formato de guion cuando hablamos de producciones míticas?
-Escribir el guion de un proyecto personal es muy gratificante, pero sin un contrato previo puede suponer una inversión de tiempo y energía irrecuperable. Quizá por eso me gusta pensar que, en vez de juguetes rotos, esos guiones guardados en los cajones de tantos guionistas, son grandes series o películas en potencia. En esta industria la oportunidad puede surgir en cualquier momento, así que no viene mal tener opciones preparadas. Por otro lado, aunque hay guiones brillantemente escritos, un guion no es literatura, su objetivo no es ser leído sino interpretado, por lo que somos los propios guionistas los que tenemos más interés en acceder a ellos, para analizarlos, o perfeccionar la técnica; también es una forma de aprender para los que están empezando. Entiendo que al final solo se editen los que han dado lugar a producciones de éxito, porque puede haber más demanda del público en general.
- Los guionistas son un poco como los bajistas. Sin ellos la canción no funciona, pero siempre están atrás, escondidos junto al batería...
-Es cierto que es una profesión bastante desconocida y difusa para la mayoría. Imagino que ocurre esto porque nuestra labor es previa a la producción, trabajamos desde casa o en despachos alejados de plató, no se nos ve por los rodajes… por lo que nadie sabe muy bien de dónde salen los guiones ni el esfuerzo que conllevan. La consecuencia es que al final del proceso, el guionista ha desaparecido definitivamente, y en las ruedas de prensa y los estrenos solo se ven las caras de los actores y directores. Para tratar de corregir esta anomalía, que no sucede en otros países, afortunadamente tenemos un sindicato, ALMA, que a través de numerosas acciones trata de que se reconozca la importancia que merecemos en la industria. Con respecto al símil del grupo de música, nosotros seríamos los compositores. Y sin partitura, sin estrofas ni estribillo, por mucho que se improvise, no hay canción.
-¿Qué porcentaje de las series de TV que existen tienen una trama completamente desarrollada antes de empezar a rodar, y qué porcentaje se van improvisando sobre la marcha cuando la primera temporada ha sido un éxito?
-Esto depende mucho de la naturaleza de cada proyecto, del calendario de producción y de la forma de trabajar de cada equipo de guion. Por ejemplo, en El último show era necesario que los guiones de los 8 capítulos estuvieran terminados antes de la preproducción para poder encajarlos en el plan de rodaje, agrupar las secuencias por localizaciones y ahorrar costes. Lo bueno de este método es que, como no se ha empezado a rodar, puedes seguir incorporando cambios en todos los capítulos: sembrar datos que tendrán relevancia más tarde, redondear el arco de los personajes... por lo que quedan menos hilos sueltos, algo que sí suele pasar cuando se va más pegado al rodaje.
-De todos sus trabajos, ¿de cuál estás más orgullosa y por qué?
-Pues estoy muy satisfecha con El último show. La serie está escrita a seis manos y hemos tenido mucha libertad, por lo que se ha quedado mucho de nosotros ahí. En este sentido, es clave que en Aragón TV confiaran plenamente en nosotros y no nos pusieran ningún límite en el diseño de ciertas tramas que a priori podían parecer bastante osadas, como llevar a Miguel Ángel al rodaje de una película para adultos, contar las inquietudes sexuales de una mujer madura, o la revolución hormonal de una adolescente a la que le acaba de venir la menstruación. También significa mucho para mí Zig Zag, un cortometraje que saqué adelante en dos días, con un equipo mínimo, una cámara y meses de montaje. Siempre que pienso en esa experiencia me entran las ganas de volver a dirigir.
-Si tuvieras la financiación asegurada para el proyecto que te diera la gana, ¿qué guion te gustaría escribir?
-Ahora mismo, la película que estoy escribiendo. Ojalá se alineen los astros y tenga una vida fuera del cajón.
-Por cierto, tengo que preguntárselo… Desde la última revisión, en el diccionario de la RAE ya no figura la tilde en guion, lo mismo que en truhan… conozco a muchos cineastas indignados por esto... ¿Qué opina usted?
-Yo no me indigno con tanta facilidad (risas). Me obsesionan bastantes cosas, pero esa tilde aún no.