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Turia entrevista a fondo a la escritora Pilar Adón y al editor Juan Casamayor Turia entrevista a fondo a la escritora Pilar Adón y al editor Juan Casamayor
La escritora Pilar Anadón

Turia entrevista a fondo a la escritora Pilar Adón y al editor Juan Casamayor

La autora que es Premio Nacional de Narrativa asegura a propósito de su obra: “Me interesa lo extraño en lo cotidiano”
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Los lectores del nuevo número de la revista Turia podrán disfrutar de dos entrevistas a fondo y en exclusiva con dos grandes protagonistas de las letras españolas contemporáneas: la escritora, traductora y editora Pilar Adón, que ha logrado el reconocimiento de la crítica y de los lectores con una obra literaria que rompe no pocos corsés sociales y emocionales, y Juan Casamayor, el editor de Páginas de Espuma, que no sólo ha conseguido revitalizar el género del cuento sino que, teniendo como base la publicación de narraciones cortas, ha convertido su empresa cultural en un sello de referencia no sólo en nuestro país sino en todo el ámbito latinoamericano.

Sin duda, y si tenemos en cuenta la proyección y el reconocimiento que sus respectivas obras y trayectorias han obtenido a nivel tanto nacional como internacional, resulta acertado afirmar que son dos nombres propios de indiscutible relevancia para los buenos lectores de un significativo número de países. En el caso de Pilar Adón, y según la opinión del jurado que le concedió el Premio Nacional de Narrativa 2023, nos encontramos con el privilegio de poder disfrutar de una autora que posee una “voz singular que, fuera de modas y tendencias, y con una sublime capacidad de imaginar, construye atmósferas y ambientes de naturaleza extraordinaria que atrapan de manera absoluta”, ha destacado la DPT en una nota de prensa.

Por su parte, Juan Casamayor, al celebrar más de un cuarto de siglo de vida al frente de Páginas de Espuma, ha demostrado que el género del relato puede y debe tener más protagonismo en la industria editorial. No por casualidad su catálogo, integrado por libros de cuentos de autores como José María Merino, Guillermo Arriaga, Andrés Neuman, Eloy Tizón, Mariana Enríquez, Jorge Volpi, Clara Obligado, Samanta Schweblin, Javier Tomeo, Guadalupe Nettel, Ana María Shua o Carlos Castán, constituye el mejor testimonio de esa saludable vigencia literaria de la narrativa corta.

También destacan los contenidos que ofrece Turia en la sección dedicada al ensayo. En esas páginas, Rubén Benedicto se ocupa de estudiar, divulgar y revalorizar la vida y obra de una autora tan fascinante como comprometida: la filósofa alemana-norteamericana de origen judío Hannah Arendt. Cuando se cumplen 50 años de su muerte, la revista ha querido fomentar la lectura y reivindicar el interés de quien, formada en filosofía y dedicada luego a la teoría política, fue la pensadora más importante de la historia de las ideas.

De ella nos dirá en su artículo: “Para Hannah Arendt, la coherencia no define la acción humana; por eso su tarea implica un reto apasionante intentando hallar un sentido a la realidad en la que se encuentra inmerso el ser humano comprendiendo las experiencias que este confronta en un mundo marcado por la contingencia, la iniciativa, la imprevisibilidad y lo nuevo”. Y hoy necesitamos, más que nunca, intelectuales valientes como Arendt que nos recuerden que “la más peligrosa de las amenazas a la libertad surge de quienes pretenden terminar con la pluralidad humana, oprimiendo los espacios privados de pensamiento, que son los que posibilitan un diálogo interno capaz de conducirnos, si es preciso, a desobedecer órdenes inmorales”.

Completa la sección de ensayo de la publicación un texto titulado Aprovechar la revolución digital para construir un mundo más justo, de Domingo García Marzá. Son páginas muy didácticas y útiles para comprender bien el alcance del último libro de la gran filósofa española Adela Cortina: ¿Ética o ideología de la inteligencia artificial?. Una obra de notable interés por cuanto ayuda a “entender, interpretar e intentar cambiar una sociedad digitalizada que tiene una difícil legitimación si sigue apoyándose en la ambigüedad y la oscuridad, en las plataformas de la desinformación, la manipulación y la exclusión”.

