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Tras la mirada, una reflexión sobre cómo nos vemos de Isabel Felipe Tras la mirada, una reflexión sobre cómo nos vemos de Isabel Felipe
Imagen de la inauguración de la exposición

Tras la mirada, una reflexión sobre cómo nos vemos de Isabel Felipe

La estudiante de Bellas Artes expone hasta el 12 de septiembre su Trabajo Fin de Grado
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Los vestíbulos de la primera y la segunda planta del edificio de Bellas Artes del campus universitario turolense exponen hasta el próximo miércoles, 12 de septiembre, Tras la mirada, un proyecto artístico que forma el Trabajo Fin de Grado de Isabel Felipe, bajo la dirección de Rocio Garriga. 
A través de cinco piezas de obra gráfica y conceptual, Felipe investiga los caminos de ida y vuelta que tienen que ver con las impresiones personales que unas personas se forman sobre otras, y también los elementos que forman parte en esa elaboración mental. 
Según la propia artista, el proyecto Tras la mirada surge como “una forma de escapar de la vergüenza y la inseguridad que provocan el miedo a la mirada del otro, que además se muestra como condicionante para la construcción de la identidad propia”. 
El proceso artístico a través de las cinco obras gráficas de Isabel Felipe reflexionan sobre ese fenómeno de la mirada del otro, pero va más allá analizándolo y separándolo del hecho material de ver. Entendiéndolo como un proceso que exige voluntariedad y reflexión, y en el que entran en juego variables como los prejuicios, las apariencias y los comportamientos de las personas. 
Esa reflexión que da lugar a la instalación artística se articula a través de cinco piezas, que reflejan la impresión que la autora tiene o podría tener en cuatro casos de relación humana; una de ellas un familiar, otra una persona cercana y otras dos ficticias, en referencia a un desconocido y a un completo extraño. De forma retroactiva, la quinta pieza cierra el proyecto refiriéndose a la impresión que Isabel Felipe causa en otras personas. 
La primera de las piezas, Hora tras hora, se hace referencia a la madre de la autora. Juega con el claroscuro conceptual en el que se contraponen el sacrificio que supuso la pescadería que perteneció a sus padres, “y a la cual ha dedicado toda su vida”, a través de una serie de fotografías en blanco y negro, frente al color y la luz que significan el descanso, con una última imagen, en color, de un plácido momento de relax. 
En Cuando llegue a casa el protagonista pasivo es un estudiante con el que la autora compartió piso. A través de varias ilustraciones viradas a rojo se recogen pequeños fotogramas vitales que ayudan a componer el puzzle mental que representa para ella.
Él no sabe que está aquí plantea el concepto de mirada sobre un individuo al que Isabel Felipe solo conoce físicamente. Mediante un cronograma se reflexiona como los clichés mentales actúan junto a la imaginación para formarse un juicio procedente de la observación de alguien –o algo– que no se conoce. 
El máximo nivel de influencia a través de los tópicos y los prejuicios sociales adquiridos se muestra en A primera vista, en la que Isabel Felipe muestra un personaje ficticio creado a partir de información deducida a través de materiales encontrados. 
Por último Así me ven es la pieza que cierra la exposición, y que ofrece un compendio de la impresión que sobre la propia autora tienen los demás. Lo expone tomando como referencia las teorías sobre la psicología del color, relacionando cada elemento del carácter descrito con un tono diferente.