El Andorra le gana con apuros a un Quinto que presentó batalla (0-1)

Nuevo partido de preparación del Andorra que se impuso por la mínima a un rival como el Quinto de Regional Preferente desde el punto de penalti para cerrar la semana con dos victorias después de la lograda ante La Cartuja (1-3). Una nueva prueba en la que el equipo minero demostró que todavía no está lo suficientemente fino y que a falta de una semana para el inicio de la competición y en su debut ante el Caspe aún tiene que mejorar para afrontar la competición en mejores condiciones.

Y es que el Andorra jugó un partido regular, sin brillo y aún con muchas carencias, más allá de que llevara casi la iniciativa desde el principio y de que gobernara con autoridad durante casi los noventa minutos. Pero a los de Carlos Gil no les alcanzó para completar un partido convincente y se quedaron en un ejercicio de voluntarismo donde se echaron de menos detalles de cohesión en la armonía del equipo y de una paleta de colores más amplia para ser resolutivos en los últimos metros.

El Andorra salió con ganas de mandar, sabedor de que el Quinto estaba un escalón por debajo. Y así fue como manejó el partido con autoridad, asumiendo la iniciativa ante un rival agazapado atrás y que jugaba a verlas venir, con el manual de los equipos pequeños, a la espera de errores. El Andorra no dio demasiadas opciones, hizo circular bien el balón y no se sentía demasiado presionado. Pero las combinaciones, algunas muy bien trenzadas, se quedaban sin el aderezo del peligro también porque el Quinto estaba muy cerrado y hacia muy bien las coberturas, lo que dificultaba las maniobras de los de Carlos Gil, que movían el balón de uno a otro lado del campo para intentar desordenar la defensa local, que aguantaba con firmeza.

La mejor y casi única ocasión clara del Andorra en este primer período fue un remate de Alberto al palo después de una muy buena combinación del equipo minero, que en esta ocasión superó líneas y llegó en superioridad al remate. En la segunda parte pareció dar un paso adelante el Quinto, que intento salir de su campo estirando líneas aunque sin demasiada convicción y sin generar peligro. Fueron apenas unos minutos en los que volvió a resguardarse sin haber ni siquiera tirado a puerta para que de nuevo el Andorra asumiera la iniciativa y empezara una y otra vez jugadas que no llegaban a buen puerto.

Gol de penalti

Parecía que el Andorra iba a ser incapaz de alterar el marcador, tanto por su propia impericia como por el tesón de un Quinto que se protegía con mucha entereza neutralizando a un Andorra al que se le hacia cada vez más pesado el inicio de cada acción hasta que en una llegada el árbitro señaló penalti y Villalba lo transformó con solvencia para dar un trabajadísmo a la vez que oscuro triunfo a un Andorra honesto en su juego pero parco en su estrategia y en su mordiente arriba.