Pilar Adón: "La naturaleza es despiadada. Yo nunca la sublimo"

Pilar Adón (Madrid, 1971) protagoniza en Turia una larga, sincera e interesante conversación con Fernando del Val, periodista de RNE y poeta, que permite conocer con detalle su personalidad, trayectoria y opiniones. Un diálogo enriquecedor e ilustrativo que nos muestra cómo, en ocasiones como la suya, una vocación temprana llega a feliz término y alcanza en la actualidad el reconocimiento de la crítica literaria y de los lectores más exigentes.

Buena prueba de ello son libros como su novela De bestias y aves, que le granjearon una merecida cosecha de premios: Premio Nacional de Narrativa en 2023, Premio de la Crítica, Premio Francisco Umbral al libro del año, Premio Cálamo Otra Mirada. Por otra parte, Pilar Adón no sólo cultiva con éxito la narrativa y la poesía, también ha sabido mostrar su talento como traductora y como editora en Impedimenta, otro de los sellos independientes españoles más apreciados.

Reconoce Pilar Adón que, entre sus escritoras de cabecera, se encontrarían Penelope Fitzgerald, Emily Dickinson o Angela Carter. Y es que, en sus libros, la información comienza por la portada. Rostros femeninos laterales, imágenes que interpelan. De ahí que, nuestra autora confiese en la entrevista: “tengo ciertos conflictos con la realidad que empezaron bien pequeña, a causa de haber sido muy lectora”.

Preguntada por su relación con la razón, y a propósito de la presencia de lo sublime en su obra, Adón asegura que es un término que le interesa muchísimo: “la mezcla de horror y de belleza, esos paisajes que nos aterrorizan y, al tiempo, nos atrapan de manera ineludible. Es cierto que albergo un corazón romántico pero, en ese deseo de no quemarme por el sol, apelo a la razón o a ese concepto de verdad que usted lleva a lo clásico. Al final busco un equilibrio, aunque sé que voy con las vísceras por fuera”.

No duda en afirmar que le interesa lo extraño en lo cotidiano y admite que la manera en que mezcla belleza y horror está determinada del todo por su biografía. Para Adón, “la naturaleza es despiadada. Yo nunca la sublimo”. Otra clave es la libertad: “la libertad es esencial para mí en todo: en lo que cuento, en cómo lo cuento y en la determinación de los personajes”. Cree igualmente que, muy a menudo, “olvidamos que somos seres naturales que siguen teniendo lobos dentro”.

A la hora de autodefinir su trabajo creativo, no alberga dudas: “nací en 1971 y soy hija de mi tiempo. No escribo sobre la realidad urbana ni practico la literatura social. El realismo no es lo mío. Me llevo la acción a mi territorio y soy el resultado de mi época”. Además, Adón afirma sin titubeos: “puedo llevar mi vida a la ficción y tener una literaria”. No obstante, “la ficción forma parte de la realidad. Es algo que, en el espíritu español, llevamos marcado a fuego desde el Quijote”.

Pilar Adón también se muestra concluyente cuando se le demandan los motivos por los que existe una presencia notable de la culpa en su obra: “la culpa se mete siempre en mis libros de forma, espero, sutil. Planteo situaciones extremas y el juez es el lector. Que se las arregle. Pero ya no es pedir perdón ni esperarlo de los demás, sino perdonarse a uno mismo”.

“He aprendido a lidiar con el dolor, pero hay ciertas cosas que no puedo ver”, nos dirá en la entrevista. No obstante, “aunque yo no sea violenta, debo afrontar la violencia como debo afrontar lo que no soporto”. Y un último posicionamiento que define la personalidad de Pilar Adón: “que alguien dañe a un ser indefenso -a un niño, un anciano- me irrita tanto que desearía convertirme en superheroína”.

Juan Casamayor: "Hemos conseguido hacer del cuento una singularidad espacio temporal"

La conversación exclusiva que Turia publica con el editor independiente Juan Casamayor ha sido realizada por la periodista cultural y escritora Angélica Tanarro. Se trata de una entrevista extensa y atractiva, que tiene como objetivo que el lector conozca mejor la ingente tarea llevada a cabo por la editorial Páginas de Espuma, la única del panorama español especializada en el género del cuento, que acaba de cumplir sus veinticinco años de vida. Juan y su mujer, Encarnación Molina, han logrado hacer viable ese sueño y la excelencia de su trabajo perseverante y riguroso se ha visto reconocida por autores, lectores y crítica. Y es que, como declara con orgullo: “hemos conseguido hacer del cuento una singularidad espacio temporal”

Juan Casamayor, aunque nacido en Madrid en 1968, tiene raíces aragonesas: es licenciado en Filología Hispánica por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, donde realizó su doctorado en literatura española del siglo XVIII. Y no conviene olvidar nunca que, el primer libro que publicó Páginas de Espuma, fue Escritos de Luis Buñuel.

Varios hitos editoriales y un sinfin de proyectos de futuro dan fe de esa pasión compartida por sus fundadores de publicar los libros de otros y cuidarlos con cariño sincero y profesionalidad exquisita. Buena prueba de esa meritoria labor son los dos grandes galardones obtenidos por Páginas de Espuma: en 2017, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara le otorgaba el Premio al Mérito Editorial.

Con ello, esta feria mexicana considerada la más importante del mundo en español, honraba a quien ha promovido con tenacidad y paciencia el género del cuento. Dos años más tarde, en 2019, el Ministerio de Cultura le otorgaba el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural por su “dedicación constante e independiente a la mejor literatura, su atención especial al ámbito del cuento, y por cultivar el vínculo entre las dos orillas del Atlántico”. Además, la editorial organiza anualmente dos importantes premios literarios: el Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero y el Premio Málaga de Ensayo. 

En la entrevista, Juan Casamayor reconoce que “cuantos más vínculos se crean con el autor, más puedo llegar a la esencia del texto”. También se muestra convencido de que “las nuevas generaciones de editores van a venir mejor formados” y cree que “es verdad que las editoriales de pequeño tamaño a veces no tienen la oportunidad o el tiempo necesario para incidir en el texto, pero es un error no solo porque podrías mejorarlo, que eso es obvio, sino porque cuanto más te comprometas con un texto mejor lo vas a defender en otros ámbitos”

El prestigio atesorado por Páginas de Espuma le permite que hasta los principales autores latinoamericanos, que suelen publicar sus otros libros en los grandes grupos editoriales, quieran ver sus cuentos publicados por Juan Casamayor. Él lo explica así: “Yo no puedo competir económicamente con un gran grupo, perdería siempre, pero sí puedo competir en un trabajo subterráneo. Lo de ser lector puede parecer una obviedad pero es que el editor que es lector sabe leer editorialmente y si sabes leer editorialmente sabes editar un texto y te aseguro que muchos autores que han pasado por aquí, cuando les he editado un libro me han dicho ‘nadie había hecho esto con mi texto y cuando digo nadie es nadie’”

Cuando se le pregunta por los momentos más duros para la editorial, Casamayor confirma que la crisis económica del 2008 y la pandemia ha sido las peores coyunturas pero, de ambas, salieron reforzados. Además, confiesa que la editorial es fuerte porque no publica novela: “Si yo publicara novela tendría algún libro que me funcionaría muy bien pero no podría sostener el catálogo que tengo ahora. No podría sostenerlo con las novelas de Andrés Neuman, de Jorge Volpi, de Magalí Etchebarne, de Antonio Ortuño… Pero tengo esos autores para sus textos de formas breves y eso me permite apostar por autores menos conocidos que han ido muy bien. Para mí sería una vía muerta, un callejón sin salida. Quiero tener la editorial que honestamente quiero. Y en eso tiene que ver mi especialidad en el género, el número de novedades que hago al año que son dieciséis y pueden parecer pocas, pero si tenemos en cuenta los meses en que no hay novedades salen dos al mes. A lo mejor tengo menos complicaciones de producción que otras de nuestro tamaño que sacan treinta novedades pero, a cambio, somos muy ambiciosos en nuestra proyección en Latinoamérica. Pocas de esas otras editoriales de nuestro tamaño tienen el tejido editorial que tenemos nosotros allí”.

Por último, a la pregunta de cómo ve el futuro de la editorial, Casamayor no alberga dudas: “alargar el presente de Páginas de Espuma es mi objetivo”. Y aunque el futuro no está garantizado, tiene el firme convencimiento de que “editar es vivir al borde del abismo y ahí quiero seguir”.

Hannah Arendt, ideas contra el terror totalitario

En el apartado que Turia consagra al pensamiento, sobresale un nombre propio claramente representativo de las turbulencias políticas, ideológicas y sociales del siglo XX y que también se proyectan sobre nuestra época: Hannah Arendt (Hannover, Alemania, 1906 – Nueva York, USA, 1975). Entre sus obras cabe destacar Los orígenes del totalitarismo, La condición humana, Eichmann en Jerusalén, Sobre la violencia, La crisis de la república y La libertad de ser libres. 

