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Víctor Navarro, escritor turolense: “Las heridas no estarán cerradas mientras queden muertos en las cunetas” Víctor Navarro, escritor turolense: “Las heridas no estarán cerradas mientras queden muertos en las cunetas”
‘Morir por rencor, vivir sin él’ (Muñoz Moya) es el debut literario del turolense afincado en León

Víctor Navarro, escritor turolense: “Las heridas no estarán cerradas mientras queden muertos en las cunetas”

Navarro viaja hasta el verano turolense de 1936 con ‘Morir por rencor, vivir sin él’
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La editorial turolense Muñoz Moya publicó hace algunas semanas Morir por rencor, vivir sin él, escritor por Víctor Navarro, turolense afincado en León. La novela, escrita con crudeza y pocas concesiones, funde historia y ficción para describir un thriller que se ambienta en dos importantes momentos históricos en Teruel; los instantes posteriores a la rebelión que dio lugar a la guerra civil de 1936, y los primeros años de la Transición, durante los cuales hubo quienes despertaron del letargo para administrar una venganza que llevaba 40 años esperando.  

-¿Qué cuenta ‘Morir por rencor, vivir sin él’?
-La sinopsis puede resumirse en las peripecias de un joven electricista que queda marcado por la sangrienta ejecución pública que tuvo lugar en la plaza del Torico en 1936, cuando El Chepudo, el mayor asesino de la historia de Teruel, ejecuta a 13 republicanos, junto con los fusilamientos de los Pozos de Caudé. ces. La lectura del libro nos hará recordar tiempos pasados que no van a volver pero que son imposibles de olvidar. Todos vamos a ver reflejada nuestra educación (colegio Juan Espinal, la Salle, escuelas del Arrabal...),  nuestros juegos (el bote, la Mula, La gayola, Churrová...), nuestras fiestas tradiciones (fiesta del Ángel o Vaquilla, fiesta del Jamón...),  o nuestras leyendas (Los Amantes, la Andaquilla, Portal de la Traición...). Todos nos vamos a situar en los principales monumentos (Catedral, Torres Mudéjares, Escalinata...), en sus  lugares (la Glorieta, jardincillos de la estación, en la plaza de la Marquesita...),  y en sus  bares (Dorado, Pedralba, Venecia, Sarto, Círculo Mercantil...), muchos de ellos desaparecidos. Es una obra que entre todos hemos editado y que yo simplemente he plasmado en unas líneas.
 -¿Qué elementos históricos y qué elementos de ficción introduce en su novela?
  -El paralelismo entre realidad y fantasía juega un papel primordial durante toda la obra  con el fin de preparar al lector para un inesperado y sorprendente desenlace final. Numerosos episodios relatados constituyen la parte real de los elementos históricos que aparecen en la obra: La Ciudad de los Amantes, ocupada de inicio por el ejército rebelde, fue tomada por el ejército republicano para caer poco después de nuevo en poder de los rebeldes. La ciudad quedó arrasada casi en su totalidad. Teruel fue testigo de una de las batallas más cruentas de la Guerra Civil. Un antiguo convento de Capuchinos fue convertido en una terrible prisión y parte de sus ocupantes fueron conducidos a los Pozos de Caudé a realizar los llamados paseos.  El golpe de Estado, el Campo de concentración los Almendros (Alicante) o  la prisión de San Juan de Mozarrifar (Zaragoza) también se ven reflejados muy alejados, lamentablemente, de cualquier pincelada de ficción.
-’El Chepudo’, ‘Largo’, ‘Gordi’, el ‘Electricista’, ‘Ratón’… esos personajes tienen base real o son completamente ficticios? ¿En qué o en quién están inspirados?
–Uno de los retos que me planteé fue escribir sin usar  nombres propios, no solo en los personajes, también en las ciudades que se mencionan, y aún así poder ser capaz de mantener la atención constante del lector.  He de resaltar otro matiz y es que en la escritura con el uso de apodos he querido implicar al lector, ya que los protagonistas de los hechos que se narran somos todos. Todos hemos sido participes de esta minúscula parte de la historia y de ahí su base de realidad.
-¿Qué le impulsó a escribir esta novela?
-Me motivó la idea de contar episodios poco conocidos u olvidados de la historia de la ciudad. Durante los años de investigación, al conseguir del Archivo Histórico Provincial de Teruel fotografías de aquella época, acudieron a mi retina pasajes que mi padre me había contado y algunos que incluso viví, lo que supuso un impulso importante de arranque. El empujón final me lo dio el pensar que todo el mundo debería conocerlos con el fin de evitar que se vuelvan a producir. Se lo debía a mi padre, a mi abuelo, a mis tíos y a todos los caídos por defender sus ideales. Como puede leerse en el monumento de los Pozos de Caudé, “solo estarán muertos si nosotros los olvidamos”.
-¿Esta es su primera novela publicada?
-Llevo muchos años escribiendo pero ésta es la primera novela que publico. Después de un largo periodo de reflexión, decidí editarla.  La novela es muy dura pero me animó a su publicación el objetivo de dar a conocer la historia, costumbres o leyendas de la ciudad del Torico, para que hijos y nietos de muchos de los protagonistas puedan conocer  y entender parte del ayer de su ciudad y de sus antepasados. Pretendo, también, que la lectura sea un reclamo para las personas que no conocen la ciudad  ya que la riqueza cultural que posee es inmensa y merece ser conocida. Calles, escaleras y rincones de la ciudad por los que hemos caminado, sin probablemente pararnos a observar, esconden una historia que la mayoría ni imagina. 
 - ¿Qué parte de la documentación o de la redacción del libro le ha resultado más duro o más complejo? 
-Es una novela muy cruda.  Es imposible ponerse en el lugar de sus protagonistas. Imposible imaginar lo que puede sentir un padre al ver fusilar a su hijo de 18 años, imposible imaginar lo que se siente al ver violar y torturar a una esposa y a una hija, imposible imaginar lo que se siente esperando en una celda para ser ejecutado. Esas formas de sufrir son la peor manera de vivir.
-Su novela habla sobre todo de venganza... ¿Aprueba, justifica, o al menos comprende una venganza del tipo de la que se narra en el libro?
-No apruebo ni  justifico ningún tipo de violencia. Y sí, puedo entender el tipo de venganza que se narra en el libro. El lector, al finalizar la novela, también la comprenderá. 
-¿Cree que más de 45 años después de la muerte de Franco están cerradas todas las heridas? ¿En caso contrario, qué situaciones, circunstancias o factores cree que son más lacerantes, más insostenibles, a este respecto?
-Las heridas no estarán cerradas mientras haya muertos en las cunetas, mientras no se condene oficialmente la dictadura, mientras se amenace con fusilar, mientras haya  ideologías similares a las del Generalísimo Dictador, mientras que en las escuelas no se explique la historia que se desconoce de España...
-¿La Ley de Memoria Democrática será capaz de dar carpetazo al rencor que ha generado y sigue generando lo de las Dos Españas?
 -Creo que no, porque unos no perdonan ni olvidan, y otros no quieren pedir perdón. Todavía deberán pasar varias generaciones para que el rencor desaparezca por completo. Mi generación no creo que lo vea. Nuestros hijos, tal vez... Ojalá lo vean nuestros nietos.
  -En su obra explica cómo el libro terminó de imprimirse pocos días después de que una persona vinculada a Vox amenazara con fusilar a un conocido miembro de Teruel Existe, ante la televisión, en el contexto de la formación del actual gobierno en el que el voto de la agrupación de electores era vital… ¿Cree que de algún modo podrían repetirse las condiciones históricas, políticas, sociales, económicas, culturales y técnicas que hicieron posible que un golpe de estado acabara en 1936 en guerra civil?
-No. Sinceramente no creo que esa historia se repita ya que es casi imposible que se vuelvan a dar las condiciones socio-políticas que llevaron al golpe. La educación debe de ser una de las formas de impedirlo. Hay que educar para la igualdad, el respeto y la no violencia. En cuanto a la mujer que amenazó con fusilar a un miembro de Teruel Existe, prefiero pensar que fue una bravuconada de una persona nerviosa que no sabía lo que decía en ese momento.