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Un cortometraje de Alcañiz realizado en Inteligencia Artificial conquista Los Ángeles Un cortometraje de Alcañiz realizado en Inteligencia Artificial conquista Los Ángeles
Cuadros de inteligencia artificial realizados a partir de imágenes de la cosecha agrícola o de elementos patrimoniales del Bajo Aragón. Toñín Lizana

Un cortometraje de Alcañiz realizado en Inteligencia Artificial conquista Los Ángeles

‘Kepler-186F’, de Toñín Lizana, mejor corto animado de ciencia ficción del festival californiano
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El cortometraje Kepler-186F, del alcañizano Toñín Lizana, ha sido premiado como mejor corto animado de ciencia ficción en el The Indie for you film festival de Los Ángeles (Estados Unidos). Un logro que afianza a la capital del Bajo Aragón como referente en el mundo de la Inteligencia Artificial (IA).

Kepler-186F es tan solo uno de los trabajos que forman parte de Recuerdos de una IA, una colección de arte digital realizada en su mayor parte mediante inteligencia artificial por el creador bajoaragonés. El alma mater de la extinta asociación cultural Las Ranetas se ha apoyado en medios tradicionales y nuevos medios digitales como la realidad aumentada o la realidad virtual para generar estos recursos y mostrarlos al público virtual.

“Frikada” de confinamiento

La colección se compone de 80 obras, algunas de ellas con realidad aumentada, plasmadas en cuadros y en un artbook; una exposición en realidad virtual y 2D que se puede visualizar en la plataforma Sansar; y el premiado cortometraje Kepler-186F, donde en apenas dos minutos se percibe la evolución de la vida en un planeta imaginado por Lizana que recibe el mismo nombre que el título del vídeo. 

El corto, que se puede visualizar en Youtube tecleando su título, ha sido seleccionado en el PatchLab Festival (Cracovia, Polonia), Creative code visual art Festival (online con sede en Nueva York, Estados Unidos) y The Indie for you film Festival (también online con sede en la capital de California). En este último se ha llevado un prestigioso galardón que ratifica la apuesta de Alcañiz por el mundo de la vanguardia artística y tecnológica, plasmada en las cinco ediciones del Ranetas VR Fest que se celebraron durante sendos meses de noviembre (2015-2019) en la Sala de Exposiciones, aunque si no resurge la asociación será difícil volver a contemplar.

La reciente colección, tal como reconoce su autor, es “una frikada en la que me he estado entreteniendo durante estos meses tan ratos que llevamos” con motivo de la pandemia. 

El artbook es un libro completo en el que se recogen más de 80 obras generadas mediante IA alimentada con fotografías de edificios y paisajes del Bajo Aragón, cosechas y campos de cultivo, carátulas de videojuegos de los años 80 y 90 del siglo XX, de las caras de Bélmez y “un montón de cosas más, dando como fruto las imágenes, textos y vídeos que se ven en el libro y en los vídeos de realidad aumentada, también en algunas de las músicas”, explica el creador.

“Simplificándolo un poco, el proceso de creación de algunas de las obras se realiza entrenando a la IA mediante imágenes reales –por ejemplo, edificios patrimoniales de Alcañiz como la Torre Gótica–, generando esta sus propias imágenes”. Con este resultado “se pueden generar vídeos, utilizar las imágenes para los cuadros o bien mostrarlas a la IA para que las identifique y genere textos alusivos, incluso poemas”. En definitiva, la IA “me genera cientos de resultados y yo elijo, y posteriormente lo plasmo en el artbook y en los cuadros que me he imprimido”, resume el artista para hacer comprensible un sector cultural minoritario que avanza a toda velocidad.

Con la aplicación Arize

La mayor parte de los trabajos que contiene el libro son imágenes, aunque también hay textos y algunos vídeos que se muestran en realidad aumentada si se enfoca hacia su imagen de partida con un dispositivo móvil que contenga la aplicación Arize. “Todo lo he creado yo ayudándome de la IA. Igual que alguien hace una obra con Photoshop digital, yo he empleado herramientas de IA”, en concreto “tecnología de redes adversas generativas con modelos bigGAN y styleGAN”.

Lizana reconoce que lo que ha creado resulta difícil de entender para el gran público, aunque todo aquel que tenga curiosidad podrá saciar sus ansias de experimentación muy pronto en la biblioteca de Alcañiz, donde depositará algún ejemplar del artbook. También ha distribuido material a gente especializada y a festivales.

Exposición virtual

Otro de los ases que Una Raneta (así se conoce a Lizana en las redes sociales y en los mundos virtuales) tenía guardado bajo la manga es la exposición virtual que “se puede visitar gratuitamente las 24 horas del día en Sansar –una plataforma de mundos virtuales– en la que se pueden contemplar 40 obras y todos los vídeos generados.

La exposición es accesible mediante visores de realidad virtual compatibles con Steam, aunque también se puede visualizar en versión 2D de escritorio, puntualiza el creador.

“Al igual que en una sala de exposiciones estándar, te puedes encontrar con gente o quedar para verla con usuarios de todo el mundo, lo que te permite interactuar con ellos a través de sus avatares. Si te aclaras, puedes hablar con un tío de Nueva Zelanda y comentar las obras, bien chateando o hablando”, explica Lizana. Por el momento, “va entrando gente” a su muestra.

Esta plataforma es ideal para tiempos de pandemia, pues los usuarios pueden quedar para ver exposiciones, conciertos e incluso –ojo– asistir a raves virtuales para saciar su ansia de desparrame. En cuanto a la exposición de Una Raneta, “es enorme y tienes pantalla gigante”, detalla Lizana.

“Como trabajo de informático, reparando cosas, siempre voy teniendo que estar un poco al día, y veía que una de las cosas que destacaban era la inteligencia artificial. Lo relacioné con el arte y saqué todo esto”, concluye el curioso.

El creador no tiene ánimo de lucro y se conforma con que la gente contemple sus obras en el mundo virtual. Preguntado por si le gustaría exponer los resultados de su confinamiento mediante una exposición, Lizana lo ve complicado por los gastos que conllevaría, aunque no cierra la puerta. 

El Bajo Aragón, pionero mundial de la realidad virtual desde hace un lustro

No es la primera vez que Toñín Lizana da la nota con la realidad virtual y la inteligencia artificial. El expresidente de la asociación cultural Las Ranetas de Alcañiz organizó durante cinco años consecutivos el Ranetas VR Fest, siendo uno de los festivales pioneros en el mundo en la materia. 

Solo el año pasado, el certamen aglutinó en la sala de exposiciones de Alcañiz 16 experiencias y cortometrajes de realidad virtual, 108 obras de realidad aumentada y más de cuarenta trabajos de arte realizados mediante software de realidad virtual, inteligencia artificial o videocreación, firmados por reconocidos artistas y estudios de más de 30 nacionalidades diferentes.

Con la disolución de La Ranetas, anunciada el pasado enero, se pierde, entre otras cosas, esta cita diseñada para poner al alcance de los turolenses –aunque asistían otros curiosos procedentes de Zaragoza, Barcelona o Madrid– las últimas creaciones de realidad virtual y aumentada.

Ser pioneros permitía que los artistas más reconocidos en el género estuvieran representados en Alcañiz a través de sus obras. Durante la quinta edición del Ranetas VR Fest hubo, de hecho, una importante novedad, pues por primera vez hubo espacio para obras creadas mediante inteligencia artificial, como la presentada por Kishi Yuma desde Japón, una artista codificadora inspirada en el Obake.

Entre las obras más importantes que pudieron experimentarse en otoño de 2019 estaban las de Miguelangelo Rosario; las obras sinestésicas llegadas del sudeste de California de Holliday Horton (artista y animadora de Sony con más de 12 títulos AAA); o el suculento catálogo de la ópera estatal de Babiera animado por Scorpion Dagger, proyecto firmado por el artista James Kerr.

En cuanto al arte en realidad virtual –definido como aquella experiencia en la que, gracias a dispositivos tecnológicos como gafas en 3D, audífonos o guantes es posible ver, oír o interactuar con objetos que no existen en la realidad, sino a través de un software informático– se exhibieron obras de Daniel Martin Peixe (animador de Walt Disney en películas como Frozen), al amante del surrealismo y la RV Rein Bijlsma desde Países Bajos, Mez Breeze (con obras premiadas en colecciones del Banco Mundial o la Biblioteca Nacional de Australia)

Respecto a las experiencias y cortos en realidad aumentada pudieron verse obras de diversa índole como el fantástico trabajo Red Matter de Vertical Robot, Lightning: A VR Story, una película de Jeremy Casper creada completamente en realidad virtual con Oculus Medium y Tvori; Notes on blindness: Into Darkness, un proyecto inmersivo de realidad virtual basado en la experiencia sensorial y psicológica de la ceguera de John Hull; o Stormland, que trasladó al espectador a un cielo alienígena que alberga una exuberante vida exótica y una civilización androide dispersa... 

Y todo ello, de forma gratuita. ¿Quién daba más? ¿A quién corresponde continuar la labor?