No por casualidad, el filósofo Rubén Benedicto dirá de Arendt en el original artículo que le dedica: “Influida por su propia experiencia personal, desarrolló una filosofía existencial en la que su pensamiento se entrelaza con el contexto que le tocó vivir. Se ocupó, sobre todo, de la vertiente práctica de la filosofía escribiendo sobre los refugiados, la violencia, la raza, el poder, la educación, el medio ambiente y el amor, y, aunque no siempre acertó con sus ideas, las expresó con valentía y audacia componiendo una obra tan compleja y sugerente como hermosa. Su legado se extiende hasta nuestros días dando mucho que pensar, iluminando algunos de los problemas actuales con renovados alientos”.

Reivindicar la toma en consideración de los postulados de Hannah Arendt es hoy en día muy necesario. Máxime porque, como se afirma en Turia, en la actualidad han reaparecido demasiados elementos que ella identificó en los regímenes totalitarios y que es urgente combatir. Por desgracia, a estas alturas del siglo XXI “la crueldad obscenamente racista se ha instalado de nuevo en las fronteras, los derechos son relegados con desprecio y las personas agredidas de diversas maneras por las autoridades en muchos lugares, algunos gobiernos muestran lo fácil que es suprimir libertades en sus Estados, mientras los medios de comunicación sumidos en la sociedad del espectáculo trivializan a los extremistas. Las conquistas políticas y morales que hasta hace poco se consideraban irreversibles muestran su fragilidad ante líderes políticos empeñados en dinamitar los consensos ensalzados por una masa que aplaude el estilo autoritario y agresivo del poder”.

Sin duda, vivimos inmersos en un preocupante y peligroso panorama internacional. De ahí que convenga acudir a las ideas de Arendt, a su humanismo político. Porque, esta pensadora amante de la verdad, la responsabilidad y el coraje, nos demostró con su vida y con su obra que debemos acudir a dichas virtudes políticas esenciales si queremos “superar el miedo, romper la inercia y actuar protegiendo la libertad”. Y es que, como bien aseguró siempre, “los sacrificios nunca son acciones individuales, precisamente adquieren sentido porque existimos junto a otros”.

¿Es posible que la revolución digital construya un mundo más justo?

Nadie mejor que la prestigiosa filósofa española Adela Cortina para reflexionar sobre un asunto ya clave en nuestros días y que lo será aún más en el futuro inmediato de la humanidad: la actual colonización algorítmica y su impacto en las sociedades democráticas. A ello ha dedicado recientemente un libro de lectura muy recomendable cuyo título y subtítulo no pueden estar mejor elegidos: “¿Ética o ideología de la inteligencia artificial? El eclipse de la razón comunicativa en una sociedad tecnologizada”. Dada su relevancia, TURIA le dedica un pormenorizado y clarificador análisis en su sección de ensayo. El artículo lo escribe otro destacado experto: Domingo García Marzá, catedrático de Ética de la Universitat Jaume I de Castellón.

En su artículo, García Marzá suscribe la tesis central del libro de Adela Cortina: el reto del siglo XXI es “aprovechar la actual revolución digital para construir un mundo más justo, siempre teniendo en cuenta los obstáculos de este nuevo escenario”. Para conseguirlo, resume los principales avances que aporta la obra acerca de la imprescindible reflexión sobre las nuevas herramientas tecnodigitales y su uso en cinco puntos. En el primero se ocupa de la perspectiva ética, es decir: tomar la moral en serio. En el segundo, se responde con argumentos sólidos a la pregunta ¿una ética para las máquinas?. Un tercer ámbito a considerar es el relativo a la confianza e ideología de la IA, en el que se defiende el uso de una inteligencia artificial confiable. Los retos para la democracia que acarrea la implantación de las nuevas tecnologías ocupan el cuarto apartado de su análisis. Por último, se reflexiona sobre la introducción de la IA y su impacto en la educación y la participación.

Y es que, como bien subraya Domingo García Marzá en Turia, “debemos reconocer los beneficios de la inteligencia artificial, pero también, y en especial, es necesario desvelar y enfrentarse a los riesgos que derivan de la aplicación de estos sistemas llamados inteligentes: las dificultades para proteger la privacidad de los escolares, de sus familias y del profesorado; la brecha digital que no para de ampliarse con cada innovación”.