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El CD Teruel no pasa del empate (0-0) ante el Olot en un choque contra el rival y un árbitro desnortado El CD Teruel no pasa del empate (0-0) ante el Olot en un choque contra el rival y un árbitro desnortado
El CD Teruel no pudo pasar del empate ante el Olot tras desperdiciar varias ocasiones y sufrir las decisiones arbitrales. Bykofoto/Antonio García

El CD Teruel no pasa del empate (0-0) ante el Olot en un choque contra el rival y un árbitro desnortado

El cuadro local sufre tres expulsiones, entrenador incluído, e incluso con 9 no se descompuso
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El CD Teruel no pudo conseguir la victoria a Pinilla en un partido que dominó de principio a fin. De nuevo el terreno de juego fue suyo, las ocasiones también y lo único que faltó fue el gol. No obstante, el árbitro se empeñó en ensuciar la gran tarde de fútbol con tres expulsiones rojillas. Manchón, Carmona y Víctor Bravo vieron la roja ante la estupefacción del público y de los propios afectados.

Desde el primer momento, el club rojillo demostró que no iba a dejar espacio para la sopresa, y es que el partido arrancó algo loco con dos acciones rápidas, pero enseguida el Teruel puso el temple necesario para poder desarrollar su juego. A través de los catalizadores naturales del club rojillo, Borja Romero y Tena, los hombres de Víctor Bravo comenzaron a proponer y a generar situaciones. Tanto es así que, cuando el reloj no llegaba a los diez primeros minutos de juego, el Teruel ya se había aproximado con peligro al área rival.

Ante este escenario, los del Olot no tenían otra alternativa que cerrarse atrás y esperar el error rival. Un error que casi llega en el minuto 12 de partido cuando los turolenses no se entendieron y a punto estuvieron de poner en serios aprietos a Taliby.

Insistencia

El Teruel seguía insistiendo y en el minuto 14 volvió tener una  doble acción para poner la delantera. Villa cogía un rechace en medio del campo y se hacía una carrera en solitario que culminaba con una parada del portero rival, que mandaba la pelota a córner. En este saque de esquina llegó la siguiente oportunidad de gol, pero no pudo ser.

A partir de ahí, el juego comenzó a desarrollarse, principalmente, en el campo rival. Los turolenses se sentían cómodos en territorio hostil y las ocasiones se sucedían, aunque sin llegar a concretarse.

Cuando tenían la ocasión, los catalanes trataban de salir rápido para pillar desprevenidos a los zagueros rojillos, pero la línea formada por Cabetas, Carmona, Carlos Javier y Víctor Sanchís era firme y, prácticamente, no les dejaban cruzar la línea divisoria.

En el minuto 25, Tena la luchaba por arriba y, en una acción fortuita, terminaba derribando al rival y veía la primera cartulina amarilla para los rojillos. Cinco minutos después llegaba otra acción peligrosa par los rojillos. Los pies de Aparicio hacían magia para progresar, cedía el balón a Carbonell, quien provó con un centro-chut peligroso que acabó en la esquina. El balón aéreo volvió a llevar peligro, pero de nuevo no acababa en gol. El dominio del club rojillo era incontestable, pero los de alante no estaban finos.

En el minuto 39 era Carbonell el que la tuvo. Luis conseguía marcharse en el costado izquierdo y ponía un balón peligroso que rebotaba en un defensa y se colaba dentro de la portería rival, pero el tanto acababa anulándose por posición antireglamentaria. A partir de ahí, poco más ocurrió en la primera mitad.

Defensa de tres

 Víctor Bravo optó por introducir una defensa de tres con Cabetas, Carmona y Carlos Javier para dar más libertad a Sanchís, quien pudo estar más paticipativo en las acciones ofensivas.

Con este nuevo sistema, el dominio turolense se hizo más palpable si cabe, pero el problema no era de dominio si no de acierto y concreción. Aunque, el fútbol que proponían los de Víctor Bravo era excelso, lo cierto es que el marcador estaba como al inicio y no daba la sensación de que pudiesen romperlo.

Con esta situación, entorno al minuto 60, Víctor se vio obligado a hacer movimientos en el banquillo. Así, el técnico rojillo dio entrada a Emaná y al recién incorporado Moha, toda una declaración de intenciones de que los rojillos iban a buscar el gol como si se tratase del mismísimo oro español hundido en el fondo del mar.

Pese a los cambios, todo seguía igual, el Teruel las tenía de todos los colores, pero no conseguían concretar. Emaná tuvo las suyas en el 66 y en el 69, pero la historia fue la misma. El Olot quiso aumentar la presión y en una contra, consiguieron inquietar a Taliby con una doble acción que acabó por encima de la portería defendida por el guardameta rojillo.

El árbitro cobra protagonismo

Víctor lo seguía intentando y probó con nuevos cambios. Salieron Borja y Carlos Javier y entraron Lucho y Manchón. No obstante, este último no duró mucho en el campo, pues una acción peligrosa provocó que el árbitro le mostrara la roja. Víctor gastó el último cartucho y metió a Hermelo por Guille Andrés que estuvo desaparecido.

Hacia el final del partido el ambiente se tornó gris. La noche en Pinilla sentó mal al árbitro, que quiso ganar protagonismo y expulsó a otro jugador rojillo y al técnico. Carmona fue al corte y, en un choque con el rival, se llevó la roja. La decisión desesperó a Víctor, protestó y vio la roja. El árbitro se empeñó en ensuciar el partido y se cobró una nueva víctima. Esta vez fue solo amarilla a Emaná.

Sin embargo, incluso con 9 hombres y sin el entrenador, el Teruel fue superior. Solo le faltó el gol para dejar constancia de ello.