Los jugadores celebran en corro el título de liga y el ascenso directo logrado el pasado domingo en Pinilla. Antonio García/Bykofoto
El equipo roza la perfección para alcanzar la Primera RFEF
El bloque rojillo es el que menos ha perdido de todos los recién ascendidos
La temporada del CD Teruel ha rozado la perfección, y eso que todavía faltan dos partidos para que concluya. El equipo de Víctor Bravo solo ha concedido una derrota en las 32 jornadas disputadas hasta el pasado domingo, siendo así el que menos partidos ha perdido de los cinco grupos que conforman la Segunda RFEF. De tal manera, también es el bloque que menos veces ha caído de entre los cinco campeones, que estarán presentes en la categoría superior el próximo curso. Las magníficas cifras le permitieron cantar el alirón dos fechas antes del final de la competición y todavía le pueden hacer entrar en la historia, ya que si no pierde ninguno de los dos encuentros que le quedan por disputar, el CD Teruel será el conjunto español que menos haya perdido esta temporada en todas las categorías del balompié nacional -desde la Primera División hasta la Segunda RFEF-.
Nadie ha podido con el equipo rojillo esta temporada en Pinilla y solo el Espanyol B ha conseguido derrotar al conjunto turolense a domicilio, en un encuentro en el que los de Víctor Bravo, como mínimo, merecieron el empate. Al final, la perseverancia ha tenido recompensa y los buenos registros obtenidos por la escuadra turolense a lo largo de la temporada le han permitido conseguir el ascenso directo a la Primera RFEF.
No perder en una categoría exigente e igualada como la Segunda RFEF es un premio de gran valía. Ese ha sido el discurso de Víctor Bravo durante toda la campaña y con él ha alcanzado el éxito.
A falta de fútbol vistoso y de grandes victorias, el bloque de Pinilla ha apostado por la efectividad para ir granjeándose un colchón de puntos suficiente para acabar proclamándose campeón de la competición.
En muchas ocasiones se le ha echado en cara al preparador zaragozano la falta de valentía para ir a por los partidos o incluso su mentalidad defensiva a la hora de plantear compromisos importantes. Sin embargo, los resultados le han acabado dando la razón. A pesar de que la racha de cuatro empates seguidos de la primera vuelta o las igualadas ante equipos como el Ebro o el Atlético Saguntino generaron cierto pesimismo entre la afición y, especialmente, entre la prensa que sigue al equipo, esos puntos terminaron resultando positivos una vez alcanzado el objetivo.
Diecisiete victorias y catorce empates han sido suficientes para lograr un ascenso histórico que mejora, por números y por jornadas restantes, al conseguido por el Numancia la temporada pasada en el mismo grupo en el que se encontraba el CD Teruel.
Los sorianos, que se encuentran en mitad de la tabla del grupo dos de la Primera RFEF a falta de cuatro fechas para la conclusión, lograron el ascenso en la penúltima jornada de liga y terminaron con 62 puntos. Tres más ostenta el vigente campeón a falta de las dos últimas jornadas de competición.
Además, en las dos temporadas de existencia de la Segunda RFEF, ningún equipo ha conseguido el ascenso con una sola derrota en su casillero. Algo que el bloque de Víctor Bravo ha podido lograr gracias a la unión del grupo y a la fortaleza defensiva que ha creado el preparador zaragozano.
Además, en caso de no perder ninguno de los dos encuentros que quedan para el cierre de la temporada, el conjunto mudéjar se convertiría en el equipo español que menos partidos ha perdido de todo el panorama nacional, contando desde la Primera División hasta la Segunda RFEF.
Un hito histórico que Víctor Bravo y su cuerpo técnico querrán conquistar, después de hacer historia el pasado fin de semana.
El equipo turolense se jugará conseguirlo ante el Manresa, a domicilio, y ante el Terrassa, en Pinilla, en el último compromiso de la temporada para la entidad rojilla.
Ese duelo servirá para que la hinchada turolense reconozca el gran trabajo de los suyos tras conseguir el ascenso directo. El equipo ha rozado la perfección en la Segunda RFEF y la temporada que viene tratará de dar la talla un peldaño más arriba.
Nadie ha podido con el equipo rojillo esta temporada en Pinilla y solo el Espanyol B ha conseguido derrotar al conjunto turolense a domicilio, en un encuentro en el que los de Víctor Bravo, como mínimo, merecieron el empate. Al final, la perseverancia ha tenido recompensa y los buenos registros obtenidos por la escuadra turolense a lo largo de la temporada le han permitido conseguir el ascenso directo a la Primera RFEF.
No perder en una categoría exigente e igualada como la Segunda RFEF es un premio de gran valía. Ese ha sido el discurso de Víctor Bravo durante toda la campaña y con él ha alcanzado el éxito.
A falta de fútbol vistoso y de grandes victorias, el bloque de Pinilla ha apostado por la efectividad para ir granjeándose un colchón de puntos suficiente para acabar proclamándose campeón de la competición.
En muchas ocasiones se le ha echado en cara al preparador zaragozano la falta de valentía para ir a por los partidos o incluso su mentalidad defensiva a la hora de plantear compromisos importantes. Sin embargo, los resultados le han acabado dando la razón. A pesar de que la racha de cuatro empates seguidos de la primera vuelta o las igualadas ante equipos como el Ebro o el Atlético Saguntino generaron cierto pesimismo entre la afición y, especialmente, entre la prensa que sigue al equipo, esos puntos terminaron resultando positivos una vez alcanzado el objetivo.
Diecisiete victorias y catorce empates han sido suficientes para lograr un ascenso histórico que mejora, por números y por jornadas restantes, al conseguido por el Numancia la temporada pasada en el mismo grupo en el que se encontraba el CD Teruel.
Los sorianos, que se encuentran en mitad de la tabla del grupo dos de la Primera RFEF a falta de cuatro fechas para la conclusión, lograron el ascenso en la penúltima jornada de liga y terminaron con 62 puntos. Tres más ostenta el vigente campeón a falta de las dos últimas jornadas de competición.
Además, en las dos temporadas de existencia de la Segunda RFEF, ningún equipo ha conseguido el ascenso con una sola derrota en su casillero. Algo que el bloque de Víctor Bravo ha podido lograr gracias a la unión del grupo y a la fortaleza defensiva que ha creado el preparador zaragozano.
El campeón menos vencido
Una vez definidos los campeones de los cinco grupos de la Segunda RFEF, el CD Teruel ha conseguido ser el menos vencido de todos ellos. Con una sola derrota, el equipo turolense ha superado en ese registro al Sestao River, del grupo dos (2 derrotas); al Arenteiro, del grupo uno (3 derrotas), al Antequera, del grupo cuatro (3 derrotas); y al Melilla, del grupo cinco (3 derrotas).Además, en caso de no perder ninguno de los dos encuentros que quedan para el cierre de la temporada, el conjunto mudéjar se convertiría en el equipo español que menos partidos ha perdido de todo el panorama nacional, contando desde la Primera División hasta la Segunda RFEF.
Un hito histórico que Víctor Bravo y su cuerpo técnico querrán conquistar, después de hacer historia el pasado fin de semana.
El equipo turolense se jugará conseguirlo ante el Manresa, a domicilio, y ante el Terrassa, en Pinilla, en el último compromiso de la temporada para la entidad rojilla.
Ese duelo servirá para que la hinchada turolense reconozca el gran trabajo de los suyos tras conseguir el ascenso directo. El equipo ha rozado la perfección en la Segunda RFEF y la temporada que viene tratará de dar la talla un peldaño más arriba.
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