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Un renovado Belén de San Pedro que luce más espectacular y completo que nunca Un renovado Belén de San Pedro que luce más espectacular y completo que nunca
Figuras de distinto tamaño dotan de profundidad a la Plaza del Torico. Miguel Ángel Artigas

Un renovado Belén de San Pedro que luce más espectacular y completo que nunca

La iglesia del Seminario de Teruel acoge el Nacimiento que puede visitarse hasta el 6 de enero
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Después de quince años el monumental Belén de San Pedro se ha consolidado como uno de los hitos que ningún turolense quiere perderse durante la Navidad, y que cada vez más visitantes incluyen en su ruta turística por la capital. Dirigido por Blas Sanz y Juan Cercós y creado por un equipo de quince artesanos voluntarios, el Belén crece cada año y en esta ocasión luce más espectacular que nunca, con 80 metros cuadrados de superficie y plagado de novedades con respecto al del año pasado.

El Belén de San Pedro puede visitarse en la iglesia del Seminario hasta el 6 de enero, Día de Reyes, de 18 a 20.30 horas, y los fines de semana también de 11 a 13 horas. Es el segundo año consecutivo que el enorme nacimiento se visita en este templo, después de que se mudara de su anterior emplazamiento, el claustro de San Pedro, por decisión de Antonio Gómez Cantero, a la sazón Obispo de Teruel. “Ese sitio era muy bonito”, recuerda el director y escenógrafo del Belén, Juan Cercós, “pero obligaba a montarlo y a visitarlo a la intemperie y eso en diciembre y enero se hacía duro”. Otra ventaja del nuevo emplazamiento es que permite su instalación de forma permanente, con lo que su tamaño y el número de mecanismos y automatismo se ha incrementado notablemente, porque además los belenistas que le han dado forma tienen a pocos metros, en la sacristía, su taller con todas las herramientas y materiales.

En 2020 la pandemia solo permitió abrir el Belén diez días, “y aún así vinieron casi 5.000 personas. Como hasta el último momento no supimos si se podía abrir o no al público lo tuvimos que montar un poco a prisa y corriendo, y aún así fue un éxito”, afirma Cercós. “Ahora hemos podido hacer un montaje mucho más cuidadoso y rico, diseñado con tiempo para que la sensación de conjunto sea mejor”.

El resultado es que, más allá de lo mucho que llaman la atención las más de 600 figuras que lo forman, 40 de ellas con movimiento, las dos cascadas de agua, las tres fuentes, el río con agua corriente, el estanque  con peces vivos o las espléndidas reproducciones de algunos de los edificios más representativos de Teruel; más allá de los minuciosos y abundantes detalles del Belén, este se percibe como una unidad, un conjunto bien armonizado que no es la simple suma de los diferentes escenarios que lo forman.
 

Juan Cercós levanta una pieza que permite acceder dentro del enorme montaje. M.A.


El espectador es recibido nada más entrar por una formidable reproducción de Nazaret, donde la mayor parte de las casas son de reciente creación. Incluso se ha colocado una nueva fuente “que reproduce una real, que se llama Fuente de la Anunciación, y que según la tradición estaba cerca de donde el Ángel se anunció a la Virgen María”, explica Cercós.

A partir de ahí el visitante sigue un recorrido marcado, en sentido horario, por el que se pasea cual gigante por los Misterios de la vida de Jesucristo, desde los desposorios de María y José hasta la huida a Egipto, pasando por la visita de la Virgen a Santa Isabel, la búsqueda de Posada o Jesús perdido y hallado en el Templo, en el orden adecuado.

También se ha ampliado la zona del Belén que representa Teruel, donde la principal novedad es el enorme Seminario y los edificios de la calle Tozal. Pero además se encuentra recreados la plaza del Torico, las torres de San Martín y El Salvador, el Claustro de San Pedro, las fachadas del convento de las Claras y las Carmelitas, la casa de la parra, la Nevera, el Torreón de la Bombardera y el Mercado, el Museo Provincial de Teruel, los Arcos, la Escalinata, la Andaquilla, la fuente de la plaza de la Catedral, la casa del Francés, el Puente de la Equivocación, la Muralla o la plaza de Toros.

Lleno de detalles

El Belén de San Pedro está completamente lleno de detalles y pequeños secretos, desde un cagón escondido en un popular monumento turolense -Juan Cercós reconoce que nunca le ha gustado mucho esa figura- hasta una reproducción del propio Blas Sanz, pasando por dos zonas de espejos -una reproduce la huida a Egipto y otra una calle bajo un arco de piedra, que de forma prácticamente imperceptible proporciona la sensación de profundidad como si algunas de las piezas y las casas estuvieran bajo el centro del propio Belén-, o el ya célebre estanque con 18 peces vivos, uno de los detalles que más divierte a los niños, “junto al resto de animales”, asegura Cercós. De estos hay nada menos que 255, muchos de ellos domésticos pero también otros salvajes, como un águila, un lobo o una zorra, que hay que buscar cuidadosamente para encontrarlos.

Juan Cercós, director y escenógrafo del Belén de San Pedro, es un apasionado de los belenes “desde niño”, cuando con siete u ocho años empezó a montar belenes “en mi casa y después en la iglesia”. Cercós tiene estudios en decoración y pertenece al grupo de teatro Espantanublos, cuyos conocimientos en escenografía le ayudan a la hora de diseñar todos los paisajes que pueden verse en la instalación. “Uno de los trucos”, revela Cercós, “consiste en pensar que no se trata de vender una cabra o una casa, que no hay que poner todas las figuras de cara para que se vean bien, como si fuera un escaparate”. Se trata de construir un conjunto y si para ello hay que colocar figuras de espaldas, esconder rincones o superponer elementos, pues se hace. “No hay que poner cosas por ponerlas, y que se vean todas bien, sino hacer que todas guarden un sentido y una lógica entre ellas”.

De hecho las figuras están cuidadosamente colocadas por tamaños, de forma que no conviven las que no son del mismo tamaño, excepto para conseguir algunos efectos de perspectiva y de distancia, como sucede en la plaza del Torico.
 

Imagen de los huertos, con la fachada del Museo Provincial y Seminario de Teruel al fondo. M.A.

Pese a la espectacularidad, sus creadores ya piensan en las novedades y en las mejoras que podrán verse en el futuro. Y dado que previsiblemente permanecerá montado en el mismo lugar durante todo el año, se plantea la posibilidad de que sea visitable por los turolenses y turistas durante diferentes épocas más allá de la Navidad, como Semana Santa e incluso en verano.

 

Las entrañas del Belén

Pero de todos los secretos que guarda el Belén de San Pedro, que son muchos, uno de los más sorprendentes es la puerta secreta que permite a sus creadores acceder a su interior. Una roca se abre como si fuera la cueva de Ali-Babá y permite entrar en las tripas del macizo montañoso en el que se asienta todo el entramado urbano y natural que forma el Belén. “Esto nos permite poder trabajar desde dentro, cambiar cosas, reparar o cambiar luces y mecanismos”, explica Cercós, quien además asegura que “en muchos puntos del Belén uno puede subirse y ponerse de pie”. Cercós tiene bien identificados esos puntos “y cuando alguno de los voluntarios necesita subir para colocar algún elemento, pongo unas banderitas verdes para que sepa dónde se puede pisar”.

Desde el interior del Belén puede observarse toda la tramoya, el entramado de cables que alimenta los motores, las luces y los circuitos hidráulicos, los pilares que sujetan las estructuras sobre las que se asientan las figuras y las montañas y el interior de las casas, cuidadosamente iluminados.

A pesar de lo aparatoso del interior, donde hay que moverse con cuidado para no dañar nada y donde una escalera permite emerger del interior para llegar a casi cualquier punto de la escenografía, Cercós destaca lo relativamente liviano del conjunto.

Esto es porque la mayor parte de las casas y monumentos están construidos en poliestireno expandido, procedente de planchas de diferentes grosores que los artesanos guardan en el taller que tienen a pocos metros, en la Sacristía, o de material reciclado del que puede encontrarse habitualmente en las cajas de electrodomésticos. “Hacemos las paredes o las estructuras con esas planchas de corcho blanco, y tras darle forma lo cubrimos con una pasta de escayola con la que se consigue el acabado que buscas, dándole textura de piedra o de lo que necesitas antes de pintarlo”. Otros materiales de reciclado que se utilizan son arbustos o ramas secas o palos de helado, “con los que puedes hacer unas puertas y ventanas estupendas”.
 

La reproducción de Nazaret concentra buena parte de las nuevas casas que presenta el Belén de San Pedro este año


Otras elementos del Belén, como la espectacular reproducción de la Escalinata, están realizadas en marquetería de panel, aunque para Cercós “lleva muchísimo trabajo y el resultado no es mejor del que puedes conseguir con el corcho blanco, más fácil de trabajar”.

En cuanto a las figuras de animales y de personas, cuarenta de las cuales tienen motor que le proporcionan algún tipo de movimiento, las hay de todo tipo, desde plástico a barro o material cerámico. Muchas de ellas están pegadas al suelo, ya que aunque está prohibido tocar el Belén no siempre el público resiste la tentación “e incluso algún año nos ha desaparecido alguna figura”.

Como en otras ediciones, los visitantes del Belén de San Pedro pueden depositar sus donaciones -el año pasado se entregaron 3.400 euros a Manos Unidas Teruel- y todos los niños que lo deseen pueden participar en un sorteo con premios y regalos que se entregarán durante los primeros días de 2022.

La estructura, en cifras

El espectacular Belén de San Pedro está dirigido por Blas Sanz y Juan Cercós, que es diseñador y escenógrafo. En su creación además han participado Miguel García (Escenógrafo), José Joaquín Villarroya (artesano), Pepe Hórreo (artesano y montador), Eloy Aspas (elementos hidráulicos), Esther Gómez, Eva Gómez, Ana Gómez y Fernando Tomás (pintura), Antonio Gómez, José Villarroya, Eliseo Giménez y Artemio Baselga (montadores), Miguel Ángel García y Alberto García (instalaciones y electricidad) y Raúl Monleón (ayudante de escenografía). Además Jesús Puerto colabora en la iluminación y la sonorización de todo el conjunto.

En los 80 metros de superficie pueden verse más de 600 elementos, de los que 297 son figuras, 255 de ellas animales de todas clases, 91 casas y elementos constructivos, la mayor parte de las cuales están construidas íntegramente por los autores, 40 figuras con movimiento, 1 río de agua corriente construido de tal modo que puede variarse su curso, tres fuentes, dos cascadas con agua y un estanque con 18 peces vivos.

Este año “la mitad de todo el Belén” es nuevo con respecto al pasado año; en concreto el Portal de Belén, que se ha situado en una cueva a las afueras del pueblo para ser más fiel a la tradición, el Seminario de Teruel, el Tozal con sus edificios, las torres de San Martín y El Salvador, un fragmento de muralla y numerosas casas, especialmente las correspondientes a la reproducción de Nazaret, o un nuevo y espectacular diseño del cielo nocturno estrellado.

También son nuevos el palacio de los desposorios, la casa y la fuente de la Anunciación, la haima y los beduinos y otros elementos del desierto, como el palacio del Faraón, y cuatro figuras dotadas de movimiento: la Anunciación a los pastores, la mujer sacando agua del pozo, el vendimiador y los corderos entrando al corral.