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Alejandrina Scorik: “Salimos porque no podía nadar. La piscina donde entrenaba no existe” Alejandrina Scorik: “Salimos porque no podía nadar. La piscina donde entrenaba no existe”
La nadadora ucraniana Alejandrina Skoric, ‘Alya’, reside en Cedrillas desde hace cerca de dos meses tras salir de Kiev a causa de la invasión rusa. Fotos: Bykofoto/Antonio García

Alejandrina Scorik: “Salimos porque no podía nadar. La piscina donde entrenaba no existe”

La nadadora ucraniana dejará Cedrillas para entrenar en un centro de alto rendimiento
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José Luis Rubio
La expresión de Alejandrina Scorik, Alya, se torna pétrea los momentos previos a que los jueces de la Federación Aragonesa de Natación la llamen para  competir en su serie. Su sonrisa, tierna, contagiosa y deslumbrante, se oculta bajo un corsé de concentración y talvez algo de nervios. 

Y de repente, la señal de salida le da sentido a todo. Fluye dentro del agua como si ese fuera su medio natural. Se desliza con un estilo casi impecable mucho más rápido y de una forma más eficaz que el resto. A pesar de que su estilo preferido es el de braza, la prueba del 100 metros estilos sirve para disfrutar de la exhibición de sus brazadas. Con solo once años y una estatura de más de 170 centímetros Alya no tuvo rival en el Campeonato Municipal de Natación de Teruel, celebrado el pasado conmigo en las instalaciones de la piscina climatizada y paró el crono en un destacable 1:14:74, que supone la tercera mejor marca a nivel nacional para chicas de su categoría.

“Con las marcas que ella tiene acreditadas podría estar entre las tres mejores del plano nacional”, aseguró el director técnico de la Federación Aragonesa de Natación, Juan José Lersundi, sobre este registro.

Alya lleva cerca de dos meses en Teruel, después de que abandonase Kiev tras la invasión rusa a su país. “Salimos porque no podía seguir nadando. La piscina donde entrenaba Alya ya no existe”, explicaba el domingo su madre, Oleksandra Skoryk 

Ella es quien dirige la carrera deportiva de Alya, su faro y su guía, pendiente de la alimentación y de los entrenamientos y es la referencia de la deportista. De hecho, su madre fue atleta de alto nivel y destacó a nivel internacional en el lanzamiento de peso.

En un inglesñol más que correcto, Alya explica mezclando palabras en español e inglés en la zona de llamadas de la piscina climatizada de Teruel que lleva entrenando natación desde hace tres años, aunque nada desde que cumplió un año. Sus padres decidieron que por seguridad cuando iban a la playa la niña debía saber  nadar. Ahora el agua es su medio natural y la natación su estilo de vida.

Alya reconocía que se sintió “muy feliz” cuando descubrió su potencial dentro del agua. La chica recordaba cómo al principio sorprendía por su estatura, superior a la de la mayoría de nadadoras contras las que competía, “pero mi madre me explicó que eso era normal”, dijo. 

Con la premisa de la natación de competición por encima de todo, Alya retomó sus entrenamientos tan pronto como pudo tras su llegada a Teruel. Desde el primer momento ha estado tutelada por los clubes Turia Extreme Triatlón y Piratas, que se han encargado de recuperar a esta sirena del Este.

Jorge Pérez, presidente del club Piratas, ha sido un apoyo fundamental para que la chica recuperase tanto su forma física como la alegría.

“Llevamos con Alya cerca de dos mese  después de que la Fundación Térvalis se pusiera en contacto con el club Piratas y Turia Extreme  para buscar una solución a esta situación”, en referencia la necesidad de que la chica pudiera retomar su preparación. “A través de los dos clubes le dimos cabida a Alya para que pudiera entrenar”. La implicación de los dos clubes ha sido máxima y se esforzaron por hacer un hueco a su nueva pupila, atendiendo, además, a la dificultad de tener que viajar desde Cedrillas a diario para participar en los entrenamientos.

El entrenador explicaba que “ella está viniendo a entrenar todos los días, de lunes a jueves y estamos nadando entre 2.000 y 2.500 metros diarios”, aunque al principio “los primeros días fue un proceso de adaptación para ganarse la confianza de la chica”. a la que definió de “encantadora desde el primer minuto”.

Preguntada la deportista por su entrenador, no pudo reprimir una sonrisa cómplice ni un destello en su mirada al tiempo que respondía estar muy contenta con su encuentro.

“En la piscina, Alya se olvida de todo. Es una sirena. Le encanta jugar en el agua, y compite porque tiene que competir, pero a ella lo que le gusta es estar en el agua”, relataba su preparador turolense, que recordaba que “siempre está buceando y jugando”. En opinión de Jorge Pérez, “el agua le evade de esa situación”, refiriéndose a la guerra desatada por Rusia contra su país. 

El director técnico de la Federación Aragonesa de Natación, Juan José Lersundi, explicó ayer que llegó “desde la Federación Española una consulta sobre dónde podría realizar (Alya Scorik)  entrenamientos de alto nivel dado el gran nivel que tiene la cría” interesándose “por las marcas que tiene, por dónde podría realizar los entrenamientos” El responsable de la FAN lamentó que “en Teruel no hay actualmente un grupo de enteramiento de un nivel similar al que pueda tener la chica” por lo que contactó con la Fundación, que “corre con los cargos”, viendo la posibilidad de realizar “tanto los entrenamientos como los estudios en el grupo de Aulas de Tecnificación con la Federación y el Gobierno de Aragón”, para que continúe su formación en el Instituto Goya de Zaragoza en el que tendrá un horario especial para poder compaginarlo con los entrenamientos. 

“La Fundación se podía hacer cargo a través de una beca del alojamiento de la niña y su madre y al final va a venir con nosotros para realizar los entrenamientos”, dijo Lersundi confiando en que Alya “de toda la progresión que se espera que tenga”. 

De Kiev a Cedrillas

Las Scorik llegaron a Teruel gracias al procedimiento impulsado por la Fundación Térvalis para proteger de la guerra a las familias de sus trabajadores. Actualmente, Alya y su madre residen en Cedrillas, desde donde bajan cada día para entrenar en la piscina turolense acompañadas de la responsable de comunicación del Grupo Térvalis, Camino Ibarz, que hace de enlace, de chófer, de cicerone e incluso de confidente.

“La compañía disponía de algunas viviendas en Cedrillas y alojamos a estas familias allí y también en algunas casas que cedió el Ayuntamiento de La Puebla de Valverde hay dos familias más”, explicó Ibarz el domingo en la grada de la piscina climatizada de Teruel, mientras veía cómo competía (y ganaba) Alejandrina.

La directora de comunicación del Grupo Térvalis recordó cómo en las primeras reuniones que mantuvieron con los refugiados “la madre de Alya señaló que su hija nadaba mucho y preguntó si era posible entrenar. A partir de ahí emprendí la búsqueda de un club que pudiera acogerla en su seno y ahí contamos con la inestimable colaboración de Jorge, del club Piratas, que en seguida dijeron que sí”, relató Ibarz.

Como pez en el agua

Dentro del agua su estilo de natación favorito es la braza. “Es el más sencillo”, asegura la niña, que explica que le resulta fácil aunque reconoce que tiene que coordinar el “movimiento circular de los brazos con la doble patada de las piernas”.

En estos momentos Alya Scorik está nadando cerca de dos kilómetros diario y aunque la cifra no es mala sí resulta inferior a la distancia que completaba en sus entrenamientos en Ucrania.

Para su entrenador, Alya “tiene un nivel magnífico”. De hecho, según los tiempos que ha vendo registrando en estas semanas, sus marcas la sitúan entre las tres o cuatro mejores nadadores de su categoría del panorama nacional, según explicó Juan José Lersundi, de la Federación Aragonesa de Natación. 

De entre sus virtudes, Pérez sumó al carácter y a su fuerza física, el “conocimiento de la niña de su cuerpo, de movimientos, deslizamientos... todo lo que se le dice lo entiende y lo acepta”. 

“A Alya lo que se le queda corto es el nivel de la piscina de Teruel. Necesita un grupo que le tire más” para mejorar, reconoció el presidente del club Piratas que, además, aprovechó para recordar  que “a todos se nos quedan pequeñas las instalaciones”.

A su estatura y la envergadura de sus brazos suma una cabeza privilegiada con una mentalidad ganadora a prueba de bombas. “Ella lleva mal no ganar. Está estudiando inglés, polaco y español y  si en clase, en Cedrillas, ve que no le sale bien algo su pundonor  le obliga a intentar ser la primera en todo”, observó Camino, a la que Alya llama su “mejor amiga española” después de compartir tantas horas de coche en los desplazamientos a los entrenamientos cruzando el Cabigordo.

La ucraniana ya ha competido logrando unos magníficos resultados, aunque todavía no lo ha hecho en su especialidad, la braza. Debutará, previsiblemente, en el Campeonato de Aragón de Juegos Escolares, en categoría Alevín, que se disputarán los días 24 al 26 de junio en Zaragoza. “Tiene muchas ganas”, aseguró Pérez, que apuntó que ese fin de semana es, precisamente, el cumpleaños de la chica “y lo quiere celebrar por todo lo alto”.

Esta semana Alya Scorik empezará una nueva etapa deportiva dentro del programa de tecnificación del Gobierno de Aragón y la Federación Aragonesa de Natación. Visiblemente inquieta ante los cambios que se avecinan, aseguraba que estos serán “buenos” para ella y con una sonrisa cómplice reconoce estar “un poquito” nerviosa. 
 

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