Síguenos
Duelo de cuñados en un derbi que vuelve a ilusionar a Montalbán Duelo de cuñados en un derbi que vuelve a ilusionar a Montalbán
Aitor Pérez, a la izquierda, junto a Carlos Cañas, antes del inicio del encuentro de este pasado fin de semana. Sara Falo

Duelo de cuñados en un derbi que vuelve a ilusionar a Montalbán

Aitor Pérez y Carlos Cañas, que son familia política, se enfrentaron este pasado fin de semana en El Toril
banner click 244 banner 244
Javier Gascó
Han pasado más de veinte años desde que el campo de El Toril, en Montalbán, albergó su último derbi oficial. El pasado domingo más de 500 personas vibraron de nuevo con un choque directo entre el renacido Club Polideportivo Montalbán y el CD Utrillas B en la décimo séptima jornada del grupo 4 de la Primera Regional aragonesa. El derbi de las Cuencas Mineras no solo enfrentaba a dos localidades vecinas con una rivalidad histórica sino que también ponía a prueba a sus dos entrenadores, cuya relación trascendía de los límites del rectángulo de juego. Aitor Pérez, a cargo del Montalbán, y Carlos Cañas, en el banquillo del Utrillas B, son cuñados además de mejores amigos. El pasado domingo, durante los noventa minutos de partido, ambos dejaron a un lado los vínculos que les unen para tratar de llevar a sus respectivos equipos a la victoria. Sin embargo, tras un partido tenso, el resultado final fue 1-1 y el reparto de puntos dejo contentos a ambos: “Así no podemos reprocharnos nada el uno al otro”.

El Toril vibró de nuevo con un encuentro que no pasará a la historia por su fútbol, pero que dejará una historia curiosa para la posteridad: un derbi con dos cuñados dirigiendo a cada uno de los equipos desde la banda. En los días previo todo era broma entre Carlos Cañas y Aitor Pérez: “El día de antes comimos y cenamos juntos”. Eso sí, cuando sonó el pitido del árbitro se acabaron las risas y comenzó la batalla. Con cerca de 600 aficionados en las gradas, el Utrillas B fue capaz de ponerse por delante gracias a un tanto de Eloy Colas en el minuto 35. Sin embargo, Saúl Mallén, del Montalbán, logró el empate nada más comenzar el segundo tiempo. 

Con el 1-1 el nerviosismo incrementó en ambos bandos. “Acabé expulsado por protestarle al árbitro”, confesaba entre risas un Carlos Cañas que al término del encuentro volvió a abrazarse con su cuñado y amigo Aitor Pérez: “El viernes me decía que hasta el lunes no me iba a hablar. Ninguno de los dos sabíamos con qué once íbamos a salir, aunque de normal, cuando acabamos de jugar nos llamamos y nos damos datos de los equipos contra los que nos hemos enfrentado”.

Montalbinos y utrillenses volvieron a disfrutar de noventa minutos de rivalidad después de más de dos décadas sin derbi, pero ambos se quedaron con ganas de más. Así que, Aitor Pérez está seguro de que el año que viene tanto él como su cuñado, cada uno en su club, seguirán dando guerra.