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El CD Teruel vuela una hora y simula sufrir al final ante el Ejea El CD Teruel vuela una hora y simula sufrir al final ante el Ejea
Andrés Rodríguez prepara un centro desde la banda derecha en el encuentro jugado ayer en Pinilla. Javier Escriche

El CD Teruel vuela una hora y simula sufrir al final ante el Ejea

Parras ensayó su plan ofensivo de inicio y luego probó el escenario a la contra

Este sábado, en efecto, el ensayo fue serio, de verdad. El adversario, el Ejea de Segunda RFEF, en recomposición, que ha asumido un exfutbolista con galones como fue Luso Delgado, le ofreció los ingredientes necesarios para que el encuentro fuera útil, más allá de que el ambiente en Pinilla, en medio del puente de agosto, fuera desangelado y de que, a fin de cuentas, pegó duro el calor durante la sesión. Aún y así, Vicente Parras no dio tregua. Jugaron quince futbolistas, ni uno más. Once titulares y cuatro cambios, entre ellos el del portero. Vigaray se vistió pero no compareció. Tampoco los futbolistas a prueba. Al entrenador alicantino sólo le interesa ya el debut en liga.

Por eso dibujó un plan de encuentro con dos partes diferenciadas. La primera propuso un CD Teruel atrevido, vertical y dominador, con Rubén en portería y defensa de cuatro en la que Nico y Del Moral parecen partir con ventaja, al igual que Manel Royo en zurda y Andrés Rodríguez en derecha. Se arma bien el Teruel desde ese escudo en el que Relu defiende el solar desde el centro del campo, para que Redón y Blesa inventen hacia la zona de vanguardia. Allí Teddy está cada vez más fino, Goyo Medina parece que se haya olvidado de ser lateral, y Sergio Moreno...

El Teruel busca un nueve, un ariete de área, un tipo que supere la decena de goles. Lo encontrará, antes o después. Y entonces se le presentará un problema, porque a Sergio Moreno hay que ponerlo a jugar. En ese espacio indómito y muchas veces indefinido entre el centro del campo y la delantera el navarro brega, pelea, controla, pisa, recibe, suelta, descarga, dribla... Por el camino saca faltas, como una que Blesa le colocó a Andrés para rozar el primero en el minuto cinco, u otra que desde la frontal Teddy estrelló en el arquero rival Acín, ya pasado el cuarto de hora.

Interpreta también con atrevimiento Sergio la lumbre del último pase; ahí anduvo algo menos preciso, aunque propulsó no menos de dos buenas arrancadas de Teddy que murieron en la orilla final. A la postre, Moreno también caza goles. Lo puso Andrés desde la banda derecha, derrocha potencia el murciano de atrás hacia adelante. La bola rebotó en Goyo y le cayó al siete mudéjar para colocar el uno a cero, en definitiva el único que subió.

Vendaval local tras el gol

El tanto desató un cuarto de hora de motor a reacción en el Teruel, que tuvo sobradas para dejar el duelo sentenciado. Otro tiro de Teddy cayó rebotado en Sergio para otra buena mano de Acín. Otro servicio a bola parada de Blesa llenó a Andrés, que mandó el remate al cielo. Un tiralíneas que urdieron Teddy y Blesa tras una buena salida de Nico desde atrás pasó por Royo, que le puso el gol en bandeja a Medina para otra estirada del portero ejeano.

Y enfrente hubo rival. Durante las fases en las que el Teruel amaina sus tempestades, el equipo cincovillés quiso volver a ser ese once aseado y fino que deslumbró el año pasado en Segunda Federación. Le faltan mimbres, como los hermanos utrillenses Sola, o el armador Carrasco. Guarda aún un tesoro llamado David Iglesias, un muchacho de Altorricón que no juega más arriba por esas cosas extrañas que tiene el fútbol aragonés. Pero el Teruel ya no es un equipo soñador y osado de Segunda, ahora es un buque de Primera que tiene otro ritmo, otra intensidad.

Volvió a poner velocidad el once de Parras tras el descanso frente a la intención cincovillesa de armarse aún más con el control de la pelota. Por bandas sale veloz el cuadro rojillo, que se proyecta con prontitud a través de Royo y Goyo. Dos centros de ambos fueron rematados con poco tino por Teddy y Sergio. Bernad estaba ya en portería en vez de Rubén. El siguiente cambio, a la hora de juego, varió la partida.

Haritz y tres centrales

Se le oyó claro, nítido, a Vicente Parras cuando entró al terreno de juego Albisua para reforzar el centro del campo. Moreno, aún algo renqueante, dejó su sitio y el esquema del equipo se modificó, “decidimos empezar a probar distintas situaciones”, en palabras del propio entrenador. Pasó el Teruel a defensa de cinco, con Relu incrustado entre Nico y Del Moral, Andrés y Royo en los laterales. Albisua y Redón en la medular, Teddy, Goyo y Blesa arriba.

Sabe el entrenador del equipo mudéjar que habrá momentos en muchos partidos en los que va a tocar funcionar de esta manera. Rivales con manejo del balón rápido en sus casas, campos grandes, de Primera División, en los que habrá que sufrir y explotar aquellas fases del juego en las que la bola se escape. Esa media hora final ante el Ejea dejó el balón en los pies visitantes, les permitió moverse, disparar a portería, aposentarse en terreno turolense. Buscó Parras, sobre todo, trabajar los movimientos de los centrocampistas en ese interín.

Porque los defensas, sobre todo los laterales, saben cómo debe atacarse entonces. En largo, al espacio, a las espaldas de los rivales. Merencio, ya sobre el tapete, disfrutó de un mano a mano tras globo dirigido de Andrés, se le fue fuera el envío. Fondarella, también con minutos, interpretó bien la salida por banda con cinco atrás, y dejó espacio a Goyo para proyecciones como una pelota medida de Blesa que mandó a la red, por fuera. Al otro lado Teddy recibió otra similar, con idéntico final. “Lo importante es seguir con la preparación”, dice Vicente Parras. Preparó, en efecto, un simulacro de incendio la última media hora. Por lo visto, también le puede salir bien.