

El CD Escucha recoge la historia de su club en un libro que se presenta hoy
Se trata de una obra colectiva realizada por medio centenar de personas vinculadas a la entidadEl patrocinio del Ayuntamiento de Escucha ha hecho posible la publicación del libro que recoge la historia del fútbol en la localidad minera. La publicación editada, que se presentará este sábado a las 12:00 en la Peña Taurina Celestino Martín del municipio, lleva el nombre de CD, Escucha 1944-1989: El fútbol en una escombrera, que hace referencia al lugar donde empezó a competir el CD Escucha, en la regional aragonesa, desde la temporada 1971-72. El campo de fútbol se habilitó en la escombrera de carbón de la denominada mina vieja que había sido propiedad del empresario local Amado Martín.
La historia del deporte del balón, no obstante, tiene sus inicios en la Escucha del año 1944 con una primera noticia publicada por El Noticiero y que relata un derbi comarcal disputado en la vecina localidad de Utrillas haciéndolo coincidir con la festividad de Santiago. A partir de aquí, las páginas del libro realizan un recorrido cronológico por las distintas décadas desde mediados del siglo XX. En los años 50 ya disponía el pueblo de un campo de deporte ubicado junto a las viviendas de los obreros construidas por la empresa Calvo Sotelo y en el que jugaba el equipo local integrado mayoritariamente por mineros y productores de la mina Se Verá perteneciente a ENCASO. En la década siguiente, a finales de los 60, vuelve a potenciarse el deporte competitivo a través del programa Contamos Contigo, auspiciado desde el Teleclub piloto que se construyó en la localidad (1968). El cuaderno de actas y actividades de esta entidad registra los encuentros disputados por el Escuita-Sport, el club recientemente constituido, que disputaba partidos el primer y tercer domingo de cada mes, habiendo jugado en dos años la cantidad de 50 partidos en los que, como curiosidad, se anota que se rompieron tres balones de cuero.
Será en la temporada 1971-72 cuando el equipo competirá en el Grupo Bajo Aragón de la 2ª Regional aragonesa, un periplo que se extenderá hasta la 1975-76. Sus impulsores serán Luís Bayo, Isidro Murillo, Valentín Tamairón y el párroco José Luís Torrubiano. Tras unos años sin participar en liga regular, retomaría el pulso al campeonato en el año 1980 hasta 1989, momento que marcó la desaparición definitiva del club y del equipo en competición oficial.
La idea de realizar esta publicación se gestó en el verano de 2023 después de una charla que impartió Agustín Sanz sobre la trayectoria y recorrido del equipo minero en su historia. Dicha ponencia tendría su continuidad en 2024, una segunda parte que contó con la participación de exjugadores, antiguos miembros de las directivas y aficionados que aportaron fotografías, documentación y añadieron apuntes, anécdotas y curiosidades al contenido. Precisamente, tras este encuentro, se selló el compromiso de elaborar una publicación en la que participaría medio centenar de personas que intervendrían en la recopilación de datos, recogida de fotografías o, simplemente, evocando recuerdos, por lo que puede afirmarse que se trata de una obra colectiva. La compilación fue coordinada por A. Sanz y la publicación final supone, además de un anhelo e ilusión común, una evidencia que forma ya parte del patrimonio de la historia en la localidad minera.

El contenido del libro se estructura de manera cronológica ya que se repasan las diferentes temporadas en la competición que van acompañadas de fotografías de la época, las crónicas deportivas que mandaban los corresponsales locales y que han sido rescatadas de las prensa deportiva (Diario de Teruel, Heraldo de Aragón, Zaragoza Deportiva y Punto Deportivo), alineaciones, datos estadísticos y clasificaciones facilitadas por las memorias anuales de la Federación Aragonesa de Fútbol. Además se incluye, en cada anualidad, alguna noticia destacada o relevante que ofrecía la prensa de la época con la inserción de anuncios y publicidad de establecimientos del pueblo. En cada epígrafe se dedican las páginas finales a otros deportes para describir la actualidad deportiva de Escucha en otros campeonatos como balonmano, ajedrez, tiro al plato, campo a través o competiciones atléticas escolares.
El final de las 272 páginas muestra unas hojas de pasatiempos donde puede disfrutarse de jeroglíficos, crucigramas, laberintos, cruzadas, humor u otros retos relacionados con la materia de la publicación y con el objeto de amenizar el contenido.
La maquetación de la obra ha priorizado las imágenes, los recortes de prensa y los cuadros de datos para facilitar su lectura y hacer más ameno el seguimiento de cada uno de los años de competición. También se recogen anécdotas aportadas por los propios protagonistas de las historias como la sanción que impuso la Guardia Civil a J.G.O. por alterar el orden público en un partido en 1961, o el arbitraje, ante el Alcañiz, de Luis Bayo, que después sería alcalde y diputado provincial, y que se atrevió a pitar ante la ausencia del colegiado designado por la Federación o el puñetazo que propinó el portero del Montalbán al trencilla José Campillo, según sus propias palabras: “en plan Urtain, simplemente por expulsarlo”. Otro dato que puede llamar la atención fue la visita de ojeadores del Real Zaragoza y del FC Barcelona para controlar al jugador calandino Gento en un amistoso que se jugó en el campo de La Esperanza, el recinto futbolero de Escucha. Y habrá espacio para tragedia que se vivió cuando el jugador del Valderrobres Francisco Gil Roda falleció, en accidente de tráfico, cuando regresaba de jugar en Escucha.
Muchos son los personajes reconocidos que desfilan por las páginas de esta historia como Luis Milla, cuando defendía la camiseta de la Unión Recreativa o Germán Beltrán, padre del homónimo jugador que lo fue de las categorías inferiores del Real Madrid, y que en sus primeros años como jugador del Escucha se desplazaba andando desde su pueblo, Palomar de Arroyos, para jugar los partidos. También eran conocidos los jugadores veteranos del Zaragoza que participaron en la inauguración del nuevo campo de “La Solana” y reconocibles algunos de los trencillas como Celino Gracia Redondo o Daudén Ibañez, Sangüesa, Artigot, Hernando o Gascón, amén de otros invitados a estas páginas como Luis Cortada, natural de la localidad minera, o el conocido Felipe (García) que firmaba las crónicas de la U.R. Teruel.
Se trata, en definitiva, de una obra fruto de la memoria de un pueblo y que pasará a formar parte de su historia y, cómo no, del relato del fútbol regional y aficionado en nuestra provincia y comunidad.