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Xavier Masero expone 'Origen', una fotografía hacia atrás en el tiempo Xavier Masero expone 'Origen', una fotografía hacia atrás en el tiempo
'Oliete II', mural de cuatro metros de largo realizado con tinta japonesa sobre papel Fabriano

Xavier Masero expone 'Origen', una fotografía hacia atrás en el tiempo

La muestra se encuentra en Oliete, donde tiene vínculos el artista catalán
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Xavier Masero es un artista barcelonés que, por pura casualidad, está vinculado a la localidad de Oliete desde que era un niño. Tanto que a ella dedica la exposición Origen, que podrá verse durante todo el mes de agosto en el antiguo Matadero y la Biblioteca, dos edificios municipales que acogen una serie de pinturas, dibujos y esculturas a través de los cuales trata de sintetizar una vuelta a los orígenes, un camino que forma parte de su particular forma de entender el arte. Su trabajo no pretende “representar cosas”, ni constituirse en significante de conceptos elevados o trascendentales. “Cada artista sigue un camino a la hora de crear obras, y sé que el mío consiste en saber quien soy”, explica. “Más aún, el mío consiste en ser quien soy, porque si no hiciera lo que hago no sería yo, sería otra cosa”.

Sus dibujos y pinturas van de la abstracción a la figuración, con una evidente influencia oriental y japonesa en las estéticas, las técnicas y los materiales. En cuanto a los volúmenes, Masero deriva a una mayor abstracción, con formas que recuerdan su pasado en Oliete, sus suelos pedregosos, la parte más telúrica del paisaje y volúmenes que recuerdan a los fósiles que recogía con cinco años de edad.

“Estaba obsesionado con los fósiles y entonces no sabía por qué”, explica, “pero ahora ya lo sé”. Cincuenta años después ha llegado a la conclusión de que “es la estructura de las cosas y su finitud la que me atrae. Sé que amo la muerte” entendida como el final y la desaparición de todo “porque es la mejor vacuna contra la vanidad”. Y las estructuras las entiende como algo físico, algo indestructible que queda cuando el envoltorio se ha esfumado -como aquellos fósiles testigos de una existencia más allá de centenares de millones de años- y también como algo metafórico, como la esencia de la existencia en su plasmación más básica, en su menor unidad como si de los átomos de lo que es se tratara. “Cuando de pequeño comíamos mejillones me llamaban mucho la atención las cáscaras, porque pensaba que, hicieras con ellas lo que hicieras, y las tiraras dónde las tiraras, siempre iban a existir”.

Piezas expuestas

Una de las piezas expuestas lleva por título Circunstancia y alude al “yo soy yo y mi circunstancia” de Ortega y Gasset. “Somos tan vanos que creemos que nosotros somos nosotros, y no es así. Somos piedras de río, es el río el que nos da forma, el que quita nuestras aristas. Acabaremos siendo piedras rodantes y, después de eso, un simple sedimento en un gran delta. Crees que vamos a ir más allá de eso es estúpido”.
 

'Circunstancia', en primer término, en una de las salas expositivas de Oliete


El arte, sin embargo, es por definición una de las formas que tiene el hombre de intentar trascender a sí mismo. Aunque Xavier Masero se revela contra esa idea. “Tengo muchos defectos pero no el de la vanidad. No hay ninguna pretensión de trascender en mí cuando hago arte. Hago mis obras porque me permiten saber quien soy”. Según el catalán cada vida es un camino único y no tiene sentido pensar en alternativas. “Hay gente que me dice que tengo suerte de hacer lo que me gusta, pero yo lo hago porque tengo que hacerlo. No entiendo que alguien haga algo que no sea lo que lo define... si yo lo hiciera sentiría que mi vida es en vano”.

Así, Xavier Masero sostiene que él es “artista las 24 horas del día... yo pinto cuando voy paseando, cuando voy en mi moto al estudio o cuando duermo... coger los pinceles y poner la pintura sobre el lienzo solo es el final del proceso”.

De hecho, una de las virtudes en las que Masero destaca es su capacidad para mirar la realidad, para ver a su alrededor, y en buena parte achaca esa capacidad “a mis largas estancias en Oliete, educando esa capacidad de mirar las cosas, y el gusto por hacerlo. Siempre me ha gustado mirar las cosas y se me da bien”.

Influencia

De hecho la gran influencia que muestra por el arte oriental y japonés se debe en parte a que venera “la capacidad de mirar que tiene la sociedad japonesa. En Japón es habitual ir por la calle y ver niños mirando las cosas, simplemente mirándolas. Aquí normalmente todo pasa de largo y pasa desapercibido”.

Xavier Masero tiene piezas en numerosos museos y colecciones particulares, y aunque trabaja en varias disciplinas, admite que se siente “un advenedizo” incluso en la pintura, donde su formación es más sólida. “Para mí un lenguaje artístico no viene definido por el material o la técnica usada, sino por lo que tengo en la cabeza. No puedes ir a buscar un lenguaje determinado, sino que él es el que te asalta en función de lo que necesitas hacer”.

Así, Masero reconoce que comenzó a hacer cerámica por pura intuición, pero de la misma forma que escultura en otros materiales, o pintura, performance, vídeo e incluso música. “En realidad tiro de lo que más a mano tengo, pero no me apego tanto a la técnica, porque no quiero ser escultor, ni pintor ni ceramista”.

La exposición permanecerá abierta en el Matadero y la Biblioteca del Ayuntamiento de Oliete hasta final de mes. Se trata de la primera exposición que Xavier Masero realiza en esta localidad. Pueden verse unas 35 obras, algunas de gran formato.