Síguenos
Se cumple el primer aniversario de la muerte del insustituible Eloy Fernández Clemente Se cumple el primer aniversario de la muerte del insustituible Eloy Fernández Clemente
Fernández frente al colegio de Alloza, que lleva el nombre de su padre Arturo Fernández Cáncer. Javier Alquézar

Se cumple el primer aniversario de la muerte del insustituible Eloy Fernández Clemente

El intelectual andorrano no dejó de trabajar y escribir hasta su fallecimiento a los 80 años
banner click 244 banner 244

Este domingo se cumple un año del fallecimiento del catedrático de Historia, Premio Aragón 2022, fundador de Andalán e hijo predilecto de Andorra Eloy Fernández Clemente. Turolense de excepción, aragonés contumaz que hizo de la cultura, la educación y la historia su principal seña de identidad, el miembro de la Generación Paulina dejó un extensísimo  legado escrito imprescindible para comprender Aragón en prácticamente todas sus facetas.

El viernes pasado la revista El Ebro que edita la Fundación Gaspar Torrente para el impulso de la investigación en Aragón, uno de los numerosos proyectos culturales de los que Fernández fue cofundador, presentó un número especial en homenaje al profesor,  en el que a través de más de 200 páginas firmadas por trece autores diferentes se da un repaso, necesariamente sucinto, por su vastísima trayectoria pedagógica, política -vinculada al aragonesismo, al Partido Socialista de Aragón y también a CHA- y cultural.

De Eloy Fernández Clemente se suele destacar como epíteto que fue uno de los cofundadores de la revista Andalán, y aunque por sí solo se queda corto para describir su trayectoria, sí es cierto que fue pieza fundamental para dar vida a un proyecto longevo y multidisciplinar que terminó siendo uno de los grandes referentes aragoneses. Un proyecto, Andalán, del que si bien se publicó en Zaragoza, Eloy Fernández Clemente nunca se cansó de repetir que se gestó en Teruel, y no por presumir de una falsa vocación descentralizadora, sino porque de verás fue en el sur de Aragón donde Fernández Clemente coincidió con José Antonio Labordeta, en aquella mágica coincidencia con otros como Sanchis Sinisterra que después se dio en llamar Generación Paulina, y que aunque breve en el tiempo fue prolija en frutos y comiendo de muchas cosas.

4 años lo cambiaron todo

Fernández coincidió con Labordeta en Teruel cuatro años, entre 1966 cuando llegó el andorrano como profesor de Enseñanzas Medias -el cantautor llevaba ya dos años- hasta 1970, cuando Labordeta se trasladó a Zaragoza, camino que seguiría Fernández Clemente un año después. En ese tiempo se ideó Andalán y se sentaron las bases de lo que sería en el futuro, aunque la delegación del Ministerio de Información y Turismo de Teruel se encargó de que ese proyecto nunca viera la luz en la ciudad mudéjar, mucho menos permisiva que la de la capital del Ebro, acaso por el anagrama que había creado Agustín Sanmiguel, con una azada y una horca de siega demasiado cruzadas para lo que podía asumir el régimen. Si Andalán es imprescindible para entender Aragón y el aragonesismo, las propias memorias de Eloy Fernández Clemente, cuyo tercer y último volumen fue publicado por el Rolde de Estudios Aragoneses en 2015 -El recuerdo que somos; Los años de Andalán; y Melancolía son el título de los tres libros que la componen- son a su vez un documento imprescindible para comprender Andalán.

Legado escrito

Quizá sea Andalán parte de su legado escrito más mencionado, pero solo forma una pequeña parte de sus numerosos libros, artículos, conferencias y proyectos enciclopédicos que escribió.

Especialmente destacados son la Biblioteca Aragonesa de la Cultura (2001-2007) o la Gran Enciclopedia Aragonesa (GEA), el proyecto que dirigió entre 1980 y 1981 a propuesta de José María Sáiz, de la Unión Aragonesa del Libro. Se actualizó hasta 2007 a través de numerosos apéndices, se digitalizó en 2003 y en 2007 el Grupo Zeta, que había comprado sus derechos en 1999, la lanzó en versión web gratuita, a través de un convenio en el que el Gobierno de Aragón la adaptó al currículo educativo aragonés. En 2022 dejó de existir la versión web de la GEA.

Además Fernández Clemente fue uno de los mayores conocedores de la figura del regeneracionista Joaquín Costa, aunque en su ingente producción en el ámbito del ensayo y la investigación histórica no hay prácticamente ningún periodo que no haya abordado. Desde la historia de la educación y la pedagogía hasta el ferrocarril, con un especial mimo hacia la historia -frustrada- de las vías férreas en la provincia de Teruel, pasando por Aragón en todos los periodos de la historia contemporánea, las obras hidráulicas, la industrialización, la Ilustración, la guerra civil, la minería, y un largo, larguísimo etcétera, que incluye haber partido en la práctica totalidad de los proyectos colectivos sobre historia o economía de Aragón que se han emprendido en los últimos 50 años. Como uno de los fundadores y principales impulsores del Centro de Estudios Locales de Andorra, Fernández Clemente también es en parte responsable de la enorme producción editorial que el CELAN ha realizado sobre numerosos aspectos de la comarca.

Su esposa Marisa Santiago y sus hijas, en la Casa de Cultura de Andorra

Mención aparte merecen dos obras El portugués (2017), la primera y única novela que firmó Eloy Fernández -aunque sí publicó algunos cuentos de ficción, recopilados en el libro colectivo Los triunfos pequeños y otros relatos-, y que relata en primera persona las vivencias de Joaquim Pedro de Oliveira, que llegó a España en 1870 para administrar unas minas en Córdoba, y a través de cuyo testimonio el andorrano dibuja el panorama cultural, social, político y económico de España y Portugal, con el estilo didáctico y periodístico que caracterizó a Fernández.

Otro libro destacado fue El coronel Rey D’Harcourt y la rendición de Teruel (Instituto de Estudios Turolenses, 1992). Fue un libro valiente, extremadamente valiente especialmente en las fechas en las que fue publicado, que trató por primera vez de forma seria y rigurosa el sitio de Teruel ocurrido entre diciembre de 1937 y febrero de 1938, y que desmintió por fin la versión franquista de la toma de Teruel por los republicanos el 7 y 8 de enero, restableciendo la figura de Domingo Rey D’Harcourt. La campaña de desprestigio por rendir Teruel a la que había sido sometido por el franquismo oficial le hizo contar con ciertas simpatías entre las izquierdas en las que se movía Fernández, mucho  más que Varela, Aranda , Yagüe o cualquier otro oficial franquista, desde luego. Pero no hay que olvidar que no dejaba de ser un coronel franquista.

El capítulo de las distinciones también podría ser largo y prolijo. Una de las que más iluminaron el corazón de Fernández Clemente fue la designación en 2010 como Hijo Predilecto de su Andorra natal. El acto tuvo lugar durante la inauguración de la Casa de Cultura de Andorra que hoy lleva su nombre, y Fernández Clemente, que entonces ya tenía una interminable lista de reconocimientos, admitió que “lo más bonito que le puede pasar a uno es que le quieran en su pueblo”.

Pero además inauguró en 1995 el palmarés del Premio Aragón de las Letras, ha ganado el premio Caesaraugusta de Zaragoza, ciudad que lo nombró Hijo Adoptivo en 1997 recibió la Cruz de San Jorge de la Diputación Provincial de Teruel (1998), Académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas desde 2000, fue homenajeado en 2016 en la Facultad de Economía y Empresa de la UZ; y en abril de 2022, coincidiendo con el 40 aniversario de Andalán, recibió el Premio Aragón 2022.

Fernández Clemente no se dedicó simplemente a observar y registrar el presente del Aragón postfranquista, ni a analizar y documental su pasado histórico. Fue un sujeto activo que contribuyó, como profesor, periodista y activista político a su construcción.

Recibiendo el Premio Aragón 2022 de manos de Javier Lambán, a la sazón presidente de Aragón

Activismo político y social

Más allá de que desde sus primeros pasos Andalán no fuera ni mucho menos una revista únicamente cultural, y se configurase como una referencia de pensamiento de la izquierda antifranquista, Fernández, que llegó a pasar nueve días en la cárcel en 1975 por denunciar que la policía le había negado el pasaporte, fue uno de los fundadores del Partido Socialista de Aragón y mantuvo su activismo a través del apoyo a Chunta Aragonesista tras la desaparición del primero.

Eloy Fernández Clemente nació el 13 de diciembre de 1942 en Andorra, aunque pasó su infancia en Alloza, donde ejercía de maestro su padre, Arturo Fernández Cáncer, que hoy da nombre al colegio público de la localidad. Obtuvo el título de Magisterio y Periodismo, se especializó en Pedagogía e inició estudios también en Filosofía y Letras. Entre 1966 y 1971 fue profesor en la capital turolense, en La Salle, Las Viñas, Ibáñez Martín y el colegio menor San Pablo. En 1971 se trasladó a Zaragoza como profesor de Secundaria, y en 1974 se incorporó como profesor de Historia Económica en la recién creada Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Zaragoza. Fue Catedrático de Historia e Instituciones Económicas desde 1992, decano de la facultad entre 1996 y 1999 y formó parte de más de treinta tribunales de calificación de tesis doctorales. Publicó sus artículos como periodista en El Pilar, Lucha, DIARIO DE TERUEL, Heraldo de Aragón, El Periódico de Aragón , Diario del Altoaragón o El Día, además de infinidad de revistas. Se mantuvo siempre activo y el 14 de noviembre, un mes antes de fallecer tras sufrir un ictus del que se recuperaba, firmó su último artículo en la versión digital de Andalán, sobre el 40 aniversario de Prensas de la Universidad de Zaragoza. Pocos días antes de fallecer celebró su 80 cumpleaños rodeado de familiares y amigos.