Valero, Diego Arribas y Córdoba Llamazares inauguran ‘Raíz y Materia’
Los tres artistas turolenses exponen en Yagüe de Salas hasta el 10 de diciembreEl Centro Social Ciudad de Teruel (calle Yagüe de Salas, 16) acoge desde ayer la exposición Raíz y Materia, inaugurada ayer y que permanecerá en ese espacio hasta el 10 de diciembre. La muestra reúne obras de los artistas turolenses María José Valero, José Antonio Córdoba Llamazares y Diego Arribas, quienes, desde lenguajes y materiales distintos, comparten un mismo hilo conductor: la conexión íntima con la tierra que habitan y que inspira su creación. La exposición puede visitarse en el horario habitual de la sala, de 9 a 20 horas.
El uso de materiales tradicionales y pegados al territorio hace que las piezas que forman Raíz y Materia hablen, con un murmullo de fibras textiles, metales y minerales.
María José Valero trabaja con yute, sisal, lana, esparto y rafia. Sus manos trenzan y anudan estas fibras junto a ramas y raíces, como quien reúne voces dispersas del bosque. De sus piezas emergen ecos vegetales, tejidos que parecen crecer y latir, invitando a escuchar la savia imaginaria que los recorre. No abrigan cuerpos, sino memorias que se niegan a desaparecer.
Por su parte, José Antonio Córdoba aporta la solidez del hierro forjado. Su dominio de la forja y la soldadura desde hace ya muchos años le permite moldear el metal con una mezcla de técnica y sutileza. En esta exposición presenta obras abstractas impulsadas por la búsqueda de formas esenciales, así como esculturas inspiradas en el movimiento de gimnastas, donde el hierro se convierte en cuerpo, gesto y equilibrio suspendido.
Finalmente Diego Arribas, pintor abstracto de la materia, construye paisajes con polvo de alabastro, óxido de hierro, pizarras y otros minerales. Con ellos crea superficies y estratos que parecen extraídos directamente del subsuelo aragonés. Sus obras se muestran como fragmentos de un tiempo profundo, mapas geológicos transformados en relato visual, territorios detenidos que transmiten el ritmo secreto de la tierra que habita.
Hay un hilo invisible que une a Valero, Córdoba y Arribas: el mismo paisaje que pisan, la misma luz que los envuelve, el mismo frío que los empuja a recogerse en sus talleres. Sus obras son, en el fondo, un gesto de gratitud hacia esta tierra áspera y hermosa. Recogen de ella fibras, metales y minerales, y los devuelven transformados en homenaje plástico, como quien regresa a casa con las manos llenas de algo que necesariamente ha tenido que nacer en la tierra de origen